El PRI en la Cámara de Diputados rechazó la acción malinchista del Gobierno federal de contratar 585 médicos y enfermeras provenientes de Cuba, para participar con el INSABI y la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, para combatir la pandemia causada por el Covid-19, con un costo de más de 6.2 millones de dólares.

Señalaron que en lugar de contratar a extranjeros, se debería garantizar la protección de los profesionales de la medicina y la enfermería mexicanos, pues el índice de contagio y mortalidad de ellos es muy superior al del resto de países que enfrentan la pandemia; tan solo en las dos últimas semanas, los contagios se incrementaron 261% entre el personal de salud. Hasta el 31 de mayo más de 20 mil se habían contagiado y 271 fallecieron.

De igual forma, solicitaron que el gobierno cumpla con la entrega de los bonos que comprometió y las incapacidades laborales del personal médico y de enfermería causadas por Covid-19, sean por riesgo de trabajo y se les pague al 100 por ciento su salario, e hicieron un exhorto a fin de que se utilicen esos recursos para dar certidumbre laboral al personal médico y de enfermería que es contratado por honorarios o de forma eventual, sin tener ninguna de las prestaciones que exige la ley.

Las y los diputados priistas se opusieron también a que se pretenda dejar en manos de personal que no está calificado, las vidas y la salud de las y los mexicanos, especialmente porque no se ha establecido de forma clara el grado de responsabilidad que tendrán al atender a los enfermos, además de que se están violando la Ley General de Salud, la Ley General de Profesiones y las normas mexicanas.

Los Colegios, Asociaciones y Federaciones de médicos especialistas y otras agrupaciones médicas del país, han manifestado su inconformidad porque este convenio con el gobierno cubano desplaza a miles de profesionales mexicanos de la salud altamente capacitados, que esperan una oportunidad para ser contratados por el Sistema Nacional de Salud.

Las y los legisladores del PRI rechazaron este acuerdo, pues dijeron, ignora y margina a los profesionales de la salud mexicanos que han dedicado esfuerzo y entrega en su formación profesional, para que ahora, con la excusa de la crisis sanitaria sean relegados por acuerdos y compromisos políticos.

Esta actitud malinchista relega y ofende a médicos y personal de enfermería formado en las universidades de nuestro país, que han dedicado muchos años para adaptar sus planes y programas de estudio para atender las distintas patologías que presenta la sociedad mexicana.

Por último, señalaron que la salud de la sociedad mexicana no puede ser hipotecada por compromisos de carácter ideológico o para pagar favores a los aliados internacionales del actual gobierno mexicano, pues es la vida de las y los mexicanos la que está en juego.