Desde el Café
Antidiarreicos en Palacio de Gobierno y en la FGE
Por Bernardo Gutiérrez Parra
Con el tiempo se confirmará lo que ya se sabe; que la detención de José Manuel del Río Virgen, secretario ejecutivo de la Junta de Coordinación Política del Senado, no fue por su presunta participación en el asesinato del candidato a la alcaldía de Cazones, René Tovar, sino un plan maquinado desde Palacio de Gobierno con ayuda de la Fiscalía estatal para aplacar al senador zacatecano Ricardo Monreal.
La pesadilla de José Manuel comenzó el pasado 8 de septiembre (aunque de seguro ni por enterado se dio) cuando seis jóvenes fueron detenidos en una plaza comercial de Xalapa acusados de ultrajes a la autoridad. Una versión no desmentida dice que los padres de uno de ellos tienen amistad con Ricardo Monreal que los visitó en Pacho Viejo y señaló que el delito de ultrajes estaba de moda en Veracruz, pero violentaba los derechos humanos y se utilizaba para privar de su libertad a personas inocentes.
La voz de Monreal fue replicada en todos los rincones de la República lo que puso iracundo al gobernador Cuitláhuac García, quien sin pruebas y sin mencionarlo de manera directa, lo acusó de defender a delincuentes.
Pero lo que descoyuntó su ira y dejó muy mal parada a la fiscal estatal Verónica Hernández Giandáns, fue cuando el 16 de diciembre un juez federal ordenó la inmediata libertad de los jóvenes.
Cuitláhuac se sintió burlado y humillado, no por la resolución del juez, sino por la presencia de Ricardo Monreal en Veracruz que cada vez que podía, hablaba pestes de la impartición de justicia en la entidad y de la sistemática violación a los derechos humanos.
Iracundo, pidió que buscaran por dónde torcer al zacatecano y fue cuando le mostraron la alusión tangencial que se hacía del ex legislador federal José Manuel del Río Virgen (amigo entrañable de Ricardo), en el asesinato de René Tovar.
Cuitláhuac consultó el asunto en Palacio Nacional donde desde hace meses está proscrito Ricardo Monreal y de volada le contestaron “adelante”.
El 22 de diciembre, una semana después de que fueron puestos en libertad los seis jóvenes, agentes ministeriales detuvieron a Del Río Virgen acusado de autoría intelectual en el crimen de René Tovar. Y Cuitláhuac no cabía de felicidad.
Las pruebas presentadas por la Fiscalía eran tan endebles que hasta un recién egresado de la Facultad de Derecho hubiera convencido al juez de la inocencia del funcionario; pero la consigna era trabarlo y lo trabaron. No en un acto de justicia por un crimen que no cometió, sino de venganza contra Ricardo Monreal.
Este jueves un juez ordenó la inmediata libertad del detenido y otra vez Monreal se apersonó en Pacho Viejo desde donde volvió a poner pinta a la justicia veracruzana a la Fiscal y al Poder Judicial.
Agregó que el tiempo que ha pasado en prisión José Manuel han sido “177 días infamia” cometida contra un inocente. Y que no es el único inocente privado de su libertad en la entidad.
“Es injusto lo que está pasando en Veracruz con jueces de consigna y fiscales de consigna. No es justo vivir en una sociedad así. Ustedes los veracruzanos merecen ser tratados con dignidad, con decoro y no con el filo de una navaja, ni con las bayonetas ni con el abuso de autoridad”, dijo al periodista Ramsés Yunes.
Cuando Ramsés le preguntó qué piensa que hará José Manuel una vez que sea puesto en libertad dijo que no lo sabía, pero: “Si yo fuera él demandaría a la fiscal y al juez por daños y perjuicios y exigiría una indemnización del Estado por haberme encerrado injustamente la mitad de un año y haberme causado un daño moral. Yo haría eso”, contestó.
Interesante será saber con qué ánimos saldrá de Pacho Viejo el ex legislador. Lo digo porque casi 200 días de prisión injusta pueden cambiar la mentalidad de cualquiera, hasta la de un hombre conciliador y enemigo de los pleitos como lo es José Manuel.
Por lo pronto, la compra de antidiarreicos debió aumentar exponencialmente tanto en Palacio de Gobierno como en la Fiscalía estatal.
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