Bernardo Gutiérrez Parra
A muchos funcionarios de los que hoy apoyan sin tapujos la revocación de mandato del presidente López Obrador (aunque en realidad es la ratificación del mismo), los vi en la tribuna del Congreso Federal exigir a berridos que el gobierno en turno “sacara las manos de las elecciones”.

Auspiciados y dirigidos por Andrés Manuel, estos sujetos y sujetas redactaron propuestas y pusieron candados a los procesos electorales para amarrarle las manos al Primer Mandatario y a todo mundo. De Fox para acá todos los presidentes acataron las ordenanzas al menos en el papel, a excepción del tabasqueño que ya encaramado en el poder enseñó el cobre.

Esas leyes plasmadas en la Constitución prohíben al presidente de la República y funcionarios federales, estatales o municipales, hacer proselitismo político a favor de los candidatos, anunciar o inaugurar obras, ofrecer o prometer recursos y un rosario grande de “esto no se puede hacer en tiempos electorales”.

Ese rosario le fue enviado al INE para que como árbitro que es de toda contienda electoral, vigilara que nadie se pasara de lanza.

¿Han obedecido los políticos? No hombre, qué va. De Fox para acá, todos han hecho su lucha, sólo que de manera más o menos discreta. La excepción es el presidente López Obrador y sus morenos que están realizando proselitismo a lo descarado.

De Claudia Sheinbaum a Cuitláhuac García; de Adán Augusto López a Eric Cisneros, pasando por miembros del gabinete, gobernadores, senadores, diputados, alcaldes y un ejército de leguleyos, todos han violado la Constitución de manera tanto flagrante como tumultuaria… y a plena luz.

El caso más patético lo encarna el secretario de Gobernación Adán Augusto López; lo que dijo el fin de semana en un mitin en Coahuila no tiene desperdicio. “A mi no me da pena. Cuando le platicamos a ya saben quién que íbamos a venir a apoyar ya saben qué, se me quedó mirando y me dice: ‘Te van a querer correr del INE’, y le digo: No se preocupe si me corren voy a decir que es un honor que me corran por ayudar a Obrador…”.

Sobradito de cinismo se aventó la puntada de mofarse de los consejeros del INE que no le harán nada “porque ya van de salida”.

Y fue más allá: “En Coahuila inicia el amanecer democrático el 10 de abril porque yo no tengo ninguna duda de que aquí en Coahuila dirán no estás solo Andrés Manuel”.

Pero el presidente dijo que no estaba haciendo proselitismo. “Adán Augusto López está visitando los estados para cumplir con su responsabilidad no para promover una consulta (ah bueno). No va a mítines…” (Ah bueno).

Lo que iba a ser una simple consulta de revocación de mandato se ha convertido en una elección de Estado para satisfacer el ego de un solo individuo y en la que los participantes, del presidente para abajo, no sólo violan la ley sino que lo presumen con orgullo.

Y lo seguirán haciendo porque para su buena fortuna, no se avizora en el horizonte a nadie con la suficiente fuerza política y calidad moral de pararles los tacos.

Acá en la aldea el gobernador Cuitláhuac García reaccionó con enojo cuando le preguntaron si los acarreados que trajo a la Plaza Lerdo de varios municipios (y que le salvaron el mitin en apoyo al presidente) no eran una copia del viejo PRI. “¡Por favor no ofendan, no somos lo mismo!”

Y tiene razón, los acarreos del PRI eran, pero con mucho, más tumultuosos y mejor organizados.

Ahora viene lo mejor, ver si le cumple a su jefe con el millón 600 mil votantes que le prometió de parte de los veracruzanos para el próximo domingo.

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