Roberto Reyes Anaya, párroco de la Catedral de Xalapa, manifestó que la Cuaresma es el tiempo de preparación para celebrar dignamente el misterio pascual que es la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
“La Cuaresma la vivimos y guardamos los que creemos en Jesucristo, los que estamos bautizados y que nos encontramos inmersos en todos los ámbitos de la sociedad; es un tiempo propicio en el que se nos llama a la conversión, al cambio, a mejorar nuestras vidas ante Dios y ante el prójimo”, dijo.
El entrevistado señaló que la Cuaresma es también un tiempo de ayuno de muchas cosas que en la actualidad nos ayudan a acercarnos a las personas en a distancia como lo son las redes sociales.
“Las redes sociales nos ayudan mucho a mantenernos comunicados, a acercarnos con las personas pero si no se saben usar resultan perjudiciales en la relación con los demás porque impiden un diálogo directo, que veamos el rostro de los demás y que entremos en relación directa con la otra persona”, señaló.
Comentó que la Cuaresma representa un llamado a la conversión de quienes hacen el mal, que en este tiempo se les pide retornar al camino de la comunión con Dios y los hermanos “porque si cometemos un mal, un ilícito, no solamente hacemos mal a una persona sino que afectamos nuestra relación con Dios”.
La Cuaresma inicia con la imposición de la ceniza este miércoles en todos los templos católicos, es un periodo litúrgico de 40 días que prepara a los cristianos para la celebración de la Pascua.
El Miércoles de Ceniza resuena en los templos y en el interior de cada persona la invitación que hace Jesús al comienzo de su predicación: “Conviértanse y crean en el Evangelio” (Mc. 1, 15).
Convertirse significa volver la vista a Dios, cambiar de mentalidad, corregir el camino, renovarse. El hombre nuevo es el que cree en Jesús, se hace su discípulo y lo empieza a seguir asumiendo los valores del Evangelio.
Para el mundo católico el Miércoles de Ceniza es un día de ayuno y abstinencia. El ayuno y la abstinencia son medios que ayudan en la conversión personal. El ayuno es, además, un signo de solidaridad con los que no tienen lo necesario para vivir.
Con el Ayuno se practica la mortificación personal para favorecer la vida interior.
En todas los templos de la Arquidiócesis de Xalapa habrá celebraciones en diferentes horarios, desde la mañana, a medio día y por la tarde.