Las lágrimas resbalan sobre el apretado corazón de la mujer de 87 años, tan níveas que solo se descubren cuando caen sobre sus cansadas manos. Sus ojos, que ya no ven, se desgranan en perlas limpias y copiosas, al reconocer de lo que es capaz su propia sangre. Su hija y nieto, avalados por otros familiares, la quieren despojar de su casa construida y costeada con el esforzado trabajo de su madre y de ella.

 

Doña Luchita, como le llaman sus vecinos, no sabe leer, ni escribir, su caminar entorpecido por la espalda vencida se apoya con una andadera. Es una de tantas  adultas mayores víctimas del maltrato intrafamiliar en su modalidad de expolio económico, abandono, psicológico o afectivo ante la omisión del Estado para cumplir con la Convención para la protección de los derechos de las personas mayores.

 

Si usted ha decidido dejar de leer le recomiendo que no lo haga. Puede que como la ven se verán si continúa privilegiando lo material a los valores. Existe una tendencia demográfica que da cuenta de un envejecimiento progresivo y acelerado en la población. Actualmente, en México 12 por ciento de mexicana/os tienen 60 años o más. El 4.7% sobrevive con una pensión de 600 pesos y no se cuantifica cuantos sin nada. Sólo el 2.9 por ciento tiene pensión en la seguridad social. Se estima que para el año 2050 la población de adultos mayores llegará al 25 por ciento y llegará en total indefensión.

 

Pese a que facilitó a sus descendientes terreno para que construyeran su departamentito, el hijo David González y su nieta, Beatriz Gea González consiguieron que los demás parientes firmaran para quitarle el predio y precaria vivienda. Luchita no alcanza a comprender su comportamiento. Las consecuencias son evidentes: Pérdida de la dignidad, la confianza y la esperanza; Agravamiento de enfermedades. Su deterioro físico se acelera por el impacto emocional de saberse perseguida y la posibilidad de ser desalojada de su único bien. Intenta permanecer entera pero la exhausta mujer se quiebra.

–Los encomiendo a Dios y que Él Toque su corazón–, y la mujer rompe en sollozos pidiendo perdón por llorar.

 

Como un retrato fiel del México que ocupa el segundo lugar en la tasa de pobreza de personas retiradas entre los 34 países OCDE, Luz Ma habita el lugar más deteriorado del predio que comparte con su familia. No les basta. Quieren el terreno para construir una escuela. Afirma que nunca cedió su casa a la nieta,  quienes aprovechando su analfabetismo aseguran contar con sus huellas, supuesta prueba que apareció luego de que no pudieron presentar el testamento de la bisabuela durante el juicio civil.

 

El 10 de septiembre la fuerza pública, con cerca de 10 policías y un grupo de subordinados del poder judicial en Veracruz, intentaron desalojar a la indefensa mujer con una diligencia, impedida por más de medio centenar de vecinos ante la situación del abuso. El abogado, de la nieta Beatriz Gea González, informó que el Juez Segundo de Primera Instancia ordenó el desalojo de la octogenaria.

 

Los vecinos denuncian públicamente presunto caso de tráfico de influencias ya que la nieta, como se demuestra en varias imágenes en redes y portales de noticias, es cercana  a un polémico diputado panista Sergio Hernández, asegurando que ejerció presión para que jueces resolvieran en beneficio del hijo y la nieta. Un diputado local que ha sido acusado de corrupción y que mediante un tuit con un comunicado negó relación alguna con la nieta de quien se infiere es víctima de abuso.

 

Si bien la falta de apoyo social, que es uno de los detonantes, produce el maltrato a personas mayores, la sociedad veracruzana cada vez más despierta en materia de injusticias, provocó que un juez Interino del Juzgado Segundo de Primera Instancia del Distrito Judicial de Xalapa, Alejandro Rodríguez, suspendiera la acción de ejecución de desalojo ante el escándalo.

 

El abogado penalista Tomás Mundo, quien próximamente lanzarán una cruzada para rescatar inocentes de la cárcel, confirmó que el diputado Sergio Hernández, será denunciado por irregularidades en el desalojo de Luz María y presunto tráfico de influencias. El código penal de Veracruz sanciona hecho, acto u omisión de los derechos que le asisten a una persona mayor.

 

Luz María forma parte del segmento social creciente de adultos mayores donde es difícil detectar el abuso al que están expuestos. Las personas que cometen el maltrato tienen la mayoría de las veces una relación de confianza con la persona mayor. Son a menudo familiares y/o trabajadores sanitarios. Los tipos de maltrato van desde Insultos, amenazas, humillación, control de los actos, encierro y aislamiento. Y como en los casos referidos mal uso o robo de dinero o de bienes de la persona, que también se configura como violencia y delito.

 

Doña Luchita vive una circunstancia donde ante la ausencia de datos se conjetura que las tasas pueden ser muy elevadas y alerta que hay miles de personas mayores en peores condiciones de maltrato. Llama a evitar golpes y otras vejaciones sobre las personas que ya no pueden valerse por sí mismas. Exhorta al gobierno y al Estado a protegerlas y a hacer vigentes sus derechos.