Bernardo Gutiérrez Parra
Una vez más el gobernador Cuitláhuac García dejó con cara de what a sus oyentes al decir en Córdoba que no permitirá el regreso a Veracruz de ningún grupo delincuencial. Y por supuesto la volvió a regar. ¿Es que acaso ya se fueron? ¿Ya no hay bandas de matones en Veracruz? Por desgracia sí y siguen vigentes. Y para que viera quien manda, de inmediato recibió contestación.

Este fin de semana fueron asesinadas 38 personas (15 el viernes, 16 el sábado y 7 el domingo) entre ellas una menor de ocho años que fue acribillada junto con sus padres y Cuitláhuac García ni se inmutó.

Cada vez que abre la boca para declarar que no permitirá la impunidad de inmediato le contestan los impunes. Un caso concreto son los feminicidios de los que ni él ni el Secretario de Gobierno Eric Cisneros, quieren saber más. Basta con que un grupo de mujeres se plante en la Plaza Lerdo con una pancarta que diga “No más feminicidios” para que ambos estallen de coraje. Y es que el feminicidio es un tema que los saca de sus casillas porque no han podido resolverlo, ni podrán por ineptos e incapaces.

Aunque lo quieran ocultar, Veracruz está otra vez en segundo lugar nacional en feminicidios con 45, sólo por debajo del Estado de México que sumó 63 en el primer semestre de este año. Además, ocho municipios se encuentran en el ranking de las 100 ciudades con más feminicidios en el país y son el puerto de Veracruz y Coatepec con cinco casos cada uno; Xalapa con tres; Gutiérrez Zamora, Lerdo de Tejada, Papantla, San Andrés Tuxtla y Tihuatlán con dos casos.

Hay otros 22 municipios que aunque no entran en esa lista suman un feminicidio cada uno.

De enero a junio este flagelo disminuyó un 18.18 por ciento a nivel nacional, pero en Veracruz las cosas siguen igual con un promedio de dos mujeres asesinadas cada semana.

Este es uno de los pendientes de Cuitláhuac además de los robos, asesinatos, asaltos con violencia, secuestros y extorsiones. Todos estos delitos relacionados con el tema de la inseguridad que el gobernador prometió resolver en dos años. Es decir, le faltan cuatro meses y unos días para que se termine el plazo y no se ve por dónde lo vaya a cumplir.

El 26 de febrero del año anterior, dijo en entrevista con el Diario de Xalapa que no trataba de contener el problema de inseguridad sino resolverlo de fondo: “Hemos dicho que ir al fondo del problema requiere de tiempo por las décadas de abandono… Las cifras (de incidencia delictiva) han ido bajando poco a poco y seguirán siendo más abajo (sic) hasta tener niveles ínfimos”.

Al término de ese año Veracruz registró los niveles de violencia más altos de su historia.

Más adelante agregó: “Nosotros tenemos un problema de inseguridad. En lo que levantamos a la policía estatal que es muy mal pagada, en lo que implementamos la capacitación de nuestros policías y contratamos nuevos elementos, queremos que la Guardia Nacional ayude a suplir en algunas zonas que hay que reforzar y donde no tenemos los elementos suficientes”.

A casi dos años de su administración, la policía estatal sigue mal pagada y de la capacitación ni hablar. Un hecho paradigmático lo fue la “policía de excelencia” que tendría Xalapa. Resulta que el alcalde Hipólito Rodríguez Herrero envió a sus cadetes a capacitarse a Puebla en lugar de hacerlo en la academia de El Lencero: “Porque queremos una academia de mayor prestigio”. Y al final del curso de 45 mil pesos por cadete, en Puebla se les olvidó enseñar a los muchachos el manejo de las armas.

En Veracruz no existe una policía eficiente y no la habrá porque no hay voluntad de constituirla. Las policías municipales están infiltradas por la delincuencia como se vio recientemente en Álamo y Paso del Macho, y esto hace que quienes combaten el crimen (policías estatales, Guardia Nacional, Ejército y Marina) tengan que multiplicarse sin más apoyo que la bendición de Dios.

Cuitláhuac está quedando a deber y mucho, no sólo en seguridad sino en salud, educación y empleo. Es uno de los gobernadores peor calificados del país que ha llevado al hoyo a la entidad, pero anda como la fresca mañana apostando a la popularidad de su jefe Andrés Manuel López Obrador para repetir el triunfo de Morena en Veracruz.

¿De dónde sacó que no permitirá el regreso de los delincuentes cuando no se han ido, cuando aquí viven, aquí operan, aquí delinquen, aquí matan y nadie les hace nada?

Los que si volverán serán los votantes el próximo mes de junio a calificar el trabajo de su gobernador y no el del presidente. Y por ahí a Cuitláhuac se lo pueden llevar al baile junto con toda su palomilla.

bernardogup@hotmail.com