El pasado viernes a mediodía empresarios veracruzanos a los que el gobierno estatal adeuda más de 450 millones de pesos, se plantaron en la escalinata de la catedral de Xalapa para exigir sus pagos. Como único estandarte llevaban una lona que decía “Empresas SOS”, la misma que utilizaron hace dos años para exigirle lo propio al gobierno de Miguel Ángel Yunes que nunca les pagó.

Por casi una hora estuvieron a la espera de que algún funcionario se dignara atenderlos pero nadie se acercó.

Ante el desdén, una comisión atravesó la calle de Enríquez y se plantó frente a la entrada principal de Palacio de Gobierno llevando la copia (sellada de recibida), de una solicitud de audiencia con el gobernador fechada el 7 de enero del 2019. Es decir, hace más de un año.

Hasta ellos llegó un sujeto con el consabido “A sus órdenes ¿en qué puedo servirlos?” que se mostró solícito y servicial. ¿Quién era? Sepa Dios, pero los empresarios le enseñaron la copia de la solicitud. “Ah ¿es esto? Ok, aguanten un momentito porfa”. El tipo se fue y al cabo de un rato regresó con la buena noticia “En unos minutos los van a recibir. Los atenderá el subsecretario de Gobierno en un momentito… no tarda… aguanten porfa… con permisito, a sus órdenes…”.

Mientras esperaban, los hombres y mujeres de empresa conjeturaron por qué tendría que atenderlos el subsecretario de Gobierno, cuando el adeudo no es incumbencia de esa subsecretaria. Hasta que alguien con mucho optimismo dijo: “Lo importante es que nos van a recibir; vamos a ver qué nos dice el subsecretario”.

Pero no les dijo nada, entre otras cosas porque no los recibió.

Furiosos por la enésima burla que sufrieron hicieron lo que nunca imaginaron: “Bloqueamos la calle de Enríquez muertos de pena y vergüenza, pero es que no nos dejaron de otra, mi hermano”, me dijo uno de los protestantes.

Y ni así los atendieron.

El bloqueo fue levantado a las 14:30 horas, “No por miedo a ir a la cárcel por bloquear una calle, sino porque sabíamos que a las tres de la tarde salen los trabajadores de sus actividades y no quisimos afectarlos”.

Ante los reporteros los empresarios manifestaron que ya perdieron sus empresas, su dinero y hasta el miedo por lo que volverán a manifestarse esta semana con más fuerza.

Y es que mientras Duarte y Yunes se negaron a pagarles, el gobierno de Cuitláhuac García se ha burlado de ellos y la burla cala, duele y humilla. Un ejemplo es que a un empresario al que le adeudan 2 millones de pesos, le dieron 50 mil y sólo Dios sabe cuándo le pagarán el resto.

El no pago a los empresarios es una liga que ya aguantó la tensión de varios años y no tarda en reventar. Y cuando esto suceda el carambazo será de antología pero para el propio gobierno. Y es que en su infinita insolencia ni Cuitláhuac ni los suyos alcanzan a comprender la fenomenal bronca que están incubando.

bernardogup@hotmail.com