Desde hace 12 años cada 24 de octubre, se lleva a cabo la fiesta en honor a San Rafael Guízar y Valencia, donde se espera el arribo de más de 100 mil feligreses a la catedral de esta ciudad capital.
El vocero de la arquidiócesis, el padre José Manuel Suazo, detalló que esperan peregrinos no solo de los alrededores sino también de otros países, para agradecer los milagros concedidos por el santo.
Detalló que a partir de este martes los fieles católicos empiezan a arribar para dar inicio al novenario y a las diversas celebraciones eucarísticas y finalizan el 23 para amanecer 24 donde se cantan las mañanitas.
“Muchos de ellos, principalmente de Coatepec, Teocelo, de Naolinco, de Ixhuacán de los Reyes, incluso el día 23 la catedral permanece abierta toda la noche con peregrinos, a las 12 horas del 24 se cantan las mañanitas, a las 4 de la mañana es cuando ya se levanta el arco, que lo traen de Teocelo y de algunas comunidades de aquella zona y después las celebraciones que va habiendo cada hora”.
Guízar y Valencia fue un reconocido obispo de Veracruz, se caracterizó por su bondad al ayudar a mucha gente e incluso viajaba a otros países como misionero predicador de la palabra de Dios y la paz, e incluso ha hecho milagros muy especiales a personas que con fe le piden, entre ellos, la procreación de un hijo dentro de matrimonios que así lo han deseado, así como la sanación de enfermos, entre otros.
“Él hizo misiones no solamente en México o en el Estado de Veracruz, sino estuvo al sur de Estados Unidos, en Guatemala. en Cuba, entonces no es extraño encontrar peregrinos que vienen de otros países, a visitar la tumba de San Rafael Guízar y Valencia y un rasgo que ha ido apareciendo es que muchas familias pensamos en los matrimonios llegan aquí para pedir el don de un hijo y se han dado casos extraordinarios
El milagro por el cual fue canonizado Rafael Guízar y Valencia ocurrió en el año 2002, después de que a la señora Valentina Santiago se le detectó, a través de un ultrasonido obstétrico, una malformación en su embarazo. Al conocer la noticia, la mujer pidió la intervención del santo mexicano. Dos meses después, el niño Rafael de Jesús Barroso nació sano y sin ninguna complicación.
El 15 de octubre de 2006 en la ciudad del Vaticano por el papa Benedicto XVI, el beato Rafael Guízar y Valencia, ha sido el primer obispo mexicano en ser declarado santo.