La conciliación obligatoria y la oralidad en los juicios reducirán los tiempos de los procesos laborales y así, la “industria del litigio” laboral, en la que los intereses de los abogados y despachos privan sobre el de los trabajadores y empleadores para alargar conflictos, terminará con la entrada en vigor del nuevo modelo de justicia laboral.
Así lo dijo el director general del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, Alfredo Domínguez Marrufo, en la conferencia virtual con docentes de la Universidad Panamericana, Retos y Oportunidades ante la Entrada en Marcha de dicho Centro Federal.
Afirmó: “Hoy es el abogado el que tiene la voz cantante, el que comparece y el que habla por el trabajador o por el patrón. Es quien se niega a reinstalar o el que le ofrece el trabajo para revertir la carga de la prueba. Y es quien provoca que el conflicto tome mucho tiempo, porque durante éste, podrá seguir cobrándole a su cliente”.
Refirió además que esta práctica se presenta mucho en las Juntas de Conciliación locales, donde incluso hay abogados en las inmediaciones comprando su caso a un trabajador despedido, a quien dice: “…Puedo hacer que tu patrón te dé tanto, dependiendo de qué rama de industria, de la antigüedad o del salario que éste tenga…”
Este tipo de prácticas son las que se pretenden terminar con el nuevo sistema de justicia laboral. Tiene ya muchos incentivos para lograrlo. Lo primero, es que en estos procedimientos de conciliación no se permite que el trabajador vaya con un abogado y la única persona que puede hablar es el interesado.
Y segundo: todos los juicios se llevarán bajo el principio de inmediación e inmediatez y oralidad, en donde los interesados tienen que declarar ante un juez, las demás partes y los abogados, por lo será muy difícil que alguien que no tiene la razón y no tiene cómo demostrarla, pueda decir mentiras ante un tribunal.
Lo que se pretende es que se privilegie el diálogo y la conciliación a través de estos mecanismos.
Se debe entender que las prácticas y estrategias para alargar los juicios y llevar a testigos falsos que utiliza lo que llamo la “industria del litigio”, no puede continuar, dijo Domínguez Marrufo.
Afirmó que la reforma laboral implica no solo un cambio normativo sino un cambio cultural, que se logrará de manera paulatina, pues tampoco podrá ser de la noche a la mañana.