Entre lo utópico y lo verdadero

Por Claudia Guerrero Martínez

29 de septiembre del 2022

MORENA en Veracruz y sus súper estrellas que olvidan añejas traiciones

*** Manuel Huerta olvidó cuando López Obrador lo llamó traidor.

*** La casa de 20 millones del procurador de Medio Ambiente Sergio Rodríguez Cortés.

En esta entrega, narraremos anécdotas que colocan a los hoy súper operadores de López Obrador y de Cuitláhuac García como los grandes traidores de la historia en Veracruz, explicando el por qué están en lugares privilegiados, gracias a su nivel de corrupción y entregarse a cualquiera, cayendo en una barata prostitución política. Hoy son los grandes millonarios, a costa de lo que sea. Estas son las historias de Manuel Huerta Ladrón de Guevara, Sergio Rodríguez Cortés y del propio Cuitláhuac García, un resentido social y  su venganza en contra de perredistas.

Durante la administración de Fidel Herrera Beltrán, Atanasio García Durán, padre de Cuitláhuac García  Jiménez se ostentaba como integrante del grupo de izquierda de Heberto Castillo y de la maestra, hoy senadora suplente en funciones Gloria Sánchez, quien presentó a García Durán con el entonces gobernador Herrera.  Para Fidel todo lo que se pudiera comprar era barato y se formó un PRD servicial, obediente y colocando a sus militantes en lugares estratégicos. Así llegó como diputado local y hacerlo presidente de la Mesa Directiva en el Congreso de Veracruz, siendo esto ilegal pues el PRD era minoría. Herrera Beltrán quería mostrar un gobierno incluyente y que los partidos de oposición se “unieran por el bien de Veracruz”.

En ese entonces, ya era conocido Rogelio Franco Castán como militante del PRD y apoyó a Atanasio García a ganar la diputación local por Xalapa. Pero hubo fricciones con Cuitláhuac García, quien en la campaña de su padre se dedicó a pintar bardas y colgar pendones, como uno más del ejército de simpatizantes del PRD. Se asegura que Cuitláhuac García fue humillado por perredistas, entre ellos el propio Rogelio Franco y la venganza en contra del exsecretario de Gobierno, quien  está hoy preso en el penal de Amatlán es a petición del propio gobernador, pues sus filias y fobias las aplica a quienes lo humillaron cuando era uno más de los perredistas en la banca.

Y peor, cuando Atanasio García fue apoyado por Franco y otros, quienes no veían cualidades políticas, ni electorales a Cuitláhuac García, para colocarlo como pintor de bardas, con cal y dibujando el logo del PRD. Y es la misma maestra Gloria Sánchez  quien apoyó a Cuitláhuac para acercarse a Javier Duarte y ser el candidato a la diputación federal, sacrificando a Elizabeth Morales y luego, el plan era hacerlo ganar en el 2016, perdiendo de manera abrumadora. Luego, en el 2018 gana la gubernatura, no por ser popular, sino por el efecto López Obrador.

En los años 90 y durante el gobierno de Patricio Chirinos Calero, Andrés Manuel López Obrador buscaba patrocinadores para sus luchas y sabía que el entonces dirigente social Manuel Rafael Huerta Ladrón de Guevara tenía amistad con el secretario de Gobierno Miguel Ángel Yunes Linares. Y es el mismo López Obrador quien le ordenó a Huerta entrevistarse con Yunes y pedirle apoyos para simular la causa de izquierda y su presunta lucha, siempre  sostenida por gobiernos del PRI.

Desde ahí ya se veía ser un fraude el actual presidente de México.

Manuel Huerta obedeció la orden y fue a Palacio de Gobierno para entrevistarse con Yunes Linares, para pedirle apoyos económicos. El entonces secretario de Gobierno le entregó recursos económicos y en especie con la condición de no hacer manifestaciones, ni tomas de carreteras, para mantener el estado en paz. De regreso, le dijo Manuel Huerta a López Obrador: “Ya me dio dinero Yunes para viáticos y gastos, patrón”, entregando la encomienda.

Y al caminar unos cuantos metros para abandonar la oficina, López Obrador dijo a los presentes: “Ya ven se los dije, éste