Cuando Javier Duarte confesó que su esposa Karime Macías y sus hijos vivían “austeramente” en el Reino Unido con 180 mil pesos al mes, se armó una cámara húngara en Veracruz entidad donde ni Cuitláhuac gana esa cantidad, al menos nominalmente.

En misiva enviada al periodista Ciro Gómez Leyva, el exgobernador preso en el Reclusorio Norte dijo: “El estilo de vida de mi familia en aquel país es totalmente austero y transparente” e hizo un desglose de gastos: 80 mil pesos por la renta del depa en el número 10 de Wilbraham Place; 50 mil pesos en colegiaturas de sus tres hijos y otros 50 mil pesos en alimentos, vestido, atención médica, transporte y otros gastos.

“Ese dinero que se paga es producto de los legales y legítimos ahorros que tengo producto de mi sueldo después de varios años de trabajo ininterrumpido, y del apoyo que hemos tenido de nuestros más cercanos familiares y de entrañables amigos”, remató conmovedor.

Pero mintió, con ese dinero su esposa pasaría por pobretona en el exclusivo barrio de Belgrave donde los archimillonarios e incluso su vecina, la reina Isabel, la verían por encima del hombro.

Miguel Ángel Yunes Linares que mandó unos achichincles a dar con su paradero, dijo que los gastos mensuales de la mujer son de un millón 600 mil pesos, pero pienso que exageró. Creo que Karime ha de vivir más o menos holgadamente con 700 u 800 mil pesos cada treinta días, que son un mundo de dinero para el 93 por ciento de los veracruzanos que oscilamos entre la jodidez crónica y la vil inopia.

Acusada de haber desviado 112 millones de pesos del DIF estatal, Karime fue detenida este martes y presentada ante un juez; éste le notificó que tiene una orden de extradición a México y o la detenía, o le empujaba una fianza de 150 mil libras esterlinas para enfrentar el proceso en libertad.

Y la señora optó por lo segundo, pagó al chas chas las 150 mil libras (3 millones 700 mil pesos) y se fue a su depa.

Con esto se comprobó (por si hubiera alguna duda) que vive con más, mucho más que 180 mil pinchurrientos pesos al mes.

¿Qué pasó y qué pasará?

Es muy probable que acepte ser extraditada para enfrentar la acusación por peculado porque sabe que la carpeta de investigación que es de los tiempos de Jorge Winckler, está hecha con las patas y se caerá casi solita de débil que está la pobrecita.

También sabe que se birló algo más que 112 millones de pesos y que es una mujer deshonesta. Pero tiene la fortuna de haberse topado con un sistema de justicia penal que muy pocos conocen y la arropa un excelente bufete de abogados.

Por lo anterior, casi puedo jurar que quedará libre de pecado, no porque sea inocente del delito que le imputan, sino por fallas en el debido proceso.

Es decir, le pasará lo mismo que a casi todos los peces gordos del duartismo que tras ser encarcelados, fueron puestos en libertad y ahora andan por esos caminos de Dios carcajeándose de la justicia y de paso de ocho millones de veracruzanos a los que robaron con descaro. Eso sin contar con aquellos a los que secuestraron, torturaron, asesinaron y desaparecieron.

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