* Se pavimentan la avenida Los Pinos y las calles Luis Landa Cano y Cedro, que conectarán a más de 15 colonias del noroeste

Xalapa, Ver.- Hace más de 30 años llegaron a poblar la que llamaron calle Francisco Villa, en la colonia Rubén Jaramillo. Esperaron muchos años para contar con servicios básicos, hasta que finalmente –tras una década de gestiones–, quienes habitan en la zona se beneficiarán con un circuito vial de casi un kilómetro de longitud en el que se invierten 14.5 millones de pesos.

Esta obra, que mejorará la movilidad de las y los vecinos de 15 colonias del noroeste de Xalapa, incluye pavimentar un tramo de la avenida Los Pinos y las calles Luis Landa Cano y Cedro: 874.5 metros lineales, equivalentes a 5 mil 262 metros cuadrados con concreto hidráulico, así como las obras complementarias de mil 840 metros de guarniciones, 2 mil 141 metros cuadrados de banquetas, la instalación de 17 luminarias LED y la rehabilitación de 2 mil 821 metros de las redes de agua potable y drenaje sanitario.

Esta calle la abrieron las y los vecinos “a zanjadas”, con sus propias manos, y lucharon para hacer comunidad.

“Cuando llegué éramos nomás como 20 personas. No teníamos ni agua. Se escuchará feo, pero nos la robábamos; no había de otra. Para ir a nuestros trabajos o sacar a algún enfermito teníamos que ir hasta la calle Veracruz a tomar el camión, sin luz. Andábamos con unas lamparitas”, recuerda Margarita López Landa, vocal del Comité de Contraloría Social.

Dice que en todo momento han mantenido comunicación con los funcionarios de las direcciones de Participación Ciudadana y de Obras Públicas del Ayuntamiento: “En Xalapa hemos avanzado, lo veo… En las colonias de alrededor hay mucha obra pública, más desarrollo, y ahora este circuito será de gran beneficio para mucha gente, no sólo para
nosotros”.

El presidente del Comité de Contraloría Social, Lamberto Maldonado Olivares, expone que compró su terreno en la colonia en 1995. Poco a poco fue construyendo su casita, y al cabo de cinco años se pudo cambiar. “Usábamos fosas sépticas, nos colgábamos de la luz.

Cuando llegué, en el 2000, la única calle principal era la Ébano y una parte de Pinos”.

No entraban patrullas, ambulancias ni taxis. Debían caminar trayectos largos para tomar el camión y, siempre que llovía, avanzar entre el lodo, “que nos llegaba incluso hasta las rodillas”.

Aunque esto pareciera un lugar común, es la historia que acompaña a quienes han vivido en las zonas periféricas, alejadas del Centro y las colonias dotadas de servicios públicos básicos.

De este modo pasaron “administración tras administración municipal sin ser tomados en cuenta, y en ocasiones ni siquiera les escucharon”.

Es más, Lamberto Maldonado recuerda que hubo un recorrido con las autoridades pasadas: “Vino un Delegado junto con un líder antorchista y lo abordamos para pedirle que nos tomara en cuenta. Entonces le preguntó al líder si la calle necesitaba la obra y éste le dijo que no, que todo estaba bien. Y se fueron a pavimentar calles que no conectaban con nada, pero representaban beneficios políticos”.

Por ello es que durante años solicitaron la pavimentación de Los Pinos, que conecta una parte importante de la ciudad. Así, recorridos de media hora se reducirán a diez minutos.

Destaca que no debieron aportar ni un peso, lo que les parece muy bien porque otras administraciones siempre pedían cooperación económica de los vecinos: “Aquí hay muchas personas de escasos recursos que apenas tienen para el día a día. Este Gobierno se preocupa por la gente que de verdad necesita, y no lleva obras a las zonas residenciales ni
para beneficiar el negocio de algún político u organización dizque social”.