Bernardo Gutiérrez Parra
Sabiendo como sabe que no se le da hablar de corridito y menos en público, el gobernador Cuitláhuac García se tuvo que apoyar en un texto escrito en su celular para explicar por qué tanto él como la Fiscal Verónica Hernández Giadáns, siguen violando la ley en el caso de José Manuel del Río Virgen, detenido el 23 de diciembre como presunto responsable del asesinato del candidato a la alcaldía de Cazones, René Tovar.

“¿Por qué las instancias de derechos no ven por los derechos de la víctima y se empeñan en hacer valer las falsas violaciones a los derechos del presunto homicida? ¿De qué lado está la justicia, habría que preguntar? La víctima es René Tovar a quien se privó de la vida y ese delito es muy grave, ni siquiera lo tendría que señalar un servidor”, dijo.

Pero la víctima de ese asesinato también es José Manuel y eso pretende ignorarlo el gobernador.

No ha sido una ni dos sino tres veces en menos de un mes, que la Comisión Nacional de Derechos Humanos le ha hecho ver a la Fiscal que a pesar de que sus agentes llevaban una orden de aprehensión contra del Río Virgen, se acreditó que la detención fue arbitraria y violatoria de sus derechos, pero a la señora Giadáns eso le tiene sin cuidado.

Si el asesinato es un delito grave, fabricar delitos también lo es, sobre todo cuando los fabrican quienes se supone deben hacer valer la justicia.

Pero en Veracruz la justicia anda perdida.

El juez federal Arturo Cuellar Díaz, que fue vapuleado por Cuitláhuac porque el 9 de marzo le otorgó un amparo a del Río Virgen para obtener su libertad, la pensó mejor y este martes le negó una suspensión definitiva para salir de prisión, con lo que José Manuel seguirá en Pacho Viejo a pesar de que no hay la mínima evidencia de que haya participado en el asesinato de René Tovar.

Ahora, echarle toda la culpa al gobernador es un despropósito. En su descargo hay que decir que no se está pasando por el forro las recomendaciones de la CNDH por sus pistolas. Nada de eso. Todo hace suponer que recibió órdenes de seguir manteniendo en prisión a José Manuel como un mensaje a Ricardo Monreal (su gran amigo), de lo que le puede pasar si sigue con la idea de ser candidato a la presidencia de la República.

Cuitláhuac García no tiene los tamaños para violar la ley por su cuenta, pero es un tipo obediente. El año anterior cuando Ricardo Monreal visitó Xalapa para pedir la liberación de seis jóvenes acusados de “ultrajes a la autoridad”, en Palacio Nacional vieron en ese hecho la manera de sacudírselo y le ordenaron a Cuitláhuac que detuviera a José Manuel del Río Virgen. ¿De qué lo acuso? ¿De lo que sea? Y así comenzó el calvario del ex legislador.

El mensaje para Monreal es claro: “Sigue fregando y José Manuel seguirá en la cárcel sin importar que estemos violando la ley porque aquí nomás nuestro chicharrón truena”.

Y eso es verdad, pero…

Ni Cuitláhuac ni la señora Giadáns quieren aceptar que abusando de su poder han cometido varios delitos y eso invariablemente se paga. Quizá no quieren ver (y eso es muy grave), que no siempre tendrán protección de arriba y quien les ordenó que dejen a José Manuel en prisión no podrá cobijarlos eternamente, sobre todo, cuando ambos anden a salto de mata.

Morena, magullado

Jesús Carranza, Chiconamel, Amatitlán y Tlacotepec de Mejía son municipios pequeños que apenas juntan poco más de 40 mil 500 habitantes en conjunto. Ni la mitad del Estadio Azteca que tiene un aforo para 87 mil 500 espectadores. Pero este domingo adquirieron relevancia estatal porque tuvieron elecciones extraordinarias, elecciones donde Morena salió magullado.

Como partido en el poder los morenos pensaron que se llevarían carro completo y en eso se afanaron porque hicieron proselitismo a lo bárbaro y el dinero corrió a raudales. Pero algo les falló porque sólo obtuvieron una de las cuatro alcaldías en disputa: Amatitlán, municipio de 7 mil 400 habitantes que fue ganado por la morenista Esmeralda Clara Rodríguez.

En Chiconamel ganó el perredista Alejandro Sánchez Franco y en Tlacotepec de Mejía el triunfo se lo llevó Carlos García Moreno postulado por el partido Podemos que oficialmente ya desapareció.

Eso sí, gracias a la entrega indiscriminada de apoyos morenistas, la afluencia de votantes fue superior a la de la elección del 6 de junio anterior.

El municipio de Jesús Carranza (el más grande de los cuatro en disputa) que los morenos pelearon con uñas y dientes, se lo llevó el candidato del PT Pasiano Rueda Canseco. En la elección anterior Pasiano también jugó como abanderado del PT, pero tras el cierre de casillas se armó una trifulca de muy padre y señor mío que obligó a la autoridad electoral a declarar nula la elección.

Y en el ínter, algo se comió Pasiano que el 30 de octubre fue detenido acusado de “ultrajes a la autoridad” y desde entonces está preso en el penal de Tuxpan. Pero preso y todo volvió a competir y ganó con 5 mil 129 votos, por 1, 549 que obtuvo Luis Alfredo Pacheco Peralta de Morena.

¿Qué le pasó a los morenos que echaron toda la carne al asador, activaron el aparato estatal para ofrecer apoyos de forma tan escandalosa como ilegal y nomás obtuvieron una alcaldía?

“La gente nos hizo lo que al PRI de Duarte, agarró todo pero votó por la oposición. Esto debe ser una lección para nosotros sobre todo en el 2024 porque la gente no nos quiere. Nos sonríen, se dejan apapachar, aceptan lo que les damos pero no nos quieren, por eso nos vapulearon”, me dijo ayer por la mañana un desconsolado militante de Morena.

En estas elecciones extraordinarias los partidos que compitieron fueron en solitario y de los llamados grandes ni el PAN ni el PRI pintaron… aparentemente. En el caso del tricolor estos comicios sirvieron para realizar una evaluación interna y analizar si en el 2024 irán en alianza o en solitario.

El viejo nonagenario sabe que se juega el todo por el todo en dos años y desde ahora se prepara. Un paso en falso y adiós, pero un gran acierto lo hará resurgir y tener el protagonismo que perdió en 2018, sobre todo si apela a la unidad de sus militantes.

Veremos.

bernardogup@hotmail.com