Desde el Café

Por Bernardo Gutiérrez Parra

Es del dominio público que la resolución del Parlamento Europeo donde se exhorta al gobierno de México a proteger a periodistas y defensores de los derechos humanos, puso furioso al presidente López Obrador que masculló maldiciones y resolvió contestarla el mismo viernes 11 de marzo que la recibió.

Como bien sabes lector, su respuesta fue virulenta y a partir de ese momento todo se ha ido en la defensa que han hecho de él sus seguidores y en las sesudas descalificaciones de analistas políticos y ex embajadores. Pero lo sustantivo, el exhorto a proteger a los periodistas, pasó al cajón del olvido y acaban de matar al séptimo.

Se llamaba Armando Linares López y de alguna manera lo conocíamos porque mediante un video anunció la muerte de otro de sus compañeros; el también periodista Roberto Toledo asesinado a tiros a finales de enero. Una versión dice que Armando fue ultimado la tarde de este martes en el centro de Zitácuaro; otra asegura que fue sacado de su casa para luego ser ejecutado.

Como haya sido, es el séptimo comunicador eliminado en este año lo que constituye una barbaridad.

Siete periodistas asesinados en dos meses y quince días no se registraron ni en la Segunda Guerra Mundial, ni en la Guerra Civil Española, ni en la Revolución Mexicana. Siete periodistas asesinados en tiempos de paz en este país en el lapso de 75 días, no se tienen registrados en ninguna época de su historia.

¿Con qué saldrá el presidente en su mañanera de hoy? Quizá la detención de El Bronco le sirva de cortina de humo para tapar el caso. Pero si no le queda más remedio ¿qué dirá?, ¿que lo lamenta?

Ojalá no salga con la gansada de repetir que estos asesinatos son producto de las políticas neoliberales del pasado, porque será una deleznable respuesta.

En su contestación a los parlamentarios europeos López Obrador les dice injerencistas, corruptos, golpistas, reaccionarios y borregos. Dice que ya no somos un país de conquista, presume su segundo lugar en popularidad mundial, habla de la Cuarta Transformación “impulsada por millones de mexicanos”, asegura que en México se respetan los derechos humanos, pero no dedica ni una sola línea a proponer un plan para defender a los periodistas.

La resolución de los parlamentarios la tomó como una afrenta, como una ofensa personal y esto hizo salir al pandillero barriobajero que lleva dentro.

¿Y los periodistas?

Que se vayan mucho al diablo, lo mismo que los niños con cáncer, las madres solteras, las mujeres violentadas, los muertos por la pandemia, los feminicidios, los secuestros y todo lo que estorbe el avance de la 4T.

A veces me pregunto cuántos de los 30 millones que votaron por Andrés Manuel están genuinamente satisfechos de su labor como presidente.

Votaron por la paz y tres años y cuatro meses después viven en un país con 115 mil homicidios dolosos y contando. Votaron contra la violencia y las masacres continúan. Votaron porque Andrés Manuel les dijo que acabaría con la delincuencia y ésta ya se apropió de un tercio del país. Votaron porque les dijo que primero los pobres y en efecto, hay 4 millones más junto con 3 millones más de miserables. Votaron porque les aseguró un crecimiento del 7 por ciento y el decrecimiento sigue con el consiguiente desempleo.

Y me lo pregunto porque ¿cuántos de ellos votarán este 10 de abril para que el autor de que México esté viviendo una de las peores etapas de su existencia siga destrozando al país?

bernardogup@hotmail.com