Bernardo Gutiérrez Parra
Lo dicho; la baja participación en la Consulta Popular celebrada este domingo donde sufragaron poco más de 6 y medio millones de ciudadanos (de un padrón electoral de 93 millones 671 mil 697 votantes), no fue impedimento para que el Presidente López Obrador dijera que fue un éxito, un triunfo que lo dejó muy contento. Y lo mismo habría dicho si hubieran participado cuatro, tres, medio millón o cien mil personas.
Pero Andrés Manuel se engaña y pretende engañar a una población que ya no le cree.
¿Entonces le agradó el resultado?
Sí, pero no.
Sí porque: “Es la primera consulta constitucional que se lleva a cabo en la historia de nuestro país, es algo realmente trascendente, es el inicio formal, legal, de un proceso de participación ciudadana en el marco de la democracia participativa”.
Y no porque, chinche INE, no le dio la debida difusión y pedía más presupuesto. “Ellos no tenían entusiasmo por esta consulta y no han tenido entusiasmo por la democracia. Se pudo haber extendido el número de urnas, de casillas por todo el país, no es un asunto de dinero. Se pudo haber pedido la colaboración de gobiernos estatales, de gobiernos municipales, del pueblo, pero no, ni se hablaba del tema”, indicó.
Y señaló los asegunes.
Dijo que es alto el 40 por ciento de participación que pide el INE para que la consulta sea vinculatoria, por lo que espera que los legisladores bajen ese porcentaje. ¿De cuánto lo quiere el Presidente? ¿De 30, 20, 10, 5 o 2 por ciento? Que pida el señor, que para obedecer sus órdenes y no para otra cosa están los legisladores.
Agregó que si el INE hubiera hecho la Consulta el 6 de junio (como lo propuso) junto con la elección intermedia, se hubiera ahorrado un buen billete: “porque si se tiene una sola elección pues lo único que se hace es una boleta más o dos más, (y) se aprovecha de que va a haber una elección de democracia participativa. Por eso, cuando hablan de gasto, pues que asuman su responsabilidad”, sentenció.
Y al hablar de la revocación del mandato que será en marzo del 2022, sacó a relucir nuevamente su confianza en sí mismo: “Se le va a preguntar a la gente si quiere que continúe el Presidente o que renuncie, esa es otra gran reforma a la Constitución, lo que se conoce como revocación de mandato, porque el pueblo, insisto, es el soberano, es el que pone y es el que quita, es el que manda. Ya verán ustedes cuántas casillas va a haber”, dijo.
Y en este punto me quiero detener porque el presidente del INE Lorenzo Córdova, le corrigió la plana. En entrevista con Joaquín López Dóriga, dijo que la revocación de mandato NO ES UNA CONSULTA y se necesita de una ley para llevarla a cabo. Una ley que nomás no existe.
Aunque eso le vale sorbete al Presidente. Si no existe una ley se crea, y si existe y molesta se revoca o nulifica y listo. Reitero, para qué están los legisladores si no es para complacerlo.
Pero no todo será coser y cantar. Y si me permites lector, repetiré lo que dije ayer: el resultado de la consulta fue un calambre del que Andrés Manuel debe tomar nota y aprender.
Quienes votaron por el SI son los 6 y medio millones de fieles que tiene, que lo que sea de cada quién ya los quisiera cualquier político para presumir y que le pueden servir en la revocación. Pero no suman ni una tercera parte de los más de 93 millones del padrón electoral. Luego entonces no le van a alcanzar en la elección por la Presidencia en 2024, porque los 23 y medio millones que votaron por él en 2018 difícilmente lo volverán a hacer por Claudia o Marcelo.
Y no soy adivino, lo que pasa es que el mal humor popular se está extendiendo como la verdolaga y una prueba fue precisamente la Consulta, donde el grueso de los enojados y hastiados mexicanos lo mandaron al diablo.
Si en ocho meses las cosas mejoran, es decir, si bajan los alarmantes índices de contagios y muertes por la pandemia, si disminuye la tasa de desempleo, si aumenta aunque sea medio punto el crecimiento económico. Si baja la inflación que está rascando el 6 por ciento, lo mismo que los homicidios dolosos que hasta ayer sumaban 95 mil 730 en lo que va de su sexenio. Y si por un milagro del cielo hay abasto de medicamentos sobre todo para los niños con cáncer. Entonces…
Puede que los ciudadanos se queden en sus casas y no asistan a referéndum sobre la revocación de mandato, con lo que le estarían dando el SI para que termine su gobierno.
Pero si las cosas empeoran, puede que salgan en bola y provoquen tumultos en las casillas para pedirle que les haga el favor de largarse.
¿Que no puede suceder esto? Ja ja. Que le pregunten a priistas y panistas lo que les pasó en 2018 por creer que robarían eternamente y que el pueblo jamás se cansaría de sus tropelías.
Y es que la nobleza lector, también tiene un límite; de lo contrario se confunde con ya sabes qué.
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