- Los veracruzanos no deben ser apáticos, sino sufragar informados y con libertad.
El próximo 1 de julio de 2018, se llevarán a cabo las elecciones más importantes de la
historia de México en los últimos años. A nivel federal elegiremos Presidente de la
República, Senadores y Diputados para el Congreso de la Unión. A nivel local, elegiremos
Gobernador y diputados al Congreso del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave.
Recordemos que votar es un derecho y también una gran responsabilidad ciudadana.
Todos debemos ir a las urnas y participar. Con nuestro sufragio definiremos el futuro de
nuestro país y de nuestro estado.
Como han dicho nuestros obispos en su mensaje del 15 de abril de 2018: “Los ciudadanos
buscaremos que sea el bien de todos el que ilumine y motive nuestro voto personal, libre,
secreto, razonado, acompañado del mejor discernimiento de cada ciudadano, buscando
cuál opción puede propiciar el mayor bien posible. Habremos de discernir cuál opción
puede conducirnos a tener acceso a la paz, la seguridad, a la confianza y la justicia, al
respeto de los derechos humanos y a la solidaridad real con los pobres y excluidos”.
En este proceso electoral son muchas las personas que participan. En primer lugar, los
diferentes candidatos que han ido presentado sus propuestas de campaña y sus
programas de trabajo para responder a los grandes desafíos que enfrenta nuestra
sociedad. Están también, los diferentes partidos políticos y miles de ciudadanos que
desempeñaran diversas funciones el día de la elección, unos capacitando, otros integrando
las casillas, otros tantos participando como observadores, etc. Y, desde luego, cada
ciudadano que emitirá su voto. Todos desempeñaremos un servicio para nuestra sociedad.
Todos los que tenemos el derecho y la obligación de votar, casi 90 millones, no podemos ni
debemos quedarnos en la indiferencia, la apatía o la negación de ejercer nuestro sufragio.
Se necesita que todos tomemos parte en este gran acontecimiento. Debemos participar
para poder transformar. Con nuestro voto, los ciudadanos seremos los responsables de
darle a nuestra sociedad buenos servidores públicos. En este proceso electoral, los
ciudadanos debemos hacer la diferencia, pasar de la queja a las propuestas y de la
indignación a la participación.
El futuro que deseamos es posible, debemos ser personas de esperanza, debemos por lo
tanto contribuir para que tengamos un mejor Estado y un mejor País, donde haya paz y
progreso para todos, donde se aprecie y respete la vida, un Estado que proteja a la
institución del matrimonio, un estado con servidores públicos trabajando por el bien común
y dando respuesta real a los grandes problemas que han generado sufrimiento, indignación
y reclamos. Necesitamos un país que genere índices de bienestar para todos.
Por eso, este 1 de julio hay que salir a votar y participar en las elecciones. No obstante que
las propuestas y candidatos no sean del todo convincentes es necesario participar. El voto
es un derecho y un deber ciudadano. Recordemos que hay que votar de forma libre,
razonada, discernida, informada, responsable y secreta.
Recordemos además que nuestra responsabilidad en la participación ciudadana no termina
con la emisión del sufragio, será necesario dar continuidad a nuestra participación para
contribuir en la construcción de una mejor sociedad. Por tanto, habrá que dar seguimiento
al sentido de nuestro voto.
Se necesitará vigilar el desempeño de los servidores públicos legítimamente constituidos;
será necesario exigir después de forma cívica y organizada el cumplimiento de las
promesas de campaña. Será necesario exigir buenos resultados, transparencia, rendición
de cuentas y compromiso por el bien común.
Esperamos que las elecciones del próximo 1 de julio sean copiosas, que se lleven a cabo
en forma ordenada, civilizada y pacífica. Que se respete la voluntad de los ciudadanos y
que los funcionarios y candidatos mantengan un comportamiento ético, responsable y con
mucha madurez política.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Director
Oficina de Comunicación Social
Arquidiócesis de Xalapa