Lobos de la BUAP hizo todo lo posible por descender. La Directiva cambió al técnico para poner a su auxiliar y perdió seis juegos y empató uno de los últimos siete partidos. Se ve que a los poblanos les afectó el fácil cinco por cero que clavaron a los Tiburones Rojos de Veracruz, pues después de esa goleada ya se sintieron salvados y solamente sacaron un punto de 21 posibles. Así, tienes ganas de irte a la liga de plata.

Por otro lado, Veracruz permanecerá seis torneos más, al menos, en la Liga MX y eso se lo deben más a lo que dejó de hacer Lobos que al trabajo propio para quedarse en la extinta Primero División.

Hoy es momento de cambiar el chip con el cual se planea cada temporada en el seno de los escualos. Si es que eso se hace en la realidad.

Año tras año y salvo aquellas liguillas de la reciente época con Carlos Reinoso al frente del conjunto rojiazul, los Tiburones solo tienen una meta al finalizar el torneo: No descender. Hoy se le abre el panorama no sólo a los directivos, cuerpo técnico y jugadores para respirar tranquilos sin la quema del descenso persiguiéndolos, sino también a los aficionados para que comience una ilusión que los lleve al título, a pelear con las grandes economías de los equipos poderosos desde la humildad de la contratación certera en los extranjeros y lo generación de futbolistas de la cantera.

Ya lo anunció el dueño de la franquicia Fidel Kuri Grajales: va a dejar la política a un lado y dedicarle el tiempo suficiente a sus empresas, entre ellas el equipo de futbol, lo cual permitiría que se concentrará en contratar buenas individualidades nacionales y extranjeras y no comprar jugadores por paquete, donde pueden salir uno o dos buenos de seis que se suman a las filas escualas.

El equipo debe hacer un borrón y cuenta nueva en la mentalidad de los jugadores, incentivarlos de alguna forma que den el todo por el todo en la cancha y que salgan a querer ser campeones, a levantar un título que no solo se le ha negado al conjunto veracruzano, sino que no ha tenido ni la oportunidad de levantar el trofeo del torneo de Liga.

Es el momento. Serán seis torneos con la oportunidad de darle otra cara a una institución histórica como la de Veracruz, que los equipos rivales no vean más la playera del puerto como un equipo chico y consolidarse con un buen proyecto para evitar problemas de descenso a futuro y ser un participante asiduo a las liguillas, como lo son Tijuana, Pachuca, Santos.

Es, a partir del siguiente fin de semana, cuando comienza una nueva era en Tiburones Rojos de Veracruz: sin presiones y sólo con la opción de ser campeón porque es lo único que se disputarán estos torneos.

Es más, denles chance seis meses. Vamos a pensar que si los escualos son campeones en el tercero, cuarto o quinto torneo, no importa que el primer de estos tres años asegurado se eche a perder. No estaría mal para apuntalar un equipo que a partir del segundo torneo comience a motivar a su afición a ir a la tribuna sin que le regalen los boletos.

Primero habrá que ver si se queda el actual técnico o traen otro. Si mantienen la base de jugadores o se van los que “ya cumplieron su ciclo”. Qué tan buen o mal mundial hacen los peruanos para regresar a Veracruz o irse a otras latitudes. Todo esto después de un verano que deben aprovecharse también para ponerse objetivos claros y convincentes a corto, mediano y largo plazo.

No hay excusas para no hacer un equipo competitivo en Tiburones Rojos y es la hora para que los aficionados puedan sentir de cerca un título de la Liga MX.

Botepronto: Toluca es más líder que nunca y la continuidad con Hernán Cristante está dando resultados. Hoy es más favorito que Rayados, Tigres y el América, juntos.

Préndela así, de volea.

De volea
Por: Áser Oropeza
@ASerOro