Luego de ser cuestionado sobre la masacre de 11 personas en un bar de Jaral del Progreso en Guanajuato, ocurrida durante la madrugada del domingo, el presidente respondió que “vamos bien”, acusó a la Prensa de hablar mal de él y que está cumpliendo con los compromisos que hizo en campaña.
“Estoy llevando a cabo compromisos nuevos, muchos compromisos que no están en los cien compromisos que hice en el Zócalo y vamos bastante bien a pesar del coraje, del enojo de los conservadores y de los medios de información”.
El mandatario agregó que “nunca habían atacado a un presidente como ahora y sin embargo vamos avanzando. La gente está consciente de que estamos trabajando”.
“En las últimas encuestas, la mayoría del pueblo de México nos está respaldando, esto les molesta mucho a los adversarios, a los que no pagaban impuestos, a los que se sentían dueños de México, a los intelectuales orgánicos que eran bien tratados y desde luego los periódicos, estaciones de de radios, las televisoras”, agregó López Obrador.
La Masacre
Los hechos ocurrieron la madrugada de este domingo en el centro nocturno llamado “La Cabaña del Toro”, ubicado cerca de la carretera estatal que conecta a Jaral del Progreso con el municipio de Cortazar.
De acuerdo con versiones preliminares de las autoridades, al lugar llegó un grupo armado y disparó en contra de trabajadores y clientes del bar.
El saldo fue de 11 personas muertas, siete hombres y cuatro mujeres, mientras que otra persona que resultó herida fue trasladada a un hospital cercano.
Elementos estatales y federales llegaron al lugar para acordonar la escena del crimen.
Jaral del Progreso, con una población de 40 mil habitantes aproximadamente, está ubicado en el sur de Guanajuato y a solo 25 kilómetros de Villagrán, municipio donde nació el Cártel Santa Rosa de Lima.
Dicha agrupación criminal era liderada por José Antonio Yépez Ortiz, conocido como “El Marro”, quien fue detenido el pasado 2 de agosto y actualmente está a la espera de conocer su sentencia en el penal federal de máxima seguridad del Altiplano.
A pesar de ello, el cártel guanajuatense mantiene una férrea disputa con el Cártel Jalisco Nueva Generación por el control del estado, el más violento de México desde el 2018.
Ambos grupos delictivos tienen entre sus fuentes de ingreso el robo de combustible, el tráfico de drogas y la extorsión a comerciantes y empresarios.
De enero a agosto en Guanajuato han sido asesinadas 3 mil 032 personas, el 84 % de ellas con un arma de fuego, mientras que a nivel nacional la cifra de víctimas asciende a 23 mil 471.
Según las autoridades locales, 9 de cada 10 homicidios ocurridos en Guanajuato están relacionados con el crimen organizado.