• La Comisión requiere una Presidencia sin mancha ni influyentismo, donde se garantice la justicia y no un manto protector al Presidente
  • La nueva titular llegó de manera ilegal e ilegítima. La renuncia de sus Consejeros es la muestra de una institución que se cae a pedazos

           

            Ciudad de México, 14 de noviembre de 2019.- En medio del debate sobre la legalidad del nombramiento de Rosario Piedra Ibarra como nueva Presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el diputado federal Héctor Yunes aseguró que la institución requiere de una autoridad sin mancha ni influyentismos, donde sus recomendaciones tengan el peso de la ley y la justicia, y no representen un manto protector al Presidente y su gobierno.

Con una Comisión al servicio del poder, consideró, sus recomendaciones serán como verdaderos llamados a misa ¡pero sin campana!

Respecto a la designación de Piedra Ibarra, acusó que la sola militancia era motivo suficiente para desechar la candidatura. “El hecho de que ocupara un cargo de dirección en Morena la convertía en inelegible legalmente; y lo que es peor, llega a través de una votación manchada por el fraude y la incertidumbre. Tenemos una Presidente de la CNDH ilegal e ilegítima, pero carnal”.

Yunes Landa aseguró que esa es la razón por la que hasta hoy cinco integrantes del Consejo Consultivo de ese organismo presentaron su renuncia, en protesta por la designación de Piedra Ibarra. “Se han ido en rechazo a una presidencia que nació con el cáncer de la ilegalidad; la Comisión se está cayendo a pedazos”.

También en el caso del Ejército, dijo, se trata de un agravio a las fuerzas armadas que han sido señaladas de manera reiterada como responsable de represiones en el pasado. “¿Cómo puede alguien presidir una Comisión de Derechos Humanos a partir de prejuicios personales y no de la actuación de los órganos encargados de impartir justicia?”, cuestionó.

El diputado federal destacó que en México hay grandes especialistas en materia de derechos humanos por lo que lamentó que el Presidente los haya estigmatizado por su origen académico e institucional, sólo para justificar el nombramiento de Piedra Ibarra.

“Las instituciones como la CNDH no pueden ser monedas de cambio para satisfacer los afanes del Presidente. Así lo hemos visto con la Suprema Corte, con la propia Cámara de Diputados, con el Inegi, con el Coneval, y ahora con la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Instituto Nacional Electoral.”

Una muestra de su ignorancia, señaló, es que asegure que en este gobierno no hay asesinatos de periodistas, lo que implica que no sólo desconoce los protocolos de protección, los procesos que están abiertos y que ni siquiera hojea un periódico para enterarse que en este gobierno han muerto al menos 13 periodistas.

México fue calificado por la organización Reporteros Sin Fronteras como el país sin guerra más peligroso para ejercer el periodismo, sólo por detrás de Afganistán y Siria. “Hay que informárselo a la nueva Presidenta de la Comisión para que deje de hacer defensas oficiosas del Presidente”, reiteró.

“La primera recomendación que se debe emitir la nueva Comisión Nacional de los Derechos Humanos debe ser dirigida a su titular para solicitar su renuncia. No sólo sería la salida jurídica más digna, también devolvería su prestigio a la Comisión”, concluyó.