Bernardo Gutiérrez Parra
El pasado viernes Miguel Ángel Yunes Linares y sus hijos Miguel Ángel y Fernando, se cimbraron literalmente cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó por unanimidad, fiscalizar los gastos de campaña de la candidata del PAN Patricia Lobeira de Yunes (esposa de Miguel Ángel hijo) a la alcaldía del puerto de Veracruz, ante la posibilidad de que haya rebasado el tope de gastos estipulado por la ley.
La decisión del TEPJF fue un bombazo a la alhóndiga del Clan de El Estero, porque si se comprueba que la señora Lobeira gastó más de lo que debía, en automático se anulará la elección y ella quedará inhabilitada para participar en la repetición de la misma.
Si esto sucede, los miembros de la familia Yunes Linares-Márquez se quedarán sin cargos públicos, es decir, casi casi en la orfandad política.
¿Dónde se cocinó la decisión del TEPJF? Te cuento como me lo contaron, lector.
El miércoles 11 de agosto hubo una cena privada en una casa particular de Huixquilucan, Estado de México, a la que asistieron el Presidente Andrés Manuel López Obrador; Ricardo Exsome Zapata, candidato de Morena a la alcaldía de Veracruz; Rocío Nahle García, Secretaria de Energía; el gobernador de la entidad Cuitláhuac García Jiménez; Mario Delgado Carrillo, presidente nacional de Morena; Reyes Rodríguez Mondragón, Presidente del TEPJF (que lo sigue siendo a pesar de que declinó el puesto el 9 de agosto) y Esteban Ramírez Zepeta, líder de Morena en Veracruz.
Mi fuente no me dijo qué fue lo que cenaron tan distinguidas personas, pero sí que el tema de sobremesa fue uno solo: resolver a favor de Morena las controversias de la elección del 6 de junio y en especial la elección municipal del puerto de Veracruz.
Y lo que resolvieron así tal cual, fue tumbar a la nuera de Miguel Ángel Yunes Linares, Patricia Lobeira y convocar a una elección extraordinaria para el 2022.
López Obrador aprovechó la reunión para leerle la cartilla a Cuitláhuac García y a Ricardo Exsome que se pasan pero nomás no se tragan. “Limen asperezas y hagan equipo, porque el proyecto de la 4T no admite orgullo ni soberbia”, les habría dicho.
Ambos prometieron trabajar de la mano por lo que el presidente encomendó a Mario Delgado y a Esteban Ramírez Zepeta, organizar todo lo concerniente a la elección extraordinaria.
Pero el momento cumbre de la cena no fueron los postres, sino cuando López Obrador se volvió hacia el magistrado Rodríguez Mondragón, que había estado en calidad de mirón de palo y le preguntó: “¿Conmigo o en mi contra?”, a lo que el magistrado contestó más rápido que un balazo: “Con usted, mi Presidente”.
De esa cena pudo salir la decisión del TEPJF dada a conocer el viernes, que dejaría fuera de la contienda del 2024 por la gubernatura de Veracruz a Miguel Ángel Yunes Márquez. A menos que el junior (con el apoyo de su papá), tumbe de la presidencia estatal del PAN a Joaquín Guzmán Avilés y se agarre de ese clavo para seguir vigente.
Por lo pronto, el poder de convencimiento de Andrés Manuel López Obrador le abre las puertas al empresario Ricardo Exsome para contender nuevamente por la alcaldía del puerto jarocho, el llamado con justicia Primer Puerto de América. Una de las joyas más preciadas por el tabasqueño para adornar su testa y su corona.
PD.
Independientemente de lo resuelto en esa cena, es de justicia apuntar que horas después de que se cerraron las casillas la noche del 6 de junio, Ricardo Exsome y su grupo de abogados presentaron evidencias que comprueban que la candidata del PAN, Patricia Lobeira, sí se extralimitó en los topes de campaña.
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