A principios de mayo el gobernador Cuitláhuac García pidió al Congreso local una prórroga para la entrega de la Cuenta Pública del 2018. Los diputados de Morena votaron a favor, los del PAN en contra. Ganó Morena por mayoría y los panistas hicieron su berrinchito y abandonaron la sesión.

Fue en ese contexto que el diputado local Juan Carlos Molina Palacios subió a la tribuna a denunciar que después de cinco meses del nuevo gobierno “es la hora” en que el Secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, no se había parado por la Legislatura a presentar su plan de seguridad para Veracruz.

“Es una pena que hay secretarios que no nos contestan una llamada a los diputados, no nos reciben. Los señores secretarios se creen los dueños absolutos de Veracruz y hasta al mismo gobernador engañan con sus informes” dijo.

Segundos antes había invitado a sus compañeros legisladores a hacer su mejor esfuerzo por el bien de la entidad. Y en medo de su discurso soltó una frase que será recordada por años: “Tenemos que trabajar por Veracruz, allá afuera la gente está esperando nuestros resultados. Allá afuera hay un desmadre total en nuestro estado. ¿Por qué? porque no hemos podido lograr la unidad por el bien de los veracruzanos”.

El desmadre sigue imparable y lo alcanzó este sábado cuando manos criminales le quitaron la vida a balazos.

Como amigo, Juan Carlos era campechano, jocoso, francote y siempre dispuesto a servir, pero como político nunca se guardó nada cuando se trató de defender a los productores del campo y tampoco cuando criticó las políticas del gobierno estatal y el federal. La defensa que hizo de los cañeros, los lecheros, los cafetaleros y los ganaderos le granjearon muchas simpatías, pero además, poderosos y enconados enemigos.

Contra lo que pudiera suponerse, esta vez el gobernador Cuitláhuac García no se pasmó y minutos después de la tragedia dio un mensaje donde además de condenar y lamentar el crimen sentenció:

“Veracruzanas y veracruzanos, en este momento queremos dejar en claro el siguiente mensaje: se equivocan quienes atentan contra la vida de las personas y creen que dichos actos van a quedar impunes. Que les quede claro a los delincuentes, en Veracruz ya no hay quien los encubra y como en otros hechos suscitados de este tipo anteriormente, se dará con los culpables y finalmente se hará justicia. En Veracruz se acabó la impunidad”.

Es decir, lo de siempre a un pueblo que está hasta el gorro de escuchar el mismo sonsonete.

Lo cierto, es que el gobierno está rebasado por la violencia y es una verdad inocultable que los delincuentes son los amos y señores de Veracruz.

En cinco días Cuitláhuac dará su primer informe de gobierno en un contexto inédito. ¿Por qué inédito? Porque en once meses los veracruzanos han sufrido tres masacres con un saldo de 50 muertos, Veracruz es primer lugar en secuestros y feminicidios; la actividad económica ha decrecido debajo de cero y les acaban de matar a un diputado.

Se dice que para desviar la atención y antes del primer informe, la Fiscalía estatal detendrá y enviará a Pacho Viejo a más de un yunista e incluso al mismo Miguel Ángel.

Pero ya pueden entambar a la runfla de bandidos que pasean su desvergüenza y cinismo en libertad, que nada hará que cambie la exigencia por menos inoperancia, menos ineptitud y más responsabilidad y efectividad.

Y es que en serio, acá afuera hay un desmadre. Un desmadre que no aguanta más la raza. Un soberano desmadre que el día menos pensado puede convertirse en un caos imparable. Y si eso sucede, Cuitláhuac García y los distinguidos miembros de su gabinete, habrán aprendido de muy fea manera, que la 4T no llegó para quedarse como aseguró en un tuit, con la soberbia que lo caracteriza, el señor gobernador.

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