Apoco de que venció la inhabilitación por dos años y medio que le impuso el gobierno de Enrique Peña para participar en contrataciones públicas, la constructora de grandes y polémicos proyectos durante los sexenios de Felipe Calderón y Vicente Fox, Tradeco, pugna ahora para construir un rompeolas en el Puerto de Salinas Cruz, con una propuesta económica de tres mil 498 millones de pesos.
La Administración Portuaria Integral (API) dará su fallo este 18 de diciembre, con lo que concluirá la licitación que convocó a 12 empresas interesadas en esta obra portuaria, pero en la que Tradeco hizo la oferta más baja.
La constructora fue vetada en la pasada administración para celebrar contratos públicos. El 5 de septiembre de 2016, la Secretaría de la Función Pública dio a conocer su inhabilitación por 30 meses, aunque no detalló las razones, lo que impidió a la empresa participar en licitaciones del fallido Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en Texcoco.
Tras vencer ese veto en el segundo trimestre de este año, la desarrolladora de infraestructura que preside Federico Martínez Urmeneta intenta regresar a los concursos públicos. Ya lo intentó, sin éxito, al participar en la licitación para ejecutar la ampliación de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), que finalmente ganó en septiembre el consorcio Sacyr-Eppcor.
Antes, en el mes de mayo, Tradeco declinó su participación en la licitación de la primera línea del sistema teleférico, Cablebús, para la Ciudad de México.
La empresa inauguró en 2013 su proyecto insignia, el puente Baluarte que atraviesa el Espinazo del Diablo en la Sierra Madre Occidental. La Auditoría Superior de la Federación señaló irregularidades en la obra más relevante del sexenio de Calderón porque elevó costo de ocho mil 889 millones a 23 mil 385 millones de pesos por trabajos de mala calidad.
Tradeco también construyó instalaciones en las bases militares de Santa Lucía, Estado de México, e Ixtepec, en Oaxaca; un parque eólico para la Sedena, también en Oaxaca. Todo esto en el sexenio de Felipe Calderón.
Pemex Refinación contrató a Tradeco en 2003, en la administración de Fox, para reconfigurar la terminal de Lázaro Cárdenas, pero en su revisión de la cuenta pública 2006, la ASF detectó daño patrimonial y violaciones a la Ley de Obra.
En febrero de 2015, el PRI en el Senado solicitó a la ASF un informe de las observaciones a las obras públicas relacionadas con Tradeco. “Es oportuno precisar que entre 2003 y 2012, el Grupo Tradeco fue beneficiado con la mayoría de obras que se otorgaron a través de adjudicación directa. Se estima que por este tipo de contratos, percibió ingresos por alrededor de 15 mil 143 millones de pesos, siendo una constante los sobrecostos y retrasos”, dice ese documento.
Y agrega: Un caso emblemático de los privilegios en favor de Tradeco, data de 2003, cuando el fundador del grupo -Federico Martínez Salas- se incorporó a Pemex, como director ejecutivo del Proyecto Cantarell –el pozo más productivo del país-, desde donde otorgó a la empresa un contrato por 379 millones para “trabajos de modernización” de la refinería de Minatitlán, por un periodo de 19 meses, cita el documento que refleja la postura del PRI en aquel momento, antes de que la empresa fuera vetada.
DE VUELTA EN SALINA CRUZ
Tradeco quiere ahora construir el rompeolas del puerto de Salina Cruz, un proyecto que en total prevé inversiones por nueve mil 700 millones de pesos para convertir a la terminal en un punto neurálgico para el embarque de petróleo crudo para su distribución a lo largo de la costa del Pacífico y su exportación a mercados asiáticos.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador prevé esa inversión para concluir las obras del Proyecto Petrolero del Pacífico (PPP), interrumpidas hace casi cuatro décadas al agotarse el boom petrolero de principios de los años 80.
De acuerdo con el plan que la API puso a consideración de Hacienda, la principal obra consiste en terminar la construcción del rompeolas oeste del puerto petrolero y comercial, y de nuevos muelles e infraestructura de apoyo.
La obra traerá beneficios inmediatos por 12 mil 421 millones de pesos, según un análisis de costo–beneficio.
Entre las ventajas de este puerto señala la posibilidad de que pueda prestar el servicio de transporte de petróleo crudo procedente de mercados terceros hacia países asiáticos. Existe el mercado “y se está negociando, la prestación de un servicio de transporte transístmico, del Puerto de Laguna de Pajaritos al Puerto de Salina Cruz a través de un ducto”, precisa.
México podrá recibir crudo de Estados Unidos en el Golfo y llevarlo a la costa de Oaxaca a través de ductos en el nuevo Corredor del Istmo de Tehuantepec. “Esta ruta podría competir con la actual que consiste en darle la vuelta completa al continente americano o bien al continente africano para llegar con grandes barcos de más de 250 mil toneladas”.
Además, la API advierte de una creciente necesidad de capacidad para transportar la producción nacional de petrolíferos a la costa mexicana del Pacífico.
“Con la producción de la refinería ahí instalada (en Salina Cruz), pero también con la producción complementaria de la refinería de Minatitlán y, en su caso, Dos Bocas, la operación del sistema actual que opera Pemex tendría que ampliarse significativamente, ya que ahora, por la reducción en el abasto interno, las dos terceras partes del consumo nacional en esta franja del país se suministraba mediante importaciones de combustibles, en su mayoría provenientes de puertos del Golfo de México de Estados Unidos”, señala.
La solicitud de recursos indica que la inversión se realizará en cinco años, iniciando con las primeras obras para concluir un tramo faltante de mil 600 metros lineales del rompeolas oeste. Esta obra es la más costosa del proyecto, estimada en cuatro mil 539 millones de pesos, y la que Tradeco busca construir.
La autoridad portuaria prevé que una vez que se comiencen las obras el nuevo puerto podrá iniciar sus operaciones en un periodo de tres años.