Bernardo Gutiérrez Parra
Estela Casados, coordinadora del Observatorio Universitario de Violencia contra las Mujeres, dijo hace unos días que sólo en marzo se registraron en la entidad 70 agresiones contra las mujeres, mientras que en el primer trimestre se contabilizaron 176.
El sector Salud Federal por su parte, señala que en el primer trimestre del año, cinco estados de la República, entre ellos Veracruz, sumaron en conjunto el 50.5 por ciento de los 14 mil 128 casos de violencia intrafamiliar registrados en el país y se mantiene la tendencia de que 9 de cada 10 “accidentes” por conflictos domésticos, los sufren las mujeres.
Es decir, entre enero y marzo hubo en el país más casos de violencia intrafamiliar que personas infectadas por el coronavirus (hasta este domingo iban 8 mil 261 casos confirmados), con la salvedad de que ahora se les llama “accidentes”.
¿A quién se le ocurrió semejante nombrecito para estos ataques? ¿Cómo puede ser que se catalogue como accidente que un sujeto le aviente una olla de café hirviendo a su esposa?
A reserva de investigarlo, así es como los registra la Secretaría de Salud; la mujer a la que le aventaron la olla es la “accidentada” el hecho es un “accidente” e imagino que el descastado causante de la agresión ha de ser el “accidentador”.
Un dato más allá de lo preocupante es que un mes antes, la Secretaría de Salud había contabilizado 8 mil 988 “accidentados” por violencia intrafamiliar, lo que quiere decir que de febrero a marzo hubo 5 mil 240 personas accidentadas más. Esto previo al inicio de la cuarentena por el coronavirus ordenada por la misma SS.
No quiero imaginar el número de “accidentadas” que habrá cuando terminen los meses de abril y mayo, los más pesados de la cuarentena.
En el caso concreto de Veracruz, de enero a marzo se cometieron 1, 129 agresiones intrafamiliares de las que 1, 055 las sufrieron mujeres, es decir, el 93.5 por ciento. Y hubo 74 agresiones contra varones, el 6.5 por ciento.
El 20 de febrero la diputada federal Anilú Ingram, sin duda una de las legisladoras que más ha defendido a las mujeres y menores maltratados, presentó una iniciativa para reformar la Ley General de Víctimas y la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, a fin de garantizar los derechos de los menores de edad en estado de orfandad a consecuencia de los feminicidios.
Sobre el tema, la legisladora veracruzana manifestó que según el Instituto Nacional de las Mujeres, “tan sólo en 2019 quedaron en orfandad 3 mil niños y niñas y jóvenes de madres víctimas de feminicidio y estos menores son el otro lado de la tragedia que nadie ve”.
Anilú agregó que sería la Comisión Nacional Ejecutiva de Atención a Víctimas o las Comisiones de víctimas de los estados, los responsables del registro. Y el gobierno federal y los estatales deberán cubrir las necesidades de alimentación, atención médica y sicológica de los menores.
¿Qué tienen que ver las agresiones intrafamiliares con la propuesta de Anilú? Mucho.
Las agresiones a la mujer son primas hermanas de los feminicidios. Y todo se encadena.
No es raro que una agresión a la mujer termine en feminicidio; feminicidio es igual a orfandad y orfandad es igual a abandono.
Y sobre estos abandonos es la propuesta de Anilú, por si aún no lo saben sus pares del Congreso, sobre todo los de Morena, que antes de llegar al poder se alzaron como los defensores a ultranza de las mujeres y de los menores huérfanos y abandonados. Y hasta la fecha…
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