Bernardo Gutiérrez Parra
No falla, desde que comenzó el mes de enero los medios de comunicación han estado informando sobre el atraco que cometieron los alcaldes y alcaldesas salientes de varios municipios. El que no se robó esto, se robó aquello. El que no defraudó aquí, esquilmó por allá.

En mi columna del 3 de este mes dije que casi el 90 por ciento de los 212 que terminaron su mandato el 31 de diciembre, tienen observaciones del ORFIS y no ha de ser por santos, sino porque desviaron recursos, no comprobaron gastos o no realizaron obras, entre otras irregularidades.

No contentos con saquear las arcas, saquearon oficinas, se llevaron mobiliario, equipos de cómputo y dejaron inservibles los autos puestos a su servicio.

Y uno pensaría lector, que con eso saciaron su sed de bandidos, pero no fue así.

Como supieron de sus mañas y para evitar que se llevaran las participaciones del mes de diciembre, la Sefiplan ordenó que los municipios cerraran todas sus cuentas el día 28, es decir, a partir de ese día ya no habría ningún movimiento bancario.

Las participaciones fueron enviadas a los municipios el día 31 de ese mes a fin de que las nuevas administraciones tuvieran con qué realizar pagos a proveedores y al personal.

Pero…

Sé que suena medio kafkiano, pero hubo alcaldes salientes que a las 6 de la tarde de ese 31 de diciembre sacaron el dinero de los bancos e hicieron transferencias y depósitos a cuentas personales. Con lo que literal, robaron al erario.

Y contra lo que pudiera suponerse no fueron ladrones de un solo partido; en el atraco participaron munícipes de todos los partidos políticos.

Es por ello que muchos presidentes y presidentas municipales se encontraron con que aparte de que los dejaron sin muebles, también los dejaron sin dinero para pagar sueldos y aguinaldos.

Si bien es cierto que siempre ha habido munícipes ratas, nunca que se sepa, Veracruz había padecido a tantos, si tomamos como base el dato del mismo ORFIS de que casi el 90 por ciento tiene observaciones en sus Cuentas Públicas.

¿Por qué se llevaron hasta los enseres de oficina cuando saben que existe un Inventario de Muebles e Inmuebles? ¿Por qué se llevaron equipo de cómputo y en algunos casos hasta los archivos cuando saben que eso está penado? ¿Por qué se robaron tan a lo descarado dinero que no es de ellos cuando saben que cada peso del erario es monitoreado por la Unidad de Inteligencia Financiera?

Pues por desvergonzados que son, lector y porque saben que quedarán impunes.

A todo esto hay que agregar que la Sefiplan cuyo titular es José Luis Lima Franco, no se ha caracterizado por entregar las partidas presupuestales en tiempo y forma como lo han cacareado. Se contaron por decenas los munícipes que se quejaron de que las participaciones les llegaban con retraso.

Las partidas presupuestales eran esperadas los días primeros días de cada mes, pero se las iban desfasando hasta entregarlas un mes después. Y al parecer el señor Lima Franco continuará con la misma fórmula con lo que los ayuntamientos seguirán tronados.

Por otro lado y salvo contadísimas excepciones, los alcaldes y alcaldesas de nuevo ingreso llegaron a ver qué se van a llevar. Y aparte, están aprovechando el viaje para acomodar a sus familiares.

Es tanto el robo que ya no sorprende. Lo preocupa es el pasmo de una sociedad como la veracruzana, que no alza la voz para evitar el saqueo.

bernardogup@hotmail.com