Entre lo utópico y lo verdadero
Por Claudia Guerrero Martínez
20 de junio del 2022
UV: Contratos a amigos incondicionales y empresas falsas desde la Dirección de Obras
*Su titular lleva 8 años en el cargo y el nuevo rector la protege.
Ocho años presentando anomalías en la Dirección de Obras de la Universidad Veracruzana y nadie hace nada para detener estos actos de corrupción, con la complicidad de empresarios xalapeños del sector de la construcción, bajo la operatividad de la varias veces señalada en nuestras entregas, la directora de Obras de la UV, Emilia Rodiles Justo, quien por su eficacia en los desvíos de recursos ha estado al frente de esa dependencia y llegó recomendada por su padrino, Antonio Pulido Chunty, señalado por hacerse millonario al lado del entonces auditor general, y titular del ORFIS René Mariani Ochoa, durante la administración de Fidel Herrera y de quienes hay señalamientos por extorsionar a dependencias, entidades y municipios fiscalizables en los procesos de revisión de las cuentas públicas anuales.
Como su padrino, Antonio Pulido Chunty, la bien adiestrada, Emilia Rodiles Justo supo echarse a la bolsa a las autoridades universitarias en la época de Sara Ladrón de Guevara, mediante engaños, prebendas, favores, aparentes donaciones de equipos de cómputo y aportaciones voluntarias de contratistas que realizaron trabajos sin cobrar, lo que le valió, no sólo su permanencia en el puesto, sino lograr conformar un verdadero cártel de corrupción en el que involucró a funcionarios y contratistas, como piezas clave para lograr acaparar las obras y servicios que se asignaban año con año en esa Dirección y con ello lograr obtener grandes dividendos.
Resulta clara la preocupación de este importante sector dedicado a la industria de la construcción, al considerarse que las oportunidades de trabajo se ceñirán a los empresarios “consentidos” y darse continuidad en sus cargos a esos mismos “funcionarios” quienes han tenido y tienen el control de esa Dirección, a pesar de existir tantas evidencias de sus ilícitas actuaciones, de sus malos manejos y de haber logrado configurar esta importante área.
Nos enteramos que esta Dirección actúa con una estructura de personal improvisado, puestos no autorizados y métodos de trabajo inapropiados, alejados en mucha medida de las leyes y reglamentos que rigen en la materia.
Da mucho qué pensar, el saber que Emilia Rodiles, carente de toda ética profesional e institucional, continúe en el cargo por otros 8 años más, restándole oportunidades de trabajo a muchos empresarios bloqueados para obtener contratos y si acaso, alguno de éstos lograra de manera circunstancial obtener alguno, sería tratado, como ha sucedido, de manera despótica y perversa para entorpecer el cumplimiento de sus obligaciones, desacreditar en lo posible para tener pretextos de no volverlo a contratar y pagar sus anticipos o estimaciones de trabajos ejecutados de manera tardía.
Se sabe que quien actuó como jefe del Departamento de Precios Unitarios durante toda la pasada administración, Abel Martínez Sánchez, quien de manera inexplicable, después de haber obtenido fuertes cantidades de dinero por su operatividad, presentó su renuncia al cargo mencionado, argumentando estar muy cansado.
Lo cierto y comentado por muchos constructores, ahora por fuera y en contubernio con Emilia Rodiles y aliados, Abel Martínez Sánchez formula los concursos de obra en su propio despacho y negocia con los contratistas que deben resultar ganadores, valiéndose de toda la información privilegiada que extrae de la propia Dirección y curiosamente, él mismo se encarga de revisar las propuestas concursales presentadas, las corrige si es el caso y emite los dictámenes de asignación, los que una vez debidamente integrados son sometidos a consideración por el Comité de Obras de la Universidad Veracruzana para la asignación de los contratos a las empresas previamente designadas.
Por su parte, los jefes de Departamento, Analistas, Supervisores de Obra integrantes del “equipo”, formulan a los propios contratistas las estimaciones por trabajos ejecutados, autorizan favorablemente para éstos los volúmenes de obra y los precios unitarios, así como gestionan el pago de sus estimaciones de la manera más eficientemente posible, desde luego que por estos servicios reciben un estímulo financiero pactado, adicional a su salario institucional, aportado por los contratistas beneficiados y a quienes sirven como sus empleados.
No podría faltar la complicidad de la propia Directora con ese grupo de empresas favorecidas y en las que con algunas de ellas está asociada o bien son de su propiedad utilizando para el caso testaferros, tal es el caso de CODEGO, SA de CV, ROGER, SA de CV, ROSI SA de CV, MULTISERY, SA de CV, DAVID DEL VALLE, HG ELECTROCONSTRUCCIONES SA de CV, CARRERA INGENIEROS, SA. DE CV y algunas otras empresas fantasmas carentes de domicilios fiscales o bien identificados como casas habitación en zonas residenciales cuyo uso del suelo no permite establecer negocio alguno.
Basta ver las sumas millonarias que les fueron asignadas mediante contratos de obra pública durante la pasada administración, como es el caso de la Sala de Conciertos, Universidades Interculturales, Facultades de Economía y Físico-Matemáticas, entre otras. Resalta entre estas empresas, aquella de su propiedad, la cual, obtuvo el contrato para construir los múltiples y excesivos barandales de acero inoxidable, sumamente costosos por el tipo de material utilizado y de manera excesiva y hasta burda, fueron instalados en todas las edificaciones universitarias, no sólo en escaleras o pasillos, sino incluso hasta en azoteas sin utilidad alguna.
De la misma forma, es más que evidente la asignación directa de obras y de manera discrecional, por parte de la Directora de Proyectos, Construcción y Mantenimiento, Emilia P Rodiles Justo y los miembros de su “pandilla”, entre los que destacan, el coordinador de Programas y Obras Especiales Miguel A. Cano Asseleih e Ignacio F. Barajas Olea, actual jefe del Departamento de Construcción Regional y Mantenimiento General, así como Antonio Trejo Rugerio, encargado del Departamento de Construcción, Región Xalapa. También, Julián Maldonado García, coordinador de Supervisores, Silvestre Fernández Méndez, jefe de Departamento de Control y Seguimiento de Obra y Rafael Cadena Ahumada, jefe de Departamento de Diseño y Desarrollo de Proyectos, acusados de estar favoreciendo a sus contratistas y apretando con todo, a los que no son propuestos por ellos, ni se “mochan”, como nos explicaron inconformes contratistas.
Esto es sólo un pequeño esbozo de todo lo que ha sucedido en los últimos años en esa Dirección y al corregir los males que tanto le aquejan a ésta, implicaría realizar radicalmente grandes cambios y conformar una dependencia formal y legalmente constituida, con un organigrama acorde a sus funciones, manuales de operación y procedimientos, perfiles de personal adecuados, sistemas informáticos de gestión, control y seguimiento de procesos, entre otros, que permitieran a la Universidad Veracruzana encuadrar sus actuaciones y responsabilidades en materia de obra pública y servicios relacionados dentro del marco legal y normativo que le corresponde.
Al paso de ya casi un año del inicio de esta nueva administración y con el nuevo rector Martín Aguilar Sánchez, de manera preocupante, no hay indicios de existir la voluntad política para llevar a cabo estas acciones y otras muchas más que se hacen necesarias para corregir el rumbo, siendo esto decepcionante para aquellos empresarios quienes buscan fuentes de trabajo que les aporten posibilidades de lograr mantener fuentes de trabajo ante esta crisis de valores, financiera y la falta de oportunidades agobiante en Veracruz.
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