Bernardo Gutiérrez Parra
Este miércoles hubo en el país 22 mil 339 contagios por Covid-19 y ayer jueves 21 mil 569. Dos días de infierno que han sido los más duros y atroces desde que llegó el maldito vicho hace año y medio.

En las últimas 24 horas se registraron 618 muertes que agregadas a las anteriores suman 368 mil 292. Casi cinco veces más que el “escenario catastrófico” de Hugo López-Gatell, que en junio del año anterior estimó que ese sería el panorama si los muertos llegaban a 60 mil.

Pero al subsecretario de Salud ya no le importan los contagios, ni los muertos, ni el color del semáforo, lo único que le interesa es complacer a su jefe López Obrador y volver a ganarse su confianza apoyándolo en su irresponsable empecinamiento porque los estudiantes regresen a clases presenciales.

Lo que no quiere aceptar López-Gatell es que al anhelar como anhela igualarse con su jefe, “El Presidente Humanista”, se está deshumanizando igual que el tabasqueño.

“Esto (el regreso a clases) nos va a llevar a la necesidad de una enmienda al semáforo, para distinguir que el sector educativo tiene una alta prioridad análogo y de hecho, conceptualmente el mismo, de las actividades esenciales que habíamos considerado en la jornada de sana distancia.

“Entonces esa connotación va a tener, (el regreso a clases) es una actividad esencial de modo que no está sujeta a restricciones aun cuando tengamos el semáforo rojo”, dijo Hugo en reunión con los gobernadores a los que dejó turbados y perplejos.

Cruel pero cierto, para López-Gatell la prioridad son los deseos del Presidente. El riesgo que corren los estudiantes y la inconformidad de sus padres, se pueden ir mucho al diablo.

Y más cruel porque estamos en el peor de los escenarios con una cepa más contagiosa que las anteriores y con la mayoría de los jóvenes apenas con una vacuna como dosis. Y de los niños ni hablar, ni uno solo ha sido vacunado porque “no hay evidencia científica” de que las vacunas los protejan. ¿Según la OMS? No, según Hugo López-Gatell.

Para López Obrador los niños y adolescentes “son más aguantadores al virus”, lo cual es una garrafal falacia. Si se han contagiado menos es por el extremo cuidado que les brindan sus padres.

Aunque hay quienes no la libraron.

De acuerdo con la SSA, el virus ha sido más letal entre los recién nacidos ya que cuatro de cada 10 fallecidos tenían menos de un año de edad. De las 605 muertes ocurridas entre abril del 2020 y agosto de este año, 169 corresponden a bebés de 0 meses y 86 a niños de 12 meses. Hasta hoy 1,913 nonatos se han contagiado por la pandemia.

Otros datos también de la SSA indican que 322 niños y niñas muertos por el coronavirus tenían entre 0 y 5 años y 88 tenían entre 6 y 11 años. Va un dato más, el 72 por ciento de las camas de hospitales están ocupadas por jóvenes de entre 7 y 23 años.

Con casi medio estado en semáforo rojo y 11 hospitales con camas ocupadas al 100 por ciento, Veracruz irá a clases presenciales junto con 18 entidades más. Ciro Gómez Leyva dio a conocer la información y agregó que sólo cuatro estados (Nuevo León, Oaxaca, Quintana Roo y Campeche) dijeron no. Y el resto está por definir.

¿Qué va a pasar? Alguien dijo que las clases presenciales serán un genocidio y espero que no. Pero hay mil posibilidades de que aumenten los contagios y muertes de estudiantes. Y es que sin estar vacunados en su gran mayoría será un poco como enviarlos al cadalso.

Ni el Presidente López Obrador quiere entender, ni López-Gatell quiere aceptar, que el mayor número de contagios se da en espacios cerrados como las aulas, aunque tengan abiertas puertas y ventanas. Y eso sí está científicamente comprobado.

Si se disparan contagios y muertes estudiantiles, ambos serán responsables y deberán pagar penalmente por ello. Uno por obstinado y cruel y el otro por irresponsable, falto de carácter, leguleyo y servil al Presidente, en lugar de servir a la salud de los mexicanos.

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