Hace siete años, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público dio a conocer que del 2000 al 2012 los ex gobernadores Miguel Alemán Velasco, Fidel Herrera Beltrán y el entonces mandatario estatal Javier Duarte de Ochoa, contribuyeron a que la deuda de Veracruz tuviera un crecimiento acumulado de 67,000%. Sí, leíste bien lector, 67 mil por ciento.
La danza de los millones comenzó en 2004 cuando Miguel Alemán contrató un préstamo con Banobras por 3 mil 500 millones de pesos. Luego llegó Fidel que dejó endeudado al estado con 14 mil millones. Y hasta el segundo año de Duarte, el dinero que debían los veracruzanos era un acumulado de aproximadamente 22 mil millones de pesos.
Obras y servicios que justifiquen ese dineral no las verás por ningún lado. Acaso unos puentes por aquí, unas escuelas por allá, unas carreteras acullá y párale de contar.
“Estos sujetos no vinieron a gobernar; vinieron a robar… a atracar”, me dijo un amigo con quien revisé los números.
Del 2013 al 2018, es decir, los últimos tres años de Duarte más el bienio de Yunes Linares, el acumulado de esa deuda se ha disparado muy por encima del 67 mil por ciento, si tomamos en cuenta que lo que ahorca a los veracruzanos es un débito que va de los 44 mil a los 52 mil millones de pesos.
Si hay un margen de 8 mil millones entre una cantidad y la otra, es porque ni el SAT ni la Auditoría Superior de la Federación se han puesto de acuerdo en el monto real del atraco.
La semana anterior el ORFIS dio a conocer que en la administración de Yunes Linares, la Cuenta Pública del 2017 arrojó un faltante de más de 1,600 millones de pesos, mientras que la del 2018 arrojó otro por más de 4 mil 500 millones, o sea, 6 mil 100 millones de pesos en números redondos.
Con excepción de esas cantidades que el ORFIS maneja con el eufemismo de “inconsistencias” (en lo que se averigua si los millones fueron desviados, malversados o nomás robados), lo demás es deuda.
¿En qué derrocharon tantísimo dinero los cuatro ex gobernadores? Quizá nunca se sepa porque nunca los han llamado a declarar. Pero va un dato, con un tercio de esa fortuna tendríamos un agro veracruzano del primer mundo y autosuficiencia alimentaria.
Miguel Alemán de 87 años está dedicado a sus negocios y en la actualidad su empresa Interjet atraviesa por una severa crisis financiera.
Fidel Herrera de 70 años, sigue convaleciendo del derrame cerebral que sufrió en marzo del año anterior. Quiso pasar a la historia como el mejor gobernador de Veracruz e incluso acarició el sueño de ser presidente de la República, pero en ambos casos la realidad terminó arrollándolo.
Javier Duarte de 46 años está en la cárcel purgando una condena risible para el monto de lo que hurtó. Le reactivaron sus redes sociales y se ha convertido en columnista, concede entrevistas, dice que no se robó ni un quinto, que es un chivo expiatorio y que carece de propiedades. Esto sin contar con que en breve puede recobrar su libertad.
Miguel Ángel Yunes de 66 años en un hampón con mucha suerte; sus desfalcos, chanchuyos y trapacerías ahí están, a la vista de todos y nadie le ha hecho nada.
Con excepción de Alemán, los tres restantes quieren seguir vigentes en la política estatal. Uno desde su lecho de enfermo, otro desde la cárcel y uno más desde el lugar donde se encuentra escondido.
Aunque desfalcaron, malversaron y dejaron a la entidad en la vil inopia, gozan de impunidad y su interés es seguir sirviéndose de Veracruz porque aún hay mucho qué exprimirle.
Conclusión; independientemente del dato que dio a conocer la Secretaría de Hacienda hace siete años, nadie le quita de la cabeza a la raza jarocha que desde el inicio del presente milenio hasta noviembre del 2018, quienes gobernaron Veracruz primero lo robaron y luego se ocuparon de lo demás.
¿Tu qué opinas, lector?
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