Efectivos de la Policía colombiana se encontraban este martes desplegados en la frontera de Ecuador y Colombia, para impedir que se produjeran sucesos como en la víspera cuando cientos de venezolanos bloquearon el paso en protesta por el requisito de visa para entrar en suelo ecuatoriano.
Las fuerzas de seguridad de Colombia tuvieron que emplear de forma limitada la fuerza la noche del lunes para empujar a los cientos de migrantes del país caribeño y poder reabrir la principal vía de acceso al país desde Ecuador, que estuvo interrumpida durante unas ocho horas.
Fuentes policiales indicaron que unos 200 manifestantes venezolanos fueron trasladados a seis albergues en la ciudad colombiana de Ipiales, mientras que otros permanecieron en la terminal internacional y esta mañana de tanto en tanto algunas madres con sus hijos trataban denodadamente de ingresar en Ecuador, donde ya no existe esa posibilidad sin la visa excepcional de carácter humanitario.
El comandante de la Policía colombiana del fronterizo departamento (provincia) de Nariño, coronel Álvaro López, explicó a Efe en el cruce que, pese a los intentos de mediación, la medida adoptada por Ecuador en la medianoche del domingo al lunes de momento rige sin excepciones.
“Tratamos de mediar en esa dificultad que tienen nuestros hermanos venezolanos para que les permitan, por lo menos, ingresar a las familias que tienen menores de edad. Desafortunadamente son políticas del Gobierno ecuatoriano que tenemos que respetar”, señaló el alto mando.
Y precisó que la labor de las fuerzas de seguridad en el Puente de Rumichaca, el límite territorial entre los dos países es la de “ayudar para que no tengan dificultad los venezolanos en la frontera”.
Algunos de los migrantes que lunes no pudieron entrar en Ecuador han decidido retornar a Bogotá y otros a Venezuela, a fin de poder sacar su visa e intentar regresar.
“Hemos tratado de articular con autoridades en Cúcuta (frontera de Colombia con Venezuela) para informarles de que lleguen primero a Bogotá para sacar su visa y luego a Ipiales, a fin de que sea menos traumático” que intentar cruzar sin éxito al territorio ecuatoriano.
Esta mañana también se veían a grupos de venezolanos por las carreteras próximas a Tulcán, capital de la provincia de Carchi y fronteriza con Colombia, que aparentemente habrían entrado a Ecuador por pasos irregulares.
Al respecto, López manifestó que la labor de sus fuerzas es la de “acompañar a los emigrantes por esos sitios no autorizados para que no tengan dificultad. Les insistimos en que no hagan eso porque es un riesgo para ellos y sus hijos”.
Una desplazada venezolana que este martes trataba de ingresar en Ecuador, Odalis Mago, de la ciudad de Barcelona, estado de Anzoátegui (noroeste de Venezuela), creyó que aún tenía opción de cruzar desde Colombia.
“Sabíamos de la visa pero nos habían avisado de que había una prórroga de una semana para que pudiéramos pasar a Ecuador o a Perú”, explicó.
Mago llegó el lunes con su marido, dos hijos y un nieto tras un trayecto de cinco días y se queja de que la nueva medida para la gran mayoría de los venezolanos es de difícil cumplimiento.
“En nuestro país es imposible, si es imposible sacar una cédula, cuánto más sacar una visa, para sacar una cédula tardamos dos años, es por eso que muchas personas que están en este lugar estamos como emigrantes, muchos estamos indocumentados”, lamentó.
Esta mañana, la Cruz Roja Internacional y otras agencias humanitarias y varias ONG desmontaban las carpas y habitáculos de asistencia en previsión de que el número de venezolanos decaiga considerablemente tras la entrada en vigor del nuevo visado.
Fuentes migratorias sobre el puente internacional de Rumichaca dijeron a Efe que ningún venezolano había cruzado en las últimas oras con visado.
Sí lo han hecho algunos por accesos irregulares a lo largo del río Carchi, a los que se podía ver caminando por las carreteras próximas.
Ecuador se sumó este lunes a Perú, Chile y algunos países de Centroamérica que han impuesto restricciones a los venezolanos para ingresar a sus territorios, con el fin de regular este flujo migratorio que según la ONU supera los 4 millones y se ha convertido en el mayor éxodo en la historia reciente de Latinoamérica.
Fuente: EFE /Sol de México