El junio 6 de 2021 se darán elecciones inéditas en México; habrá sufragios en 15 estados e igual número de Congresos locales y en ayuntamientos de 30 entidades, que se traducen en aproximadamente 25 mil cargos de elección.
Las acciones que López Obrador, incluyendo las mañaneras, ha venido emprendiendo con todos sus aliados en los estados, donde no escapa Veracruz, les está llevando a dejar huellas dactilares que aseguran su pretensión para robarse la elección que se avecina.
Así pues, el blindaje electoral debe darse ya y de una vez; no dejar que el Presidente AMLO y todos en su gabinete y servidores públicos en su conjunto: federación, estados y municipios así como, los Poderes, los mandos y organismos autónomos afines -donde ha metido mano la 4T- logren su objetivo sin respeto a la Constitución, leyes y normas de observancia general y particular en la materia.
El INE, la Secretaría de la Función Pública, las Contralorías en los estados y toda estructura afín es urgente construyan, firmen y publiquen serias, y no ocurrentes, bases para la plena observancia y respetadas por todo servidor público; de lo contrario, hasta los “seudo servidores de la nación” potenciarán todo el proselitismo político que les han permitido hacer las Contralorías Internas y solapada por la SFP, dependencia responsable del control y la evaluación, que ha dado muestras de su muy lamentable actuación.
Esas reglas deben edificarse bajo la lupa de la transparencia. Los partidos de oposición no deben caer en la desviación con cortinas de humo de otros temas promovidos por AMLO y su 4T, para exigir al gobierno un acuerdo serio, legal, legítimo, genuino y sin simulación para evitar elecciones ilegítimas.
¡ES CUANTO!