Bernardo Gutiérrez Parra
Cuarenta días después de que el huracán Grace hizo destrozadero y medio en el norte de la entidad, el presidente López Obrador de apersonó el Huayacocotla con una buena nueva. Dijo que se canalizaron 1,586 millones de pesos a 45 mil 318 familias afectadas en Puebla, Veracruz e Hidalgo y que le tocaron 35 mil pesos a cada familia.

“Hubieras visto la cara de azoro que pusieron mis paisanos al escuchar tamaño embuste. No dudo que el presidente haya dispersado esa cantidad, pero aquí no llegaron más que despensas y pequeños apoyos que no alcanzaron para todos a pesar de que vinieron los del censo”, me dijo un maestro de aquel municipio.

“¿Y los 35 mil pesos?”, pregunté. “Nada o casi nada. Y así se lo hicimos saber al presidente que ordenó que se apoye a todos, pero no creo. Si en efecto se envió ese dinero la mayor parte se perdió en el camino. Cambiará el gobierno pero no las mañas”, me contestó.

En charla telefónica con este columnista, el mentor manifestó su descontento por las contradicciones entre el gobernador, Cuitláhuac García y el presidente: “Por un lado Cuitláhuac dijo que López Obrador es el presidente que más ha visitado Huayacocotla. Pero por otro, el presidente dijo que viajó por tierra para conocer el estado de las carreteras de este rumbo. ¿Qué acaso no sabía cómo están? Están igual que cuando vino como candidato. Están igual de amoladas que hace 30, 40 o 50 años”.

“¿Dijo si las van a reparar?”, le pregunté. “Dijo que desconfía de los municipios porque se clavan el dinero. Y propuso la creación de comités que se encarguen de rehabilitarlas. Aunque yo creo que nuestras carreteras seguirán igual. Pero si gustas te contesto esa pregunta en el 2024”, me dijo entre risas.

“Cuitláhuac vino a presumir cifras alegres que por su monto apantallan, pero son insuficientes. Por ejemplo, dijo que se entregaron 1 millón 400 mil insumos a los afectados de 34 municipios. Un insumo es un litro de leche, una lata de sardinas o hasta una despensa. Basta hacer una sencilla división para saber que esos insumos no alcanzaron para tanto necesitado”, indicó el maestro.

Y tiene razón, lector. En su perorata en Huayacocotla, Cuitláhuac dijo que se entregaron 59 mil despensas, 55 mil cobertores, 55 mil colchonetas, 372 mil kilogramos de frijol, 50 mil kilogramos de harina, aceite y harina de nopal”. Una bicoca para más de 450 mil damnificados.

También presumió que en Xalapa se entregaron 3 mil 319 insumos. Una grosería para el número de afectados sobre todo de las colonias marginales. Y una miseria comparada con las 13 toneladas de ayuda que la Cruz Roja Mexicana entregó este domingo sólo en Xalapa y sin hacer arguende.

El presidente también llevó buenas nuevas a Apizaco, Tlaxcala, donde aseguró que los cárteles de la droga ya empiezan a tener problemas para reclutar a jóvenes, porque éstos prefieren las opciones laborales del programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

Si no fuera patética, la mentira movería a la carcajada.

Ese programa es una olla de fraudes y está condenado a tronar. La Auditoría Superior de la Federación está investigando un desviadero de millones en el que estarían involucrados subdelegados y súper delegados.

En Huauchinango, Puebla, los damnificados rebasaron a la seguridad y le manotearon al presidente en exigencia de apoyos. Pero Andrés Manuel le dio la vuelta a lo que vieron todos y dijo que lo que pasa es que la gente ya quiere verlo más de cerca y desea participar en los eventos de manera presencial y no por internet.

¿Cinismo del señor? Por supuesto que sí, pero es parte de su naturaleza.

Ahí aprovechó el momento para convocar a una Asamblea Nacional en el Zócalo de la Ciudad de México el próximo 20 de noviembre, con la que reanudará sus actos multitudinarios por el país.

¿Y el Covid? Pues que vaya. A nadie se le negará la entrada. Serán eventos populares donde podrá asistir quien así lo desee de manera libre y voluntaria.

En resumen, sólo en Veracruz son miles los afectados de al menos diez municipios donde la ayuda ha llegado a cuentagotas y no a todos. Pero el presidente dice que ya la recibió el 99.7 por ciento y a ver… aléguenle, argúyanle.

Entre las perlas motivadoras que tuvieron que escuchar los damnificados fue que si padecieron al huracán Grace, les fue peor con el huracán del neoliberalismo que los azotó por años. Pero bendito sea Dios ya llegó la 4T a atemperar la tormenta.

Y el colofón; a partir del siguiente mes se reanudarán los multitudinarios acarreos que son vitamina pura y oxígeno para los mitómanos populistas.

El contacto cuerpo a cuerpo que ya extraña Andrés Manuel.

bernardogup@hotmail.com