¡Pepe Yunes logra la aceptación de amplios sectores de la población; los jóvenes lo apoyan!
A 20 días de las elecciones la realidad, fuera de las encuestas, define el perfil, apuntala la tendencia y la ciudadanía en franca reflexión ya decidió.
Bien se dice que esta víspera corresponde a la reflexión ciudadana y a los veracruzanos les queda claro que votarán más por la persona que por el partido.
Hoy en la pasarela hay cuatro tiradores a la gubernatura, más bien tres ya que la señora July Sheridan, es solo sirvienta de los intereses del hijo del gobernador y ahora la golpeadora oficial de Pepe Yunes tras su impresionante posicionamiento.
Así, descartada la “Lady Nervios” queda una terna en donde el juego se clarifica.
Asimismo incomoda a la opinión pública esa necedad de Cuitláhuac García y Miguel Angel Yunes Márquez, uno empeñado en no mencionarlo por su nombre en foro o debate alguno y calificarlo de “bodoque”; mientras el otro, ahora sí que el hijo del gobernador, en ser despectivo, no darle la mano para saludarlo y calificarlo de “corriente”.
Eso la gente observa… pica, lica y califica.
Contempla además lo corto de Cuitláhuac en la exposición de motivos y proyectos de gobierno. Se muestra ignorante de temas financieros al hablar de miles, de cientos de millones de millones de pesos presupuestales y de ahorros mágicos; de la creación de seis universidades populares –como en la ciudad de México que no sirven para nada-, de temas de seguridad no sustantivos ya que son más de ataque a Yunes Linares y de una preocupante cancelación de la Reforma Educativa cuando sea gobernador pasándose por el arco del triunfo la Constitución federal.
Ese titubeo permanente; el siseo; el no hablar de corrido; el no reflejar liderazgo y confundir al “bodoque” del Peje con el del gobernador solo mueven a la risa.
Cuitláhuac García no oculta su coraje contra cierta prensa y en lo particular con una, Claudia Guerrero, a quien menosprecia y no saluda en encuentros periodísticos públicos; no gusta de las candilejas, pero se queja de que nadie se le acerca salvo cuando viene su papá putativo Andrés Manuel López Obrador.
Su vestir y andar son desgarbados. Su pelo hirsuto desespera y no genera respeto alguno.
Se dice que en política no solo hay que ser, sino también parecer. Cuitláhuac ni es ni parece. Entra a lugares públicos y no levanta ningún ánimo y no se entiende su presencia si no es al lado del Peje.
Todo esto la gente lo registra al igual que el comportamiento hosco y agresivo de Miguel Angel Yunes Márquez quien pareciera que va a fuerzas a los debates y encuentros como el de XEU o el de los colectivos que reclaman por sus desaparecidos.
Se altera más rápido que su padre y su mecha corta le hace decir barbaridades como las registradas en el primer debate en la radio abierta en donde en la impronta y ante la desesperación por las agresiones de Cuitláhuac empezó a desvariar sobre propiedades públicas construidas bajo su mandato como alcalde de Boca del Río.
“A ver Cuitláhuac, tú qué vas a hablar de obra pública si nunca en tu vida has construido un metro de banqueta”, le espetó Yunes Márquez al irritante Cuitláhuac.
Incluso le ofreció una entrada para el Foro Boca: “para que vayas a oír a mí Filarmónica, a la que yo creé en el 2014, a mí Foro y que realmente te cultives un poquito porque se ve que te hace falta”
Eso lo liquidó.
Los memes y sátiras periodísticas no se hicieron esperar; las críticas tampoco, todas aderezadas con su pasado reciente que habla de la deuda pública cuando fue alcalde y el Foro Boca presupuestado en cientos de millones por encima del costo real.
Todo eso también la gente lo ha venido observando y registrando a la par de la contrastante mesura de Pepe Yunes que sin prisas, pero sin pausas ahí la lleva en el respeto, en la mesura, en el no ataque y fundamentalmente en la propuesta.
Sin rehuir se ha expresado sobre el tema Duarte. “Javier Duarte ya está en la cárcel y los problemas en Veracruz continúan; y uno de los problemas más sentidos que padece la sociedad a flor de piel es la inseguridad”.
Insiste además en que Duarte no puede ser la excusa para las condiciones en las que se encuentra Veracruz: “Duarte ya no puede ser tapadera de ineptitudes”.
Y en materia económica considera que la entidad se encuentra en el peor momento de su historia: “Insisto, para quienes pensaban que no se podía estar peor que en el 2016, basta simple y llanamente revisar los indicadores económicos del INEGI en el 2017, Veracruz en plena recesión económica”.
Pepe Yunes recordó el porcentaje de crecimiento de Veracruz, antes y después: “Decir que del 2010 al 2016, que es la época de Duarte, la economía apenas creció arriba del cero por ciento, pero creció, en el 2017 la economía decreció 1.1 por ciento del Producto Interno Bruto, es decir, estamos en recesión”.
Y respecto a su honestidad deja muy en claro que “Jamás he tenido un solo señalamiento de corrupción, nadie puede decir que recibí un moche; hay un refrán muy cierto que se le atribuye a Abraham Lincoln y dice que se puede engañar a todo el mundo algún tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo. Los ciudadanos me han respaldado durante siete elecciones”.
Ese es el escenario real.
Ese que está lejos de las encuestas que no miden la credibilidad. Es el marco donde los veracruzanos habrán de decidir por quien votar, una decisión que muy posiblemente ya la tiene tomada buena parte de los 5.8 millones de veracruzanos que en unos días irán a las urnas a votar por el verdadero cambio que espera Veracruz.
Y vaya cierre meteórico el de Pepe. Bien guardadito que se lo tenía. Es el “Efecto Pepe”.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo