Inicio Columnas Bernardo Gutiérrez Parra En relación a la escalada de violencia que se ha recrudecido en el país, principalmente contra aspirantes a cargos de elección popular, el Presidente López Obrador dijo este domingo que su gobierno no los dejará solos: “Vamos a proteger a todos los candidatos… para que sea el pueblo quien libremente elija a sus autoridades”. Y puso manos a la obra. Este jueves Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, anunció su estrategia para proteger a los candidatos y candidatas que competirán por 21 mil puestos de elección popular. La estrategia consiste en instalar mesas de trabajo y reforzar la seguridad en estados y municipios de alto riesgo “para evitar amenazas, intimidaciones, cooptaciones del crimen organizado o delincuentes de cuello blanco”. Ora pues. Pero de entrada la estrategia no funcionó, al menos no ayer que se echó a andar porque mataron a un candidato. En paralelo, el Gobernador Cuitláhuac García salió a decir que en los últimos 40 días no se reportó ningún homicidio doloso en la entidad, lo que consideró como un “logro histórico”. Y los veracruzanos como una mentira monumental. Y para pronto los criminales le respondieron como lo saben hacer… a balazos. Horas después de esa desafortunada declaración, fue asesinado José Melquiades Vázquez Lucas ex presidente municipal de La Perla y candidato del PRI por segunda ocasión a la alcaldía de ese municipio. De acuerdo con versiones de testigos, al filo de las 16:00 horas Melquiades circulaba en su camioneta (al parecer en compañía de su esposa), por la carretera que conduce a Orizaba, cuando hombres armados a bordo de una camioneta blanca lo amenazaron y le exigieron que se detuviera. Melquiades aceleró y en ese momento se inició una persecución que culminó en el centro del municipio de Mariano Escobedo donde los delincuentes lo alcanzaron, lo rafaguearon y huyeron. Los hechos ocurrieron frente al Palacio Municipal y la Comandancia de Policía. Herido de gravedad fue llevado a un hospital de Orizaba donde posteriormente falleció. La inseguridad y violencia que privan en Veracruz ya las conocía Melquiades. El 10 de septiembre pasado su hijo José Andrés Vázquez Mauro de 27 años de edad, fue encontrado sin vida en un paraje cercano a Maltrata, tras ser “levantado” por un grupo criminal. A seis meses de ese crimen, la Fiscalía estatal no tiene ni la más remota idea sobre la identidad de los responsables que siguen libres e impunes. Y es casi seguro que lo mismo suceda con los asesinos de Melquiades. Rosa Icela Rodríguez dijo que de septiembre del año anterior a febrero de este año, se han registrado 64 muertos en 73 delitos relacionados con acontecimientos políticos. La funcionaria agregó que Veracruz, Guanajuato, Guerrero, Morelos, Jalisco, Oaxaca y Baja California, son las entidades que acumulan más de la mitad de la violencia política. Y donde se percibe un riesgo mayor de que los candidatos a un cargo público sean “tentados” por los delincuentes. ¿Así o más clarito? Hablando en plata, el gobierno estatal no tiene el mínimo interés en perseguir y llevar a prisión a miembros del crimen, porque sigue las mismas directrices del gobierno federal que tampoco tiene la intención de llevarlos ante las autoridades judiciales. No hay que olvidar que el 30 de enero del 2019 Andrés Manuel dijo que no detendría a ningún jefe del narco: “Porque ya se acabó la guerra con ellos”. Pero la guerra continúa todos los días, sangrienta y encarnizada. Y sólo él no la quiere ver. A pesar de las bienintencionadas pero utópicas medidas para contrarrestar la violencia, no se necesita ser pitoniso para saber que por desgracia, los crímenes de políticos van a seguir en el país y en Veracruz porque los asesinos tienen permiso. Pretender negar esta realidad es cinismo puro y una ignominiosa desvergüenza. En cuanto al señor Gobernador Cuitláhuac García, bueno sería que en relación a la supuesta baja de asesinatos dolosos en la entidad mejor se calle la boca, porque cada vez que la abre se la cierran a balazos los criminales. Y quienes ponen los muertos son los veracruzanos. bernardogup@hotmail.com

