La inversión en materia de obra pública, desde el régimen de Morena, refleja que la prioridad es direccionar recursos en favor de particulares y familiares de AMLO, y no para conceptos que demanda la sociedad en materia de salud, seguridad, empleo, entre otros.
Resulta imperdonable que destinen presupuesto de obra pública para ejecutar trabajos de beneficio para la sede deportiva del equipo de béisbol Las Guacamayas de Palenque Chiapas, propiedad del recaudador y socio de AMLO, su hermano, el famoso Pío.
Las primeras observaciones del caso son el uso discrecional de un recurso público para una actividad familiar; debería intervenir el Órgano Interno de Control de la Sedatu, así como la Secretaría de la Función Pública; ¿O en Morena y todos ellos en la 4T lo pueden hacer porque son puros y buenos? Si hubiera ocurrido antes serían corruptelas; todo esto es otra mentira más del peje. Por eso no quiere a los organismos de transparencia como el INAI, INE, INEGI y demás, pues todo indica que en este caso simularon la licitación, como desde el arranque del sexenio ha sido la característica. No olvidemos las compras de pipas para supuestamente evitar el huachicol.
La Sedatu y su contraloría interna, la Secretaría de la Función Pública y, sí me apuran, hasta la Auditoria Superior de la Federación y el Congreso de la Unión, no deben ser omisos, por el bien de ellos y por el de México.
Tiene razón AMLO al decir que no son iguales; resultaron peores.
¡ES CUANTO!