Lo bueno de la comparecencia de Cuitláhuac García con motivo de la Glosa de su Primer Informe de Gobierno, es que al fin despertó. Tuvo que pasar un año para que viéramos a un gobernador seguro y resuelto; nada de nervios y titubeos; nada de voltear a todos lados como pidiendo ayuda. No señor, el Cuitláhuac que se paró este martes en el Congreso nada tiene que ver con el apocado gobernante que conocemos. Nada que ver.
Eso fue lo bueno; lo malo fueron las mentiras que dijo en su mensaje, la pobreza en la realización de obras, el multimillonario subejercicio y la asignación directa de las (pocas) obras, que le van a ocasionar muchos dolores de cabeza.
Eso de que su gobierno ha trabajado más que los anteriores es una falacia con todas sus letras.
La generalidad de los gobernadores de Yunes hacia atrás, comenzaron su primer año como caballos briosos generando empleos, invirtiendo en escuelas, hospitales, carreteras, caminos rurales, abasto de medicamentos y cien etcéteras. El primero, es el año que más chambea un gobernador y la excepción ha sido el gobierno de la 4T que terminó sus primeros 365 días con pobres resultados.
Cuitláhuac se ha enfocado en apoyar con programas asistenciales a los que menos tienen en las zonas rurales y qué bueno que así sea. Pero ha dejado descobijados a los que menos tienen de las zonas urbanas y ellos también son veracruzanos. Qué bueno que construya aulas, pero sería mejor que construyera escuelas. Qué bueno que haya construido un par de caminos rurales, pero hace falta reconstruir casi la totalidad de las carreteras.
Insiste en que Veracruz es un lugar seguro, cuando no es así. Horas después de que diera su mensaje, asesinaron al ex alcalde de Omealca Pedro Muñoz Mora; ejecutaron a un abogado y reportaron tres desaparecidos en Acayucan; arrojaron dos cuerpos desmembrados en Tecolutla. Desapareció un maestro en Tezonapa y para acabar pronto, en este año se ha reportado la desaparición de 300 personas.
¿Dónde está el Veracruz seguro?
De nada vale que le haya corregido la plana a la diputada María Josefina Gamboa al asegurar que no es Veracruz, sino Jalisco quien tiene el primer lugar en contagios por dengue, cuando en la entidad se tienen registrados más de 8 mil casos y hay 23 defunciones debido a la negligencia de su gobierno.
En efecto, la entidad no está en primer lugar, pero ocupa un deshonroso tercer sitio en ese renglón. Luego entonces, Veracruz no tiene un gobernador y un secretario de Salud conscientes, atentos y trabajando como lo aseguró Cuitláhuac.
En su primer año de gobierno todo gobernador recorre la entidad con el ahínco de un chamaco explorador; la excepción es Cuitláhuac que como Ejecutivo estatal ha viajado poco en relación a sus antecesores.
Bueno, hasta el presidente del PRI Marlon Ramírez, tiene más kilometraje que Cuitláhuac. En apenas unos meses el líder del tricolor ha visitado más de cien municipios, muy por encima de los que ha recorrido Cuitláhuac como gobernador.
Marlon estuvo en el Congreso a invitación del legislador de Morena, Juan Javier Gómez Cazarín a quien le reconoció el gesto. “Porque la política se trata de hablar, dialogar y contrastarnos, y en el PRI pretendemos contrastar los hechos y decir lo que es verdad y lo que es mentira; lo que es bueno y lo que es malo. Que haya esta apertura es bueno”.
Pero casi a renglón seguido ironizó sobre el trabajo que realiza la Secretaría de Salud para controlar el dengue, ya que su mismo titular reconoció que invirtieron 50 millones de pesos para parar la epidemia: “Si dividimos esa cantidad entre los municipios, congregaciones y comunidades, pues es la razón por la que el dengue se fue por las nubes”.
Agregó que la ineficacia del gobierno estatal no le permitió guardar dinero ni para los aguinaldos, y esto ha generado que solicite un nuevo préstamo, lo que provocará un mayor endeudamiento para Veracruz. “No se gastan lo que les dan y piden más, es ineficacia en la administración de los recursos, no están manejando adecuadamente el dinero”.
Tras indicar que el PRI es una oposición civilizada y abierta al diálogo que es lo que le hace falta a Veracruz, sugirió al gobernador que mande a su casa al titular de Salud, Roberto Ramos Alor y al de la SIOP, Elio Hernández. Y ojalá lo escuche Cuitláhuac.
Al término de la comparecencia quedó en el ambiente la sensación de que vimos a un gobernador desinhibido y más dueño de sí mismo. Pero eso no basta para sacar del hoyo a la entidad.
Veracruz necesita más compromiso y entrega de su gobernador y sus colaboradores. Y si a esto le agregan más capacidad, inteligencia, fortaleza, humildad, diálogo y honestidad, las cosas mejorarían sustancialmente.
Por desgracia les falta un resto y dos montones para llegar a esas alturas.
bernardogup@hotmail.com