Bernardo Gutiérrez Parra
Más tardó la priista Anilú Ingram en acomodarse en su curul del Congreso local, que en hacer su primera declaración tronante pero certera. Dijo que si los feminicidios han bajado en la entidad es porque tanto el gobierno estatal como la Fiscalía “maquillan” las cifras cuando la realidad es que el flagelo va en aumento.

“Esto es muy preocupante, y más preocupante cuando ocurre por parte de una mujer a quien yo le di el voto de confianza para encabezarnos como mujeres al frente de la Fiscalía Estatal”, dijo a un portal de noticias.

La diputada jarocha, que se refería a la Fiscal Verónica Hernández Giadáns, lamentó que el protocolo que existe en Veracruz para la atención del delito de feminicidio, sólo se aboque a maquillar los números o reclasificar el delito para bajar la cifra de mujeres asesinadas de manera violenta. “Eso es engañarse solos y es aberrante”. Agregó que buscará los acercamientos con la autoridad competente para que se tomen cartas en el asunto.

El problema es que la “autoridad competente” es la propia Fiscalía General del Estado que no ha hecho mucho por evitar que se multipliquen los feminicidios.

Desde que fue diputada local por primera vez y luego legisladora federal, Anilú Ingram trae en su agenda la defensa de las mujeres y de los huérfanos que han dejado los feminicidios. Su trabajo ha ido a contracorriente del desdén de Hernández Giadáns por las asesinadas de manera brutal.

Uno no se explica lector, cómo es que si según la Fiscal y el gobernador Cuitláhuac García los feminicidios van a la baja, Veracruz siga ocupando el segundo lugar nacional en esta tétrica lista.

Desde que llegó a la Fiscalía, Hernández Giadáns no ha hecho otra cosa que dar palos de ciego y cifras alegres para la foto que son engaña tarugos. Cifras alegres en disminución de asesinatos violentos, secuestros, desapariciones forzosas y feminicidios cuando la realidad es otra.

Cuitláhuac García que llegó al gobierno muy echado pa delante prometiendo que la violencia desaparecería en dos años, va para tres y nomás no ha podido. Cuando no es una balacera, es un asesinato, un secuestro, es el crimen de un menor o una desaparición, pero no hay día en que no suceda algo malo en Veracruz.

Y en relación con los feminicidios de plano ya tiró el arpa. La semana que está por terminar dijo que éstos no llegaron con la 4T y eso hasta por sabido se calla. Lo que molesta e irrita es que no acepte que en su gobierno se estén matando más mujeres que en los anteriores. Lo que decepciona es que no tenga ni la mínima idea de cómo acabar con estos crímenes. Y lo que frustra es que siga echándole la culpa a los de atrás y maquille las cifras.

Cómoda en su oficina porque se sabe protegida desde arriba, Verónica Hernández Giadáns no imaginó que se toparía con la tozuda Anilú Ingram, que no va a soltar el tema de los feminicidios, la violencia contra las mujeres y el mal trabajo está haciendo la Fiscalía. Más que en un molesto mosquito, Anilú se puede convertir en una de sus desagradables pesadillas.

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