“¡Respeto a la división de poderes, es la divisa!”

En Veracruz la gobernabilidad está crispada, se carece de capacidad de diálogo, acuerdos y concertación y la división de poderes es un mito, sostiene el diputado independiente Juan Carlos Molina.

“Hoy urge un golpe de timón para que Cuitláhuac García empiece a gobernar”, agrega.

Consciente de que su voto en contra del juicio político contra el Fiscal Jorge Winckler fue sustantivo, asume su responsabilidad histórica adelantando además que en este asunto, “jamás ha habido diálogo serio  para convencernos de que la cruzada contra el vituperado abogado de los veracruzanos respondía a sustentables violaciones al marco jurídico o argumentos más allá de lo político”.

 “A Ver. Esto no es un asunto de borregos o vacas; esto no es de alzar el dedo para congraciarse con quien ni siquiera le da el justo valor a tu representación; es el afán de la cúpula de chingarse a como dé lugar a quienes consideran la rémora nociva del Yunismo”, dice.

Eso, sin embargo, es legítimo a todo cambio de gobierno ¿No le parece?

“Si, muy legítimo cuando se cuidan las formas, cuando se opera institucionalmente de la manera adecuada, cuando se respeta el trabajo de los poderes del Estado, cuando hay coincidencias, tiempos y formas… ¡no todo es al madrazo… así no es!”.

En charla a mil por hora con este reportero “ando de partero atendiendo vacas pariendo”, deja muy en claro que el asunto no se resuelve con un cañonazo millonario.

“Lo que está en juego es la gobernabilidad”, dice.

Con su postura, han aprovechado sus malquerientes para sacarles sus trapitos al sol, ¿no es así?, se le preguntó.

“Sí. La cantaleta de siempre; como a quien mata de manera accidental o intencionada a un perro y para siempre eres el mataperros”.

¿Le afecta?

Juan Carlos es priista un poco a guevo. Recién abdicó a su bancada tricolor en el Congreso. Ha manifestado su interés por dirigir a su partido solicitando licencia a la diputación, observa, sin embargo, que la vieja guardia quiere una elección por dedazo y no por consulta a la base. Actualmente encabeza la CNC en Veracruz, una organización a la que su partido, el PRI, no le da un centavo y hace tres años cubre los gastos de esa central de su bolsillo… ¡Toda una desgracia!

¿Le afecta, pues que lo ataquen e insulten? 

“No soy de piel delgada. Tampoco dejado. Ya llevo muchos años en la brega. Soy un ganadero triunfador que se metió a la política para ayudar a la gente; nomás pregunte al Congreso o pregúnteme a mí a donde va a parar mi salario. Pregunte si de verdad tengo representación en el campo veracruzano, cuya última muestra de convocatoria la di el pasado cinco de enero el Día del Agrarista”.

¿Cuál es la fuerza campesina?, pregunté.

“Los que trabajamos en la tierra somos 4.2 millones; los que estamos organizados para votar somos el 51% de ellos y los que activamos el México bronco, no son el sector obrero o popular, somos los hombres del campo…”.

¿Son los que Morena abandera?

“No tanto”.

Juan Carlos Molina se peina de raya de lado, pelo entrecano que cubre con tremendo sombrerazo; su traje de batalla cuando anda vestido de político es guayabera blanca, jeans y botas café; su vestimenta de talacha es una playera cuello “V” toda raída con pantalones de dril y botas de este tamaño de gruesas. Gusta de tamales de hoja de plátano y su mujer prepara una brochetas domingueras de mariscos, pero si es día de fiesta donde vaya su amigo Reyli al rancho, pues las brochetas son de langosta que le traen  de Alvarado.

“No tanto hermano –repone-, Cuitláhuac García gana por efecto Peje; gana con un buen del voto urbano con 1.6 millones  de votos, mientras nosotros llevamos del agro a las urnas más de 300 mil sufragios al PRI en la último elección y en la penúltima más de 500 mil sufragios”.

¿El campo está organizado para votar?

“Está organizado para votar como dicen los clásicos de la política, pero también está organizado para producir si recibe el aliento y el apoyo gubernamental, pero si el rezago se traduce en abandono… pues a migrar; esa es la trágica realidad”.

¿Vendrán tiempos mejores?

“Pues eso sí quien sabe. Ya vamos para cien días y esto no arranca. Ahí está el programa “Sembrando”, que es letra muerta y en mi calidad de diputado he mandado propuestas e iniciativas al Congreso, pero como que andan en otros temas, los de la agenda política, mientras la gente en el campo sigue migrando”.

Repone:

“Ya escuchó usted lo que dice el diputado José Magdaleno Rosales, de Morena, óigalo bien, ha puesto el dedo en la llaga al expresar el sentir del Congreso del Estado…”

“Dice, y dice bien, que los diputados somos la burla de todo México; que nos tratan como a niños de kínder y que hay injerencia del secretario de Gobierno, Eric Cisneros”.

¿Y usted qué opina de todo ello?

Pues que hay coincidencia. Nos sumamos a la exigencia que el gobierno de Cuitláhuac García saque las manos del Congreso y respete. En el Congreso no hay diputados de primera y de segunda y si, en efecto, Eric Cisneros ha metido las narices y tiene un cochinero… pues pa´fuera”.

Lo cierto es que 19 diputados están en contra de la línea de Cuitláhuac, “más los que se sumen. Ese es el mensaje. Debe entender el gobernador Cuitláhuac García que el tema es la división de poderes en donde los debates son entre legisladores. No es un asunto de dinero. Es un asunto de respeto”.

¿Son ustedes el hazmerreír de todo México?

“Mire. Si eso es lo que dicen los propios diputados de Morena, imagínese que opinamos nosotros independientes y opositores. Claro que nos resulta oprobiosa la falta de respeto”.

¿La solución?

“Un golpe de timón”.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo