La falta de límites y necesidad de atención hacia los menores puede ser condicionante del síndrome denominado niños emperador o niños tiranos, advirtió la doctora Julissa del Rosario Ibáñez Ruelas, psiquiatra del Hospital General de Zona (HGZ) Nº 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Puerto.
Explicó que el síndrome se presenta cuando los menores carecen de limitantes en su conducta, poca o nula autoridad familiar y escasez de afecciones de amor o cariño; los menores abusan de sus padres con el único fin de obtener lo que se proponen, y que además tienen dificultad para relacionarse con otras personas.
Comentó que las generaciones anteriores vivieron en un ambiente donde los padres proporcionaban una educación más rígida y en la actualidad es común que los papás intenten llevar una relación más cercana con sus hijos, al grado de no marcar límites, justificando la conducta del menor.
La falta de tiempo compartido con los hijos causa un sentimiento de culpa hacia los padres, el cual favorece la existencia de este síndrome, ya que se compensa con regalos o premios concediéndoles todo lo que piden, convirtiéndose en una estrategia de los menores para cumplir caprichos.
Sin embargo, expresó la especialista, lo que en realidad piden los niños con actos violentos o agresivos es ayuda, que se le muestre que el mundo es un lugar seguro y predecible, y esto se les ofrece a partir de límites.
Aclaró que no existen padres buenos o malos, porque detrás de sus modos de crianza siempre hay buena intención, aunque a veces no saben cómo hacerlo y les da miedo que el límite interponga una barrera entre ellos.
Erróneamente a los menores se les diagnostica trastorno de déficit de atención y los mandan a terapia, cuando en realidad se debe poner atención en cómo se relacionan con los padres, porque al final este patrón los lleva a otros contextos.
La especialista recomendó fomentar ambientes sanos, donde impere el apoyo familiar y refuerce los lazos entre sus integrantes, participar en actividades deportivas, sociales o culturales y recibir la adecuada atención integral.