Bernardo Gutiérrez Parra
Eso de que los acarreos que organiza Morena (como el del miércoles al Tercer Informe de López Obrador en la Ciudad de México), son iguales a los que organizaba el PRI en sus buenos tiempos, es puro cuento y nada más alejado de la verdad.
Cuando el PRI de mi pueblo organizaba sus acarreos al entonces DF, principalmente para darle la bienvenida al presidente Luis Echeverría después de uno de sus largos periplos por el mundo porque, ah bárbaro, cómo viajaba el señor, la invitación era llana y directa:
“Los llevo y los traigo, tendrán tortas y refrescos hasta jartarse (sic), recibirán 200 pesos que no se los ganan en la quincena y conocerán un poquito del DF ¿Qué dicen?” le oí decir en una ocasión a un líder campesino chaparrito, moreno y ensombrerado, que lo que sea de cada quién era muy cumplidor con sus promesas.
Nada de eso sucede con los acarreados de Morena.
El 11 de noviembre el periodista Arturo Reyes Isidoro publicó en su columna que varios empleados de cierta jerarquía estaban siendo obligados a llevar a sus trabajadores a la fiesta del Zócalo, pero con sus propios recursos. Es decir, tendrían que pagar el viaje de ida y vuelta, la gasolina, casetas y hasta las tortas.
Investigué por mi cuenta y así fue. Ayer por la tarde un director de área de una dependencia pública, me dijo que sólo en pasajes se gastó 15 mil pesos, sin contar con las famosas tortas y refrescos. “El acarreo de mis trabajadores lo tuve que pagar de mi bolsillo y con un dinero que me prestó mi mujer. Y sí en efecto nos obligan; si no obedeces pierdes la chamba”.
Y como para reafirmar lo anterior, circula en las redes un video donde el delegado estatal de Morena en Veracruz, Esteban Ramírez Zepeta, pide a los alcaldes de su partido que se “mochen” con el viaje. “El primero de diciembre vamos a ir a la Ciudad de México, le pido aquí a mis alcaldes y alcaldesas que nos acompañen, que nos ayuden, que faciliten el traslado de los compañeros y compañeras. ¿Quién quiere ir a la Ciudad de México a ir a ver al licenciado Andrés Manuel?”, pregunta a los asistentes que levantan la mano al igual que él y en seguida dice: “Vamos a decirles aquí a los alcaldes y a las alcaldesas que agarren tantito de los ahorros je je je je je para que nos ayuden”.
Tras la virulenta reacción de las redes Ramírez Zepeta dijo que sus palabras fueron sacadas de contexto porque a la derecha le dolió ver el Zócalo lleno de gente que apoyó al presidente. Es decir, primero el cinismo y luego la negación.
Para el Tercer Informe de Gobierno de Cuitláhuac García en Tlacotalpan, se utilizó la misma fórmula. La borregada que lo aplaudió “espontáneamente” mientras llegaba al Teatro Netzahualcóyotl, también pagó su viaje y sus viáticos.
Si en tiempos pretéritos los priistas acarreaban pero pagaban el acarreo, los morenos no corren con esa suerte. Tienen que soltar de su peculio para tener el privilegio de admirar a su mesías.
Un moreno de pura cepa que fue al Zócalo justificó así el método cuatroteísta del acarreo al decirme: “No es cierto que se obligue a los compañeros, van porque así lo desean. Y si pagan sus pasajes y comidas es lo menos que pueden hacer por un presidente que les ha dado una pensión digna a sus padres y becas a sus hijos. Si algunos chillan por hacer este pequeño sacrificio es que no tienen madre”.
Ah vaya ahora comprendo; sólo que sea por eso.
Malos resultados en la SSP, pero quieren más presupuesto
“Señor secretario, ¿me puede definir cuál es su concepto de ultrajes a la autoridad?”, preguntó la diputada del PRI Anilú Ingram, al titular de Seguridad Pública Hugo Gutiérrez Maldonado, durante su comparecencia en el Congreso local, pero el funcionario se fue por otro lado.
Ante la respuesta vaga y huera, Anilú le dijo que su partido creó las instituciones, tiene respeto a la ley e hizo en su momento reformas para limitar los excesos del poder, además actualmente hay una acción de inconstitucionalidad contra el Código Penal, que controvierte el delito de ultrajes a la autoridad y está siendo procesado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Marlon Ramírez Marín, también diputado tricolor, manifestó que en materia de seguridad “no vale ver partidos políticos, todos debemos apostar para que haya mejores condiciones para la ciudadanía en general” y preguntó al funcionario policiaco cuánto dinero se ha requerido para adquirir patrullas, cuánto cuesta cada una, cuántas patrullas están en servicio y si considera que el presupuesto que tiene la Secretaría de Seguridad Pública para atender a ocho millones de veracruzanos es suficiente.
Hugo Gutiérrez respondió sólo una de las preguntas (el número de patrullas, motos y vehículos administrativos) y en relación al presupuesto dijo: “Respecto a la lana, yo siempre les voy a pedir más, sinceramente mientras más lana le invirtamos a la seguridad, más presencia tendremos”.
En lo personal, difiero del señor secretario. El gobierno federal ha invertido cientos de millones de pesos en la creación de una Guardia Nacional que apoye al Ejército y la Marina ¿y qué ha pasado? Con más de 105 mil asesinatos violentos en apenas tres años, la administración de López Obrador se encamina a ser la más violenta desde que se llevan este tipo de registros.
A nivel estatal la violencia se ha desatado en más proporción que en los gobiernos de Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes. A pesar de los esfuerzos del Ejército, Marina y la Guardia Nacional, Veracruz es uno de los estados más violentos del país.
Y en cuanto a los elementos de Seguridad Pública, han sido señalados en múltiples ocasiones de abuso de poder, extorsión y otros delitos. ¿Más presupuesto los hará honestos y eficientes? ¿Más presupuesto hará más eficaz al propio Gutiérrez Maldonado que también tiene señalamientos de abuso de autoridad?
Como quiera que sea, Marlon le dijo que tanto las legisladoras Anilú Ingram, Arianna Ángeles y él van a promover que le otorguen más presupuesto a Seguridad Pública. Y qué bueno, pero ojalá con esto haya más eficiencia en esa dependencia, principiando por su titular Hugo Gutiérrez Maldonado.
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