POR: SEVERO FRANCISCO MAR MORALES
12 DE JULIO, 60 ANIVERSARIO
DEL DÍA DEL ABOGADO EN MÉXICO
“CON GRAN APRECIO, CARIÑO Y ESTIMA PARA LOS CC. DR. JOSÉ LUIS ZAMORA SALICRUP, MTRO. MANLIO FABIO CASARÍN NAVARRETE, DR. JOSÉ LORENZO ÁLVAREZ MONTERO, DRA. MARÍA DEL CARMEN VALDEZ MARTÍNEZ, DRA. MERCEDES GAYOSSO Y NAVARRETE (+ ), DRA. MARÍA DEL PILAR ESPINOSA TORRES, DR. HUMBERTO ORTIZ SALAZAR (+), ENTRE OTROS, TODOS ELLOS, PILARES EN MI FORMACIÓN UNIVERSITARIA; ASÍ TAMBIÉN PARA TODOS LOS ABOGADOS DEL GOBIERNO DEL ESTADO DE VERACRUZ, EN PARTICULAR DE LA SECRETARÍA DE GOBIERNO, DE LA SUBSECRETARÍA JURÍDICA Y DE ASUNTOS LEGISLATIVOS Y MUY EN ESPECIAL, DE LA DIRECCIÓN GENERAL JURÍDICA, ABRAZO FRATERNO PARA TODOS ELLOS.”
ABOGADO acorde con la definición señalada por el Diccionario de la Real Academia Española significa licenciado o doctor en derecho que ejerce profesionalmente la dirección y defensa de las partes en toda clase de proceso o el asesoramiento y consejo jurídico. Asimismo, cita el Diccionario en cuestión que, un Abogado del Estado es un funcionario a quien se encomienda el asesoramiento, representación y defensa en juicios del Estado y sus organismos.
Por otra parte, el Diccionario del Español Jurídico, también de la RAE, define puntualmente el término de abogado como el licenciado en derecho que ofrece profesionalmente asesoramiento jurídico y que ejerce la defensa de las partes en los procesos judiciales o en los procedimientos administrativos.
Abogar, es un verbo intransitivo cuyo significado es hablar o declararse en favor de una persona o una cosa. Abogar, significa interceder, defender, mediar, proteger, apoyar, respaldar, auxiliar, ayudar, o patrocinar a alguien. Abogar, es defender en un juicio a una de las partes; lo es también, interceder, o hablar en favor de alguien.
En estricto sentido, cualquier persona puede abogar por un semejante (otra persona). A nivel profesional, un licenciado en Derecho, es el profesional que defiende a su cliente en un juicio, cualquiera de que se trate la materia para la cual fueren contratados sus servicios profesionales, señalando también, que en el ámbito gubernamental, existen los profesionales del derecho que defienden, protegen o velan por los intereses de la ciudadanía en general, ejemplos lo son los Defensores Públicos, comúnmente reconocidos como “Defensores de Oficio” y como lo son también “los Procuradores de la Defensa del Trabajador, entre otros.
La abogacía por excelencia es la profesión y actividad del abogado (advocatus, de ad: a y vocare: llamar o sea abogar). Quien ejerza la abogacía, deberá actuar invariablemente -siguiendo un código de ética interno-, a favor de los intereses que tiene confiados; es considerada una de las más nobles profesiones por su importancia para lograr con ello, la paz, la tranquilidad y el bienestar social de los ciudadanos.
En el Gobierno Federal sólo por citar dos ejemplos, es de mencionar la capacidad, talento, y profesionalismo a ultranza de la C. Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila de García Villegas, primera mujer nombrada Secretaria de Gobernación, abogada excepcional con un talento fuera de lo común, además primera mujer Notaria de la Ciudad de México, y por si fuera poco, hace unos días, se convirtió en la primera mujer en la historia de éste país en quedar al frente del mismo, otro logro más en su impresionante carrera al servicio de esta nación; destaca también la capacidad, arrojo y valentía del actual Titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, abogado, académico y doctor en Derecho por la UNAM, con sólidos principios y una vasta cultura jurídica.
Es digno de mencionar también la figura del actual Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, Dr. Lorenzo Córdova Vianello, especialista como pocos en el país en el área del Derecho Electoral, jurista de prestigio y con estudios doctorales realizados en la Universidad de Turín, Italia.
En el actual gobierno que encabeza el Ing. Cuitláhuac García Jiménez, Gobernador Constitucional del Estado de Veracruz, se ha dado un gran impulso y decidido reconocimiento a quienes han enarbolado la bandera como profesionales de la abogacía, dando gran relevancia al hacer palpable tal designio, que infinidad de licenciados en Derecho, desempeñan con responsabilidad, decoro y orgullo, diversas encomiendas dentro de la Administración Pública Estatal.
Basta citar como verdaderos ejemplos de ello a la Lic. Sofía Martínez Huerta, Magistrada Presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado, el Lic. Hugo Gutiérrez Maldonado, titular de la Secretaría de Seguridad Pública en Veracruz, quien es egresado de la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL; la recientemente ratificada Secretaria de Trabajo, Previsión Social y Productividad en el Gabinete Estatal, Lic. Diana Estela Aróstegui Carballo, el siempre atento Mtro. José Pale García, Director General Jurídico de la Secretaría de Gobierno, catedrático de varias generaciones de abogados, la C. Maricela Andrade Baz, Doctoranda en Derecho Procesal, con amplia carrera en el ámbito judicial por más de 20 años, y digna aspirante a ser Magistrada, el Lic. Mariano González Jiménez, decano de los abogados integrantes de la Dirección Jurídica de la SEGOB y muchos más servidores públicos que sería imposible enumerar.
