Tel Aviv.- El gobierno israelí declaró formalmente la guerra el domingo y dio luz verde a “medidas militares significativas” para tomar represalias contra Hamas por su ataque sorpresa desde la Franja de Gaza, presagiando mayores combates en el futuro, mientras el balance del conflicto superaba los 900 muertos y miles de heridos en ambos bandos.

Más de 24 horas después de que Hamas lanzara su incursión sin precedentes fuera de Gaza, las fuerzas israelíes seguían intentando aplastar a los últimos grupos de combatientes militantes atrincherados en varias ciudades del sur de Israel. Según los informes, al menos 700 personas han muerto en Israel -una cifra asombrosa que el país no había experimentado en décadas- y más de 300 han perdido la vida en Gaza a causa de los ataques aéreos israelíes sobre el territorio.

Las autoridades seguían tratando de determinar cuántos civiles y soldados fueron capturados por combatientes de Hamás durante el caos y llevados de vuelta a Gaza. Por los videos y los testigos, se sabe que entre los cautivos hay mujeres, niños y ancianos.

Hasta mil combatientes de Hamas participaron en el asalto, declaró el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken en el programa “This Week” de la cadena ABC, una cifra elevada que subraya el alcance de la planificación del grupo militante que gobierna Gaza. Los hombres armados dispararon durante horas contra civiles en ciudades, carreteras y en un festival de música tecno que se celebraba en el desierto cercano a Gaza.

Los civiles de ambos bandos ya estaban pagando un alto precio.