Bernardo Gutiérrez Parra En relación a la escalada de violencia que se ha recrudecido en el país, principalmente contra aspirantes a cargos de elección popular, el Presidente López Obrador dijo este domingo que su gobierno no los dejará solos: “Vamos a proteger a todos los candidatos… para que sea el pueblo quien libremente elija a sus autoridades”. Y puso manos a la obra. Este jueves Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, anunció su estrategia para proteger a los candidatos y candidatas que competirán por 21 mil puestos de elección popular. La estrategia consiste en instalar mesas de trabajo y reforzar la seguridad en estados y municipios de alto riesgo “para evitar amenazas, intimidaciones, cooptaciones del crimen organizado o delincuentes de cuello blanco”. Ora pues. Pero de entrada la estrategia no funcionó, al menos no ayer que se echó a andar porque mataron a un candidato. En paralelo, el Gobernador Cuitláhuac García salió a decir que en los últimos 40 días no se reportó ningún homicidio doloso en la entidad, lo que consideró como un “logro histórico”. Y los veracruzanos como una mentira monumental. Y para pronto los criminales le respondieron como lo saben hacer… a balazos. Horas después de esa desafortunada declaración, fue asesinado José Melquiades Vázquez Lucas ex presidente municipal de La Perla y candidato del PRI por segunda ocasión a la alcaldía de ese municipio. De acuerdo con versiones de testigos, al filo de las 16:00 horas Melquiades circulaba en su camioneta (al parecer en compañía de su esposa), por la carretera que conduce a Orizaba, cuando hombres armados a bordo de una camioneta blanca lo amenazaron y le exigieron que se detuviera. Melquiades aceleró y en ese momento se inició una persecución que culminó en el centro del municipio de Mariano Escobedo donde los delincuentes lo alcanzaron, lo rafaguearon y huyeron. Los hechos ocurrieron frente al Palacio Municipal y la Comandancia de Policía. Herido de gravedad fue llevado a un hospital de Orizaba donde posteriormente falleció. La inseguridad y violencia que privan en Veracruz ya las conocía Melquiades. El 10 de septiembre pasado su hijo José Andrés Vázquez Mauro de 27 años de edad, fue encontrado sin vida en un paraje cercano a Maltrata, tras ser “levantado” por un grupo criminal. A seis meses de ese crimen, la Fiscalía estatal no tiene ni la más remota idea sobre la identidad de los responsables que siguen libres e impunes. Y es casi seguro que lo mismo suceda con los asesinos de Melquiades. Rosa Icela Rodríguez dijo que de septiembre del año anterior a febrero de este año, se han registrado 64 muertos en 73 delitos relacionados con acontecimientos políticos. La funcionaria agregó que Veracruz, Guanajuato, Guerrero, Morelos, Jalisco, Oaxaca y Baja California, son las entidades que acumulan más de la mitad de la violencia política. Y donde se percibe un riesgo mayor de que los candidatos a un cargo público sean “tentados” por los delincuentes. ¿Así o más clarito? Hablando en plata, el gobierno estatal no tiene el mínimo interés en perseguir y llevar a prisión a miembros del crimen, porque sigue las mismas directrices del gobierno federal que tampoco tiene la intención de llevarlos ante las autoridades judiciales. No hay que olvidar que el 30 de enero del 2019 Andrés Manuel dijo que no detendría a ningún jefe del narco: “Porque ya se acabó la guerra con ellos”. Pero la guerra continúa todos los días, sangrienta y encarnizada. Y sólo él no la quiere ver. A pesar de las bienintencionadas pero utópicas medidas para contrarrestar la violencia, no se necesita ser pitoniso para saber que por desgracia, los crímenes de políticos van a seguir en el país y en Veracruz porque los asesinos tienen permiso. Pretender negar esta realidad es cinismo puro y una ignominiosa desvergüenza. En cuanto al señor Gobernador Cuitláhuac García, bueno sería que en relación a la supuesta baja de asesinatos dolosos en la entidad mejor se calle la boca, porque cada vez que la abre se la cierran a balazos los criminales. Y quienes ponen los muertos son los veracruzanos. bernardogup@hotmail.com

by REDACCIÓN
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Siendo Ingeniero Agrónomo y su padre, agricultor en la caña de azúcar, Juan Gilberto Ortiz Parra heredó las tierras para la siembra, pero él, por cuestiones de la vida, prefirió unirse al equipo de Manuel Huerta Ladrón de Guevara, Jaime Humberto Pérez Bernabé, Ulises Ponce Tenorio y Claudia Tello Espinoza, esta última, por si no la conocen, es la actual diputada federal por el Distrito 8 Xalapa, quienes invitaron a Gilberto Ortiz a la aventura de ser militante de un nuevo partido político y operar para beneficio de esta banda, con pésimos antecedentes, teniendo la entonces confianza de López Obrador. Pero el dinero y el poder, cambian a las personas sin ética, ni valores.

