Bernardo Gutiérrez Parra
Las gráficas y el video son conmovedoras. López Obrador toma paternalmente los antebrazos de un sujeto que “burlando la vigilancia” de Palacio Nacional, se le acercó en la mañanera de este lunes. El joven, identificado como José Luis de 31 años de edad y originario de Durango, salió de la parte de atrás del templete y se dirigió al Presidente sin que nadie lo detuviera.
Por los movimientos corporales de ambos (el joven como confesándose y López Obrador en plan de confesor), recordé una imagen muy similar de Juan Pablo II con Mehmet Ali Agca, su frustrado asesino y casi lloro nomás de puro sentimiento.
¿Cuál fue el mensaje? Quién sabe, pero nadie se traga la píldora de que el joven se metiera a Palacio Nacional como Pedro por su casa, cuando tuvo que pasar al menos por tres filtros de seguridad antes de llegar al Jefe del Ejecutivo. Y menos, que estuvo toda la noche debajo del templete hasta que llegó el Presidente.
Si esto es cierto qué mal anda la protección al Presidente y la vigilancia en Palacio Nacional.
Pero López Obrador tomó el incidente con filosofía y dijo catequizador: “Es interesante poner en consideración que no se puede tener tanta vigilancia. Antes existía el Estado Mayor que no debe de olvidarse eran 8 mil elementos para cuidar al Presidente, un exceso, era un poder al interior del gobierno, con mucha prepotencia y abusos de autoridad. El que nada debe nada teme, estoy tranquilo y la verdad el que lucha por la justicia no tiene nada que temer”.
Las últimas 11 palabras de su perorata me recordaron al Llanero Solitario que así remataba sus aventuras en la televisión de mi niñez. No dudo que el tabasqueño se las haya fusilado de ahí.
Para ponerle más aderezo al asunto, la oficina de prensa dijo que el joven acaba de salir de prisión donde estuvo dos años, no tiene trabajo y tiene una hija a la que no le permiten ver. De ahí que haya recurrido al Presidente para que lo ayude.
Ojalá lo auxilie el Mandatario. Y si así sucede buenos sería que se siga con quienes tienen años esperando ayuda.
Detrás de este joven y haciendo una kilométrica cola, están los familiares de más de 77 mil desaparecidos a los que ha hecho poco caso. Las familias de más de tres mil mujeres asesinadas cruelmente (sólo en este gobierno) y cuyos agresores gozan de impune libertad. También están formados los familiares de los 167 secuestrados al día (en promedio) desde que López Obrador es Presidente. Y las familias de los 65 mil asesinados violentamente en este gobierno. Unos esperan el regreso con vida del hijo o la hija desaparecidos o secuestrados. Otros que al menos se haga justicia.
También están formados y a la espera de un trabajo digno más de 3 millones de desempleados que se quedaron sin chamba debido a las pésimas políticas económicas del señor Presidente. Y los 10 millones de nuevos pobres, los pobres de Andrés Manuel. Sin la mínima esperanza de conseguir trabajo al menos en este sexenio.
A esa enorme fila hay que agregar a los trabajadores de la construcción, del ramo hotelero y turístico y los vendedores informales, todos abandonados a su suerte.
También están pidiendo ayuda los padres de niños con cáncer; los cientos de miles de mujeres violentadas, los médicos que no han alcanzado vacunas y hasta ocho de cada diez veracruzanos que le quieren pedir el favor de que les quite a Cuitláhuac García como gobernador.
Son millones los que están detrás del joven José Luis. Millones los que desean que López Obrador los saque del atolladero en que él mismo los metió con más oportunidades de trabajo, con créditos, con más justicia, con menos violencia.
Esos millones no le están pidiendo dádivas, sino que cumpla sus obligaciones como Presidente.
¿Les hará caso Andrés Manuel o esperará a que vayan en bola a Palacio Nacional y se le aparezcan detrás del templete?
Hubo un herido y no un muerto en Texhuacan
En mi columna de ayer escribí: “Jacinto (Romero, periodista que está amenazado de muerte por sujetos de Texhuacan) dice en su nota que uno de los policías desenfundó su arma y disparó contra los jinetes; uno de los jinetes cayó herido y murió posteriormente”.
Esto último no es cierto.
El joven Efrén Cano Tepole de 27 años, que resultó herido presuntamente por un policía, se encuentra internado en un hospital y su estado de salud es grave ya que recibió un balazo en la espalda, cerca de la columna.
La información la dio a conocer Francisco Garrido Sánchez, dirigente del partido Podemos, al cual pertenece el joven agredido.
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