En el ámbito de los organismos públicos descentralizados, destaca el Mtro. Alberto Islas Reyes, talentoso Abogado General de la Universidad Veracruzana, la eficiente y dilecta Fiscal General del Estado, Lic. Verónica Hernández Giadáns, (aventajada alumna, egresada de la Facultad de Derecho, de la Universidad Veracruzana, y Notaria con licencia), el Lic. José Alejandro Bonilla Bonilla, Presidente del Consejo General del Organismo Público Local Electoral, también egresado de la Universidad Veracruzana con mención Honorifica y quien estudió el Doctorado en Derecho en la UNAM, servidor público discreto, capaz y de resultados innegables.
Los catedráticos de mi segunda Alma Mater (la Universidad de Xalapa) el Dr. Eduardo Justino Andrade Sánchez, poseedor de una voz educada y gran tribuno, actualmente Director General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública, el también Dr. Francisco Berlín Valenzuela, ex presidente del Instituto Nacional Electoral, y gran conocedor de la materia Electoral, autor de uno de los primeros libros publicados en México en dicha materia.
Mención aparte merece ser referenciado el Dr. Carlos García Méndez, Rector de la primera Universidad Privada en la ciudad de Xalapa, -UX- de gran corazón y benefactor al igual que el estimadísimo Dr. Rubén Pabello Rojas, apoyando desinteresadamente a miles de estudiantes para cursar sus estudios profesionales y de especialización y ambos amigos de quien esto escribe.
Retomando el día del abogado, un 12 de julio del año 1553, Bartolomé Frías Albornós y Francisco Cervantes de Salazar, impartieron la primera cátedra de derecho, en el Continente Americano, es por ello que en ésta fecha, se celebra el día del abogado. Un ABOGADO en toda la extensión de la palabra debe ser, un servidor del derecho y un coadyuvante de la justicia, debe ser, asimismo, un conocedor de la ciencia del jurídica, en virtud de que el abogado asesora, aconseja, ayuda, auxilia, combate, defiende y actúa a nombre de otro con responsabilidad, lealtad, honorabilidad, respeto, pulcritud, franqueza, amor al derecho y sobre todo pasión por la justicia. “Si algún día Tú Abogado, inclinas la vara de la Justicia, que no sea por el precio de la dádiva sino de la misericordia”.
Hoy, domingo 12 de julio, se celebra el 60º Aniversario del Día del Abogado en México, el cual se instauró en 1960 por el entonces Presidente de la República, Adolfo López Mateos, a petición de un comité encabezado por Federico Bracamontes, a la postre, fundador del Grupo Diario de México y del Grupo Diario de Morelos.
Suele afirmarse que la presencia de los abogados en la gesta revolucionaria, desde el anti reeleccionismo, al inicio de la lucha armada el 20 de noviembre de 1910 y hasta la muerte de Venustiano Carranza (1859-1920), imprimió a la misma el sentido jurídico-político que necesitaba, siendo su máxima evidencia y fruto la Constitución de 31 de enero de 1917, promulgada en la ciudad de Querétaro el 5 de febrero de 1917.
Es relevante citar que, a la fecha, muchos presidentes de México han sido licenciados en Derecho y también con estudios de posgrado en esta noble carrera/profesión. (Benito Juárez García, logrando, por cierto, en 1834, el primer título de abogado expedido por la Corte de Justicia del Estado de Oaxaca; Miguel Alemán Valdés, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado, etc.)
Cabe hacer mención qué, en el parangón, cobra relieve e importancia la tarea del Abogado cuando en el análisis, el ingreso de “x” asunto llega a una zona de tensión, de conflicto y luego de específica controversia. Allí emerge el abogado litigante y se eclipsa el abogado negociador. Sensación ésta muy nítida y sentida así por el cliente que ve en el primero al experto sin que se recuerde con pareja relevancia a aquel otro que gestionó o formalizó la operación, sus condiciones, las cláusulas complejas, las previsiones sagaces y oportunas, o que las continuó y reforzó en la contratación internacional, o en el mercado regional integrado. El buen negociador se ve desplazado por el buen piloto de una larga y riesgosa travesía judicial o arbitral. ¡Qué contrasentido, porque las dos ocupaciones son haceres propios del abogado y ninguna de las dos es excluyente de la otra!
Es por ello que la negociación debe ser premisa fundamental en la capacidad práctica del Abogado, ante ello se suele afirmar que un abogado negociador, invariablemente, es o será un gran abogado y, en consecuencia, triunfador por antonomasia.
Por último, cabe hacer mención que el jurista y docente uruguayo Eduardo J. Couture, quien fue profesor de Derecho Procesal en la Universidad de la República de Montevideo y quien además es autor de numerosos libros, sobre todo en materia de Derecho Procesal Civil, destacándose entre todos su obra denominada “Los Mandamientos del Abogado”, allí plasma y desarrolla diez “mandamientos” que debe cumplir un abogado en el ejercicio de su profesión, mismos que a continuación se reproducen por su gran valía y reconocimiento entre el gremio de abogados de habla hispana y del mundo entero.
LOS MANDAMIENTOS DEL ABOGADO
1. ESTUDIA. El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.
2. PIENSA. El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
3. TRABAJA. La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.
4. LUCHA. Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia.
5. SÉ LEAL. Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.
6. TOLERA. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
7. TEN PACIENCIA. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
8. TEN FE. Ten fe en el derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal del derecho; en la paz, como sustituto bondadoso de la justicia; y, sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay derecho, ni justicia, ni paz.
9. OLVIDA. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
10. AMA A TU PROFESIÓN. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado.
Importante es mencionar también su frase: “Si el Derecho se contrapone con la Justicia, inclínate por la Justicia”, misma que quedará grabada para la posteridad.
¡MUCHAS FELICIDADES A TODOS LOS ABOGADOS EN SU DÍA”