Antes de unirse al clan de los huertistas, Juan Gilberto Ortiz Parra realizaba la actividad de arreglar los impuestos a los Alcaldes, asegurando tener influencias y hasta contactos para solucionar verdaderos desastres administrativos municipales. En el 2017, se une a MORENA, junto a Manuel Huerta Ladrón de Guevara y otros, sobresaliendo Ulises Ponce Tenorio, quien por órdenes de Huerta, apoyaron a Hipólito Rodríguez Herrero para que fuese candidato y luego, hacerlo ganar la Alcaldía de Xalapa, por las siglas de MORENA. Ya en el cargo, Hipólito nombra a Ponce Tenorio como Director de Gobernación y Gilberto Ortiz sería su asistente.

Con la enfermedad de Ulises Ponce Tenorio en el Ayuntamiento de Xalapa, éste se separa del cargo de manera transitoria, para atenderse y en ese entonces, Juan Vergel Pacheco, hoy suspirante a la Alcaldía por Xalapa, empezó a grillar a Ulises Ponce asegurando que su enfermedad impediría seguir en el cargo. Los chismes y la presión dieron resultado y el “Judas” Juan Vergel, dio un “Golpe de Estado” y el 26 de junio del 2019, fue nombrado como nuevo Director de Gobernación, quitando también a Luis Guillermo Manzano Sánchez, funcionario nefasto y con muchos complejos en la Coordinación de Comunicación Social del Ayuntamiento de Xalapa, para luego, designar a otro peor, Mauricio Villa Amezcua.

Sin tener dinero para pagar sus tratamientos, Ulises Ponce Tenorio habló con Ricardo Ahued Bardahuil para que lo ayudara con un empleo, enviándolo a un área de la Dirección de Aduanas en el Puerto de Veracruz y junto con Gilberto Ortiz Parra, estuvieron cerca de cuatro a cinco meses, hasta que falleció Ponce Tenorio. Con la salida de Ahued en Aduanas, Gilberto estuvo sólo unos meses más y Ortiz Parra ayudó y apoyó a Ulises Ponce en su enfermedad, como su asistente hasta su muerte.

Yendo con Mario Delgado Carrillo como opción a la dirigencia nacional de MORENA, Juan Gilberto Ortiz Parra era bueno para los negocios y fueron creciendo éstos, fundando una constructora, sin querer pensar ser prestanombres de este grupo de poder… Lo interesante es que se hicieron negocios con cierto exalcalde de Úrsulo Galván y desde principios de enero, Gilberto ya se perfilaba como aspirante y luego, precandidato a la Presidencia Municipal de Úrsulo Galván, su pueblo.

Según testimonios, quienes tienen miedo de declarar, el día de su ejecución, Gilberto Ortiz salió de su casa y fue abordado de inmediato, para subirse tres personas más a su vehículo y dirigirse con rumbo desconocido. Minutos más tarde fue asesinado dentro de su unidad. La línea de investigación es el ajuste de cuentas, por presuntamente incumplir con pactos y acuerdos. Y por eso, fue eliminado.

Mientras, el impuesto Delegado Nacional de MORENA en Veracruz, quien ahora se hace llamar Delegado en Funciones de Presidente del Comité Ejecutivo Estatal de MORENA, Esteban-dido Ramírez Zepeta hizo toda una simulación de exigir justicia por el asesinato de Juan Gilberto Ortiz Parra, cuando tienen todo el poder y las instituciones para resolver el caso, incluida la Fiscalía General del Estado. Lo extraño es la pasividad en las investigaciones.

Por su parte, el débil y mentiroso Gobernador Cuitláhuac García Jiménez expresó nuevamente su muletilla, asegurando que “Veracruz es y será un lugar donde se castiga el delito”, cuando en realidad son cientos de casos en la impunidad. El Comité Nacional de MORENA expresó: “Nos unimos al dolor que embarga a la familia y seres queridos de nuestro compañero Gilberto Ortiz Parra. Cuentan con todo nuestro apoyo en este difícil momento”, siendo sólo un pronunciamiento de un día y extrañamente, ni el Comité Nacional, mucho menos el Estatal, han dado seguimiento al caso.

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