El retraso que hay en la entrega de resultados de las pruebas de laboratorio para determinar que una persona tiene o no el virus que provoca Covid-19 en México es ya “una preocupación grande” para la Secretaría de Salud y tiene distintas magnitudes en los estados, por lo que para estimar la epidemia real a las confirmaciones hay que sumar el número de personas sospechosas, aseguró Hugo López Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud ante gobernadores.
De ser así y con los datos del gobierno federal significa que México superó las 20 mil 926 personas fallecidas por Covid-19.
Los casos reales de la epidemia son entonces de 218 mil 869 casos en total. La cifra que ayer presentó en la conferencia nocturna el director de Epidemiología, José Luis Alomía, fue de 159 mil 793 casos a los que hay que sumar, según lo confirmado hoy por el subsecretario ante los gobernadores 59 mil 076 casos sospechosos adicionales, así el total sería de casi 219 mil.
Mientras que las personas fallecidas por Covid-19 serían hasta ahora no las 19 mil 080 reportadas ayer sino hay que agregar mil 836 muertes que hoy están en calidad de sospechosos.
En la reunión virtual de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) con las secretarías de Gobernación, Olga Sáncez Cordero; la del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde, el secretario de Salud, Jorge Alcocer y el subsecretario López-Gatell Ramírez presentó la evolución de la epidemia y los mapas de cambio de los semáforos que operarán a partir de la siguiente semana.
Hugo López-Gatell informó ante los gobernadores y la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum que “tenemos un gran retraso en el proceso de confirmación por laboratorio”.
Aunque dijo que se podrían dar mayores detalles a los integrantes de la Cango y a la secretaria Olga Sánchez, “es una preocupación grande en distintas magnitudes en todas las entidades e instituciones nacionales de salud. Tienen importantes retrasos en el proceso de confirmación, un factor crítico es la saturación de la capacidad diagnóstica, pero otro también es los procesos de transporte de muestras y de integración de datos a las plataformas”.
Por esa razón “los sospechosos se suman a los confirmados y esto nos da una apreciación mucho más cercana al tiempo real, obviamente no todos resultan confirmados, pero como conocemos el porcentaje de positividad se puede inferir aquellos de los sospechosos que eventualmente podrían ser confirmados”.
Dijo que la idea del semáforo es que esté consensuado bien instrumentado y siempre con base en información técnica.
“El semáforo que presentamos no existe otro criterio que no sea el técnico, es decir no hay lugar para que por las distintas dinámicas sociopolíticas o mediáticas se adapta el semáforo de manera específica”. Ante quienes tienen esa inquietud de así se hiciera “nos engañaríamos a nosotros mismos, porque no tendríamos un instrumento guía. La idea es tener un instrumento guía de carácter técnico que obviamente deba ser instrumentado considerando por la diversidad de elementos necesarios a considerar, por una parte, el sanitario, el riesgo de salud y, por otra parte, lo que todos tenemos claro, la realidad económica, social y también política y mediática que entraña instrumentar políticas públicas y programas e intervenciones”, dijo.
Aseguró que “si una cosa modifica a la otra modifica la brújula y entonces las consideraciones a su implantación deben estar a raíz del semáforo”.