La reforma a la Ley del Banco de México (Banxico) sí vulnera la autonomía del instituto y pone en riesgo la credibilidad del sistema financiero mexicano, ante organismos internacionales que combaten el lavado de dinero, aseguró Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).

En el segundo día del parlamento abierto para analizar esta iniciativa, el funcionario detalló que la autonomía de Banxico se rompería debido a que la propia UIF y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), tendrían que supervisar los dólares que ingresen a las reservas internacionales.

Tales acciones se llevarían a cabo para cumplir con las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), un grupo intergubernamental para promover acciones contra el lavado de dinero, que sugiere la inspección de recursos para evitar delitos de este tipo.

“Si se abre la posibilidad de que Banxico reciba recursos en efectivo, tendría que ser supervisado por la CNBV y la UIF. Esto, desde mi punto de vista, podría vulnerar la autonomía del banco central, cuando ha sido uno de los puntos que el presidente López Obrador ha dejado en claro de que no se debe vulnerar la autonomía de Banxico”, expuso.

Además, dijo que el GAFI podría calificar negativamente las acciones de México en materia contra el lavado de dinero, aunado a un debilitamiento en la credibilidad al sistema financiero mexicano.

La reforma, propuesta por el senador Ricardo Monreal, busca que Banxico pueda comprar dólares excedentes de los bancos e ingresarlos a las reservas internacionales.

De acuerdo con Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México, la iniciativa causará una depreciación permanente del peso sobre sobre el dólar, al ser un factor de riesgo e incertidumbre para los mercados financieros.

“Además, las relaciones de Banxico con sus contrapartes del mundo, especialmente la FED, se pueden deteriorar, aunado a un recorte en la calificación crediticia”, añadió.

En caso de haber un recorte a la calidad crediticia, concretó, México enfrentará peores condiciones para acceder a los mercados financieros y tendrá dificultades para la contratación de créditos, lo que en el corto plazo también afectará a la población en general.