Bernardo Gutiérrez Parra
El domingo anterior el ex diputado Antonio García Reyes, transitaba por una calle de Huatusco cuando perdió el control de su vehículo y atropelló y mató a una niña de siete años. Todo indica que manejaba en estado de ebriedad y quienes vieron el accidente trataron de lincharlo.
Este sujeto era suplente del asesinado diputado Juan Carlos Molina Palacios y quedó en su lugar a partir de noviembre del 2019. Su única actuación relevante fue votar a favor de la Reforma Electoral propuesta por Morena lo que le costó que lo expulsaran del PRI. Pero siguió cobrando su sueldo y dietas hasta el pasado mes de octubre.
Un video lo muestra en la parte trasera de su camioneta poniéndose los pantalones y diciendo que se entregaría a la policía. ¿Qué hacía sin pantalones? Eso es irrelevante, lo sustantivo es que hubo quienes lo vieron chocar contra un poste y subirse a una banqueta donde se encontraba la menor.
Elementos de la policía lo salvaron del linchamiento y lo pusieron a disposición de un juez. Sabiendo de quien se trata, familiares de la víctima pidieron que lo mantuvieran en prisión y se hiciera justicia, pero…
No pasaron ni 48 horas del percance cuando el juez Luis Alberto Cobos Hernández lo puso en libertad, seguramente después de que su cuenta bancaria experimentara un sustancioso incremento. De otra manera no se explica uno lector, por qué lo soltó si el individuo manejaba presuntamente ebrio y en su vehículo se encontraron botellas de cerveza y licor.
Y es aquí donde hizo su aparición Súper Cuitláhuac García para manifestar que la Fiscalía General del Estado solicitó al juez la prisión preventiva de Antonio, pero el juez la modificó por proceso en libertad. Más para que se viera quien manda que para la foto, dijo que “solicitaría” al Poder Judicial actuar contra el juez y el Poder Judicial en un acto de supina abyección a la voz de su amo suspendió al togado horas después.
A ver lector, ni defiendo al juez y mucho menos al ex diputado, lo que discuto es la intromisión del titular del Ejecutivo estatal en asuntos del Poder Judicial.
Al presunto asesino debió revisarlo un médico para comprobar si en efecto iba en estado inconveniente. El juez debió ver el expediente y ordenar prisión preventiva, pero esto no ocurrió. Hasta que se demuestre lo contrario, todo hace suponer que le tallaron la mano con un buen billete. Igual que ha sucedido en otras ocasiones con jueces que protegen a politicastros de muy baja estofa.
Más que viciado, el proceso contra Antonio García estuvo corrompido de origen y eso debe castigarse. Aunque en lo personal tengo mis dudas.
El caso de la menor atropellada está mostrando tres cosas: que Cuitláhuac García es dueño absoluto del Poder Judicial estatal con lo que está más que confirmado que la separación de poderes es puro cuento; que la Magistrada Presidenta Isabel Inés Romero Cruz está a sus órdenes y que la corrupción de los jueces está lejos de terminar.
A menos que ocurra un milagro de la justicia, puedes apostar lector a que el ex diputado García Reyes evitará por todos los medios pisar otra vez la cárcel y seguramente lo logrará. Y al cabo de unas semanas o meses, el juez Cobos Hernández estará “impartiendo justicia” en otra ciudad.
Y es que así se manejan aquí la corrupción y la rampante impunidad.
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