Bernardo Gutiérrez Parra
Este sábado por la mañana agentes de la Policía Ministerial detuvieron en Tuxpan a Rogelio Franco Castán, ex secretario de Gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, acusado de violencia intrafamiliar por quien fue su esposa, la señora Guillermina Alvarado. Esto a pesar de que traía un amparo en la bolsa que por lo visto no le sirvió de mucho.
Según el informe de los ministeriales y a reserva de comprobarse, el también ex líder estatal del PRD y aspirante a una diputación federal, se les puso sabroso y rompió la orden de aprehensión que le mostraron. Por lo que si no lo detuvieron por violencia intrafamiliar, sí lo hicieron por ultrajes a la autoridad, delito considerado grave en la reciente reforma al Código Penal.
En contrapunto, la defensa de Rogelio declaró que su detención fue ilegal y muy parecida a un levantón.
Viviana y Luisa, dos de sus tres hijas, subieron un video a las redes donde le piden a su madre que ya deje de molestar a su papá: “Estamos muy dolidas y además, nos sentimos inseguras. Varias veces recibimos amenazas por parte de nuestra madre, Guillermina Alvarado, para que no hiciéramos más pública la verdad de esta pesadilla que nos ha obligado a vivir… Por favor, mamá, este mensaje es para ti: déjanos vivir en paz. Vive tu vida y déjanos a nosotras estar con nuestro padre; lo necesitamos”.
La señora Guillermina Alvarado, también subió un video donde pide ayuda al Presidente López Obrador, al gobierno estatal y acusa al PRD de tomar represalias contra ella y poner en duda su “situación de violencia”. Además, recrimina la falta de apoyo de las mujeres que están contra la violencia de género.
Sin pretender defender a Rogelio hay algo de truculento en la acusación, porque la señora lo señaló de haberla agredido físicamente en 2016 e incluso subió unas fotos a las redes donde aparece golpeada. Pero en 2017 no sólo desmintió la agresión, sino que acusó a “alguien” de publicar esas fotos con la aviesa intención de “denostar el ámbito político veracruzano (sic)”.
El asunto es que pasó el 2018, el 2019 y el 2020 y aparentemente no se volvió a acordar de aquello. Hasta este año en que desempolvó la denuncia; cuando faltan 82 días para las elecciones y el cielo amenaza con venírsele encima a Morena, al menos en Veracruz.
En fin, el caso es difícil y debería resolverlo un juez de lo familiar porque hay tres menores en medio de la trifulca. Pero lo juzgará un juez de distrito que seguramente pasará por alto la acusación de violencia intrafamiliar, para empujarle a Rogelio un año de prisión preventiva por ultrajes a la autoridad, con lo que lo dejará sin posibilidades de ser nuevamente legislador.
Más allá del pleito entre el tuxpeño y su ex mujer, casi nadie duda que detrás de esta detención estaría el brazo ejecutor del Secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, quien habría convencido a la señora de demandar penalmente a su ex marido.
Por lo que hace al mundillo político veracruzano, nadie se tragó el anzuelo de que al perredista lo aprehendieron por violento y golpeador. Sino que fue la respuesta del gobierno estatal al ácido epíteto que el alcalde de Veracruz Fernando Yunes Márquez, le soltó al gobernador Cuitláhuac García, después de que éste acusara a su suegra de presentar documentación falsa para vacunarse contra el Covid.
Para nadie es un secreto que Rogelio es el perredista más yunista de la entidad, además de operador político de Yunes Linares, por lo que su detención le tuvo que pegar forzosamente tanto al ex gobernador como a sus vástagos. Pero el golpe fue más allá.
El 6 de este mes Cisneros Burgos dijo amenazante que el Ejecutivo estatal “no quiere delincuentes en ningún partido político”, y se ejecutarán detenciones contra alcaldes y regidores si se presume que están coludidos con los malosos.
Esto tiene con calambres a los munícipes del PRI, PAN y PRD, no porque necesariamente anden en malos pasos, sino porque saben que la ecuación es muy simple. Bastará con que alguno no se pliegue a las órdenes de Eric para que le organicen un juicio de procedencia fast track y… a Pacho Viejo.
“Si se atrevió con un ex secretario de gobierno, qué podemos esperar nosotros”, me comentó preocupado un alcalde de la oposición.
¿Qué esto no es violatorio de la Ley? Por supuesto que sí, pero a ver qué guapo se lo hace ver a los señores de la 4T, sin riesgo de que le armen una carpeta de investigación con orden de aprehensión y toda la cosa por ultrajes a la autoridad.
Sobre la detención de Rogelio que –reitero- muchos la ven como la venganza de Cuitláhuac al “estúpido” que le endilgó Fernando Yunes, el reconocido periodista y analista político Filiberto Vargas Rodríguez me dijo: “A ver, ¿te da una bofetada el dueño del carro y te desquitas con el chofer?”
En otro país no mi querido Fili, pero en México y muy particularmente en Veracruz sí, vaya que sí. Si alguien lo duda, que le pregunte a Rogelio Franco.
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