Bernardo Gutiérrez Parra
El Fondo de Desastres Naturales que se instituyó para auxiliar a estados y municipios víctimas de sismos, huracanes, sequías y tormentas tropicales tuvo un final deshonroso. En octubre del año anterior Andrés Manuel López Obrador dijo que desaparecía porque se corrompió.

“Hay elementos suficientes para sostener que era una ‘caja chica’, bueno ni tan chica, para funcionarios que compraban de todo sin licitar aprovechando que había una emergencia, miles de millones de pesos en catres, láminas de zinc, en todo, a precios elevadísimos”, denunció el presidente. ¿Pruebas? No presentó ninguna. ¿Sujetos que fueron a prisión por atracar de esa manera? Ninguno.

Días después el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, le entró al jaleo presidencial al manifestar que el FONDEN contaba con activos por 4 mil 911 millones de pesos, pero tenía adeudos por 113 mil 123 millones al cierre de agosto del 2020. Y con los huracanes y terremotos de años anteriores, más los sismos del 2017 sus pasivos aumentaron a 18 mil 34 millones de pesos.

Nadie le creyó al secretario, pero dijo más. Tras negar que el gobierno federal quisiera esos millones para otros menesteres “porque el FONDEN no tiene recursos, lo que tiene son deudas” agregó: “Hay un problema operativo que hace que el FONDEN tal como existe hoy no sea adecuado”. ¿Cuál era ese problema operativo? No lo dijo.

En diciembre el Congreso Federal aprobó la Ley General de Gestión Integral del Riesgo de Desastres y Protección Civil que sustituyó al FONDEN, pero hasta hoy es letra muerta y nadie o casi nadie sabe cómo funciona.

La madrugada de este sábado el huracán Grace pegó con fuerza en el norte de Veracruz e hizo desastre y medio. Presto a resolver entuertos, el gobierno estatal anunció que destinará 114 millones de pesos en rehabilitar áreas de salud, educación y en reconstrucción. Pero esta palabra la dejó como en el aire, como en abstracto, porque no especifica qué se va a reconstruir con esos 114 millones.

En Veracruz se necesitan mínimo 2 mil millones de pesos para solventar destrozos y paliar las tragedias que dejó Grace pues destruyó calles y carreteras, inundó hogares, escuelas y hospitales, dejó en la vil chilla a miles de familias y arrasó con siembras y cosechas. El FONDEN era ese paliativo pero ya no está y el plan B del gobierno federal para sustituirlo es como todos sus planes B; sólo existe en el papel.

Quizá obligado porque mañana martes le toca estar en Córdoba para conmemorar el 200 aniversario de los tratados que firmaron en esa ciudad Agustín de Iturbide y Juan de O’Donojú, López Obrador anunció que desde ahí dará a conocer un plan de apoyos para los afectados por el huracán.

¿Hasta el martes? Sí, hasta el martes a pesar de que los damnificados necesitan apoyos y con urgencia desde el sábado por la tarde.

Digo, no es por contrariar al señor López Obrador pero en tiempos del FONDEN los apoyos de emergencia se preparaban con días de anticipación. Y llegaban a sus destinatarios apenas pasaba el huracán o la tormenta. Incluso cuando había sismos, que no se pueden predecir, la ayuda era pronta y expedita.

Lo que sí recibieron los damnificados el sábado por la noche fue un emotivo mensaje del presidente: “Mi pésame a los familiares de niños y adultos que fallecieron por el huracán en Xalapa y otros lugares de Veracruz. No están solos. Cuentan con Cuitláhuac y todos nosotros”.

¿Pensará en serio Andrés Manuel que los veracruzanos cuentan con el apoyo del gobernador o será otra de sus bromas de humor negro? Tan no tiene empatía con los veracruzanos que a diferencia del presidente, se le olvidó dar el pésame a los sobrevivientes de un alud donde murieron siete personas; seis de ellas menores de edad.

Por otra parte, el presidente tampoco canta mal las rancheras en eso de ofrecer apoyos que se lleva el viento.

El “no están solos” lo dijo la primera vez que vino como presidente a Veracruz, la cuarta y la sexta vez (entre otras). También se lo dijo a los deudos de las masacres en Minatitlán y Coatzacoalcos que hasta la fecha están a la espera de apoyos y sobre todo de justicia.

Espero equivocarme, pero no creo que en su visita del martes Andrés Manuel le dé un giro a su discurso. Seguirá destilando su veneno, frustración, amargura y complejos contra quien se le ponga enfrente y en una de esas le canta la bronca a Iturbide y O’Donojú.

Es casi seguro que descalifique una vez más al FONDEN y termine su perorata prometiendo unos apoyos que quizá nunca lleguen a sus destinatarios. Pero que altere su agenda para visitarlos; ni en sueños.

Y es que eso no va con él porque es parte del conservadurismo, según sus propias palabras.

Aunque nimiedades aparte, lo bueno de los veracruzanos es que no están solos, cuentan con Cuitláhuac.

Bendito sea Dios… Caray, qué bonito.

bernardogup@hotmail.com