La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), advierte que el regreso a la nueva normalidad derivado de la pandemia, será compleja para padres de familia, ya que los servicios de cuidado de niñas, niños y adolescentes y las actividades escolares no se regularizarán de manera inmediata en instituciones privadas y públicas, aunado a que expertos apuntan que no será recomendable, a corto y mediano plazo, que las personas mayores o con padecimientos crónicos, se encarguen del cuidado de niñas y niños.
En consecuencia, señala que será necesario que los empleadores otorguen facilidades o permisos para atender a sus hijas o hijos y se generen los mecanismos para la realización de trabajo desde casa.
El Organismo Nacional espera que la nueva normalidad también contenga una visión integral e incluyente de las familias diversas, que es justo donde se rompen mayormente los estereotipos de género.
En el marco del Día Mundial de las Madres y Padres, la CNDH indica que la mayoría de los casos el cuidado y protección de niñas, niños y adolescentes recae en una sola persona, mayormente en las mujeres, por lo que sostiene que el papel de los padres dentro de las actividades de cuidado debe ser visualizado y promovido de manera permanente a través de una educación con perspectiva de género que elimine los estereotipos y por consecuencia la discriminación hacia las mujeres.
De acuerdo a un trabajo del Instituto de Masculinidades y Cambio Social, el 75 por ciento de las tareas de cuidado y reproducción para otras personas miembros del hogar las realizan las mujeres, mientras que sólo un 25 por ciento las realizan los hombres.
La CNDH considera que las responsabilidades y tiempo dedicado al hogar o al cuidado de personas dependientes, sin recibir remuneración alguna, restringe notablemente la posibilidad de las mujeres para en el futuro contar con ingresos propios, buscar opciones en el mercado laboral, avanzar en las carreras educativas y laborales y participar plenamente en la política y la sociedad.
En el ámbito laboral, las madres trabajadoras ven restringidos derechos para una convivencia con sus hijas o hijos, derivados de las largas jornadas laborales, horarios excesivos, y/o falta de permisos para atender necesidades o problemáticas originadas de la crianza.
“La Sana Distancia por el Covid-19 , generó un cambio de rutinas y actividades, incrementando las cargas de trabajo dentro del hogar, y una transformación de las dinámicas familiares, profesionales y educativas de las hijas e hijos. Sin duda, el confinamiento ha incrementado las situaciones de estrés, ansiedad y/o violencia, a lo que se suman las dificultades económicas consecuencia de despidos o reducciones salariales” sostiene.
Agrega que es indispensable que el Estado garantice el otorgamiento de apoyos integrales que permita a las madres y padres ejercer el papel de proveedores y/o cuidadores de sus hijas e hijos, en un ambiente de cordialidad y de respeto pleno de los derechos humanos.