En el marco de la instrumentación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), los tres países trabajan en una agenda ambiental que incluye la realización de cinco proyectos trilaterales: preservación de pastizales y aves migratorias, combate al comercio ilegal de madera, soluciones basadas en la naturaleza para hacer frente a inundaciones en ciudades costeras, transformación del reciclaje y manejo de residuos sólidos y, finalmente, la reducción de la basura marina.
Los cinco proyectos están alineados con el Plan Estratégico 2021-2025 de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), a fin de “trabajar conjuntamente en la atención de problemas acuciantes a escalas regional y global relacionados con el comercio y el medio ambiente, teniendo como marco un nuevo tratado trilateral de libre comercio”.
De acuerdo con los documentos públicos en la página de la CCA, los tres países de América del Norte estarían invirtiendo en conjunto tres millones 875 mil dólares canadienses, que al tipo de cambio actual equivalen a 62 millones 143 mil 449 pesos mexicanos.
Los planes tienen como fecha de partida julio de este año y con horizontes que van de junio de 2023 a junio de 2025. Sin embargo, de acuerdo con documentos en poder de El Sol de México, los gobiernos de los tres países siguen afinando detalles.
En particular, se encuentran haciendo observaciones a las sugerencias hechas por el Comité Ejecutivo Público Conjunto (CCPC), un grupo de nueve ciudadanos expertos en temas ambientales —tres de cada país—, encabezados por el académico mexicano Pedro Moctezuma Barragán, quien también es hermano del embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma.
El más reciente informe del panel climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicado este lunes, reveló que la temperatura del planeta se dirige inevitablemente al umbral de +1.5°C para 2030, diez años antes de lo estimado, con riesgos de desastres “sin precedentes” y efectos irreversibles durante los próximos siglos o milenios.
Para hacer frente al fenómeno, el primer proyecto trilateral contemplado por México, Canadá y EU es la conservación de pastizales (hábitat de especies amenazadas o en peligro de extinción) y aves migratorias. Para detener o prevenir su pérdida, el plan contempla un presupuesto de 450 mil dólares canadienses (7.2 millones de pesos) en tres años.
Sobre este proyecto, el comité de expertos pidió contemplar la inclusión del sector privado, agricultores, comunidades locales y académicos para conocer los contextos locales y contribuir a la educación y la conciencia pública. México respondió que ya contempla la inclusión de los sectores sociales.
El CCPC también sugirió incluir asistencia legal a los pueblos indígenas para prevenir la pérdida o apropiación indebida de sus tierras, lo que Estados Unidos rechazó por “estar fuera del alcance de un proyecto financiado por la CCA”.
El segundo plan se centra en fortalecer la implementación de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) a fin de prevenir y reducir el comercio ilícito de especies maderables. Abarca tanto las que están en peligro de extinción como las que aún no lo están pero corren el riesgo si se comercian de forma descontrolada. También busca proteger las especies “similares en apariencia” a las que están listadas en vías de extinción.
Este plan costará 535 mil dólares canadienses (8.6 millones de pesos) y tendrá una duración de 24 meses.
En tercer lugar está el proyecto para hacer frente a las inundaciones en ciudades costeras con soluciones basadas en la naturaleza. Éstas parten de la protección, restauración y manejo sustentable de los ambientes costeros naturales. El programa dura 30 meses y costará 560 mil dólares canadienses (casi nueve millones de pesos).
Aunque el comité de expertos sugirió ampliar el programa a comunidades ubicadas cerca de otros cuerpos de agua, México señaló que existen limitaciones presupuestales para hacerlo.
Luego está el proyecto de transformación del reciclaje y manejo de residuos sólidos, planteado a realizarse en cuatro años y dividido en dos fases. La primera consiste en realizar estudios que permitan identificar oportunidades para el sector del reciclaje e identificar y propiciar la participación de socios o aliados interesados en trabajos conjuntos relacionados con esta actividad.
En una segunda fase se someterán a pruebas piloto las oportunidades y tecnologías identificadas en los estudios de la fase uno. Tendrá un costo de mil 530 dólares canadienses (24.6 millones de pesos).
Al respecto, el CCPC consideró que el proyecto no aborda la reducción de basura. México respondió que el programa se centra en el reciclaje de residuos y no en una menor generación. Acotó que se podrían incorporar acciones para el segundo objetivo, como campañas de concientización a consumidores y la fabricación de productos con materiales susceptibles de ser reciclados, reusados y recuperados.
El último proyecto consiste en reducir la basura marina. Tendrá un costo de 800 mil dólares canadienses (12.8 millones de pesos) con duración de 30 meses.
El Gobierno mexicano subrayó que es importante fortalecer los sistemas de recolección y disposición final de los residuos sólidos urbanos, pero se requiere incrementar los presupuestos de la autoridad local y federal o bien, la participación de capitales privados.
Los ministros de medio ambiente de Canadá, Estados Unidos y México se reunirán los días 9 y 10 de septiembre en Wilmington, Carolina del Norte, en sesión del Consejo de la CCA, para tratar los temas medioambientales urgentes que enfrenta la región.