Bernardo Gutiérrez Parra
En una más de sus visitas a Coatzacoalcos, Cuitláhuac García presumió que en nueve meses no se ha registrado ningún secuestro en ese municipio y casi dijo la verdad. Lo cierto es que si el flagelo ha disminuido ha sido a un costo muy elevado. “Ya no hay comercios, ni restaurantes, ni bares en Coatzacoalcos. La vida nocturna no existe y si oficialmente no hay secuestros, es porque la gente ya no denuncia”, me dijo un periodista de por aquellos lares.
En contrapunto con esa disminución, han aumentado las extorsiones policiacas que el titular de la dependencia, Hugo Gutiérrez Maldonado, se ha encargado de minimizar con el clásico “eso no es verdad”. Y a ver quién es el guapo que le alega.
Más tardó el gobernador en dar a conocer su novedad, que la Organización Alto al Secuestro en recordarle que desde diciembre del 2018 a octubre de este 2021, Veracruz se mantiene como el estado con mayor incidencia en el delito de secuestro a nivel nacional.
Por otra parte, la Organización Causa en Común, dio a conocer que en octubre se registraron 19 “atrocidades” en Veracruz y en ese sentido ocupa el sexto lugar nacional. ¿Qué es una atrocidad para Causa en Común? Son las masacres, las fosas clandestinas, las mutilaciones, los calcinamientos, la tortura, el asesinato de menores y los feminicidios.
Ignoro por qué no entra en ese renglón el número de asesinatos que se cometen semanalmente en las entidades federativas. Entre miércoles y sábado de la semana que acaba de terminar, se cometieron en Veracruz 29 asesinatos, un feminicidio y hubo cuatro desapariciones de mujeres. Tantas muertes violentas, el feminicidio de cada semana lo mismo que las desapariciones, deberían considerarse una atrocidad sobre todo si se perpetran en apenas cuatro días.
“El secuestro ha bajado en Coatzacoalcos porque ya no hay gente secuestrable. Los que eran dueños de comercios, restaurantes y bares han cerrado y se han ido. Hay negocios abiertos, pero son apenas una quinta parte de los que había hace unos años”, me dijo un comerciante en pequeño y refrendó lo que me dijo el colega periodista: “Vida nocturna ya casi no hay. Los bares que se atreven a abrir son balaceados, asaltados o extorsionados”.
De seguir así las cosas llegará el momento en que en todo Veracruz veamos más comercios cerrados. Y habrán disminuido un mundo los secuestros porque las personas en riesgo de ser secuestradas buscarán entidades menos inseguras para vivir y harán bien.
Por eso han bajado las privaciones ilegales de la libertad en el sur del estado, lector. Allá tu si deseas o permites que el gobernador te dore la píldora de otra manera en su Tercer Informe de Gobierno.
Marlon Ramírez, conciso y claro
Durante su primera vez en tribuna como diputado de la LXVI Legislatura local, el priista Marlon Ramírez Marín fue conciso y claro al dar el posicionamiento de su partido: “Seremos una oposición crítica y constructiva, y parafraseando al opositor por excelencia de este país, ejerceremos nuestro derecho de disentir a plenitud”.
En la sesión que se desarrolló el jueves agregó: “No nos interesa jugar a las vencidas, tenemos certeza de que queremos un Veracruz mejor para todos, porque si el trabajo que realizamos en este recinto no cumple las expectativas o no mejoramos las condiciones de vida de todos, entonces no seremos recordados como buenos legisladores”. Ni más, pero tampoco menos.
La congruencia de Pepe Yunes
El pasado martes el diputado federal José Francisco Yunes Zorrilla, le movió el tapete a sus pares de Morena al manifestar que votaría a favor de que se otorguen 238 mil pesos al programa de Adultos Mayores, pero sin quitarle ni un peso a esa cantidad. Y aquí fue donde se levantaron las cejas morenistas.
Pepe propuso que el 3.61 por ciento (8 mil 500 millones de pesos) de esos casi 240 mil millones que se irían en “gastos de operación” de la Secretaría del Bienestar, se repartieran también entre las personas mayores de 65 años. “Más dinero, 8 mil millones de pesos para beneficiar a más adultos mayores y no 8 mil millones de pesos para que queden en gastos de operación de un programa noble. No hacerlo invitaría a la suspicacia”, dijo.
Con este planteamiento, el peroteño le agarró los dedos con la puerta a los legisladores de Morena. Si votaban a favor de su propuesta avalarían la bandera de Primero los Pobres, pero si votaban en contra… Y votaron en contra. Siguiendo la voz del amo votaron el presupuesto para el 2022 sin quitarle una coma.
Con lo anterior le regalaron a la Secretaría de Bienestar 8 mil 500 millones de pesos que ojalá fueran para programas sociales pero no será así. Se ocuparán en la compra de votos electorales. No debemos olvidar que en el 2022 estarán en juego 6 gubernaturas.
Pero volvieron a escuchar a Pepe: Ese dinero –indicó- podría alcanzar para otorgar una pensión a más de 240 mil personas mayores de 65 años, sin embargo, el bloque mayoritario aprobó destinarlos para engordar la burocracia. “No votaré un presupuesto que le quita a 240 mil adultos mayores de Veracruz o cualquier otra entidad, la posibilidad de recibir pensión de los programas asistenciales”.
Y congruente como es, su voto sobre la aprobación del presupuesto 2022 que no tiene un solo peso para la vivienda, tampoco para los productores del campo ni para el desarrollo regional de las comunidades, pero que permitirá “dormir tranquilo” al inquilino de Palacio Nacional, fue rotundamente en contra.
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