La tarde de este martes fue abatido a balazos en Paso del Toro el ex pelotero de las Ligas Mayores, Narciso “Chicho” Elvira. De acuerdo con los primeros informes, sujetos armados a bordo de dos camionetas se fueron directo contra el ex beisbolista de 53 años que recibió varios impactos de bala. En el ataque murió también su hijo Gustavo de 20 años y resultó herido su hermano Abraham.
Esta no fue la primera agresión contra Narciso. El 16 de junio del 2015 fue secuestrado en Hueyapan de Ocampo junto con otras cuatro personas, pero fue rescatado el 10 de julio en una comunidad de Catemaco tras un fuerte operativo en el que se detuvo a ocho presuntos delincuentes.
Pero esta vez simplemente fueron por él para matarlo.
Estos hechos se suman a la ola de violencia que nomás no baja en Veracruz y que comenzó (o mejor dicho, continuó) el 1 de enero en que los delincuentes recibieron al Año Nuevo con cinco ejecutados.
En medio de la tragedia es bueno saber que la entidad cuenta con una Fiscal como Verónica Hernández Giadans “que ha entregado buenas cuentas” según afirma el gobernador Cuitláhuac García.
Lo cierto es que en el Veracruz real, la entidad vive su peor época con un responsable de la seguridad interna, un jefe de policía y una fiscal estatal, rebasados por la delincuencia.
Por el bien del estado, del gobernador y del mismo presidente López Obrador, urge que se vayan a su casa el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros; el titular de la SSP, Hugo Gutiérrez y la Fiscal estatal Verónica Hernández.
“Si alguien nos hubiera dicho que estarían en puestos clave un inepto que todo lo quiere arreglar a golpes, un presunto extorsionador que presume un doctorado que no tiene y la prima hermana de una delincuente, nadie lo hubiera creído. Y sin embargo ahí están”, me dijo un colega atacado de risa.
Pero esto no es para reírse, a Veracruz se lo está acabando la violencia, ciudades como Coatzacoalcos y Minatitlán semejan más a ciudades fantasma que a municipios pujantes.
Y así están varias del resto de la entidad, ante la pasividad de unas autoridades que, rebasadas por los maleantes, simplemente los están dejando hacer y deshacer.
La pregunta que se hacen desde ahora los veracruzanos no es si la violencia continuará porque eso lo dan por descontado, sino con cuántos ejecutados rebasará el gobierno de Cuitláhuac García a los gobiernos de Duarte y Yunes Linares (juntos), al final de su mandato.
La postura de Marlon
En la reunión que sostuvo el presidente López Obrador con 11 gobernadores del PRI en Palacio Nacional, éstos se manifestaron a favor del cuestionado INSABI para alegría del primer mandatario. Pero acá en Veracruz, el líder estatal del partido Marlon Ramírez manifestó una posición diferente.
Entrevistado para una estación de radio, Marlon dijo que en el PRI estatal les importa lo que diga la militancia y la gente en las calles, en las comunidades, en los municipios. “Por eso nuestra postura es defender sus causas, no los intereses de algunos. No estamos de acuerdo con la forma incorrecta de transición del Seguro Popular a INSABI y el desabasto de medicamentos que existe”.
Más adelante agregó: “Nosotros estamos del lado de la gente, eso es lo que nunca debimos dejar de hacer y es lo que no vamos a dejar de hacer. Veracruz es completamente distinto, yo entiendo que la razón de los gobernadores tiende a hacer puentes con el resto de las autoridades. Yo respeto y de manera categórica lo digo, no comparto la postura de los señores gobernadores, entiendo que ellos son los responsables en cada una de las entidades, pero en Veracruz las cosas son distintas”, afirmó enfático. Y a ver quién es el guapo que le revira